Una reflexión matutina

7:07 Pat Casalà 2 Comments

     ¡Buenos días! El sol vuelve a iluminar la mañana, el cielo tiene un azul intenso que brilla con fiereza para iniciar un día cargado de emociones y estoy contenta. ¡Por fin viernes!
      Hoy colgaré el post y cerraré el blog por mini vacaciones, ¡tres días libres! Es un lujo descansar sin obligaciones… Aunque la verbena de San Juan se presenta desierta de amistades… Este año nuestros amigos de verbena no la celebrarán, después del incendio del año pasado han decidido pasar la velada en casa, sin sobresaltos.
     Creo que compraremos cuatro petardos y llevaremos a los niños a tirarlos por ahí. Como es el santo de mi marido podemos preparar una gran cena, conversar en la mesa, reír y disfrutar de una noche mágica. ¡Dicen que es el día de purificar las energías!
      Ayer por la noche no teníamos niños, los dos están de colonias para despedir el curso. Como los jueves es el día del espectador en unos cines de mi ciudad y las entradas cuestan 4,5 euros, miramos la cartelera dispuestos a ir a la sala, pero no encontramos ninguna película que nos llamara la atención, así que decidimos ir a tomar algo.
      Cogimos la moto y nos fuimos a un restaurante de tapas nuevo que me recomendó mi padre. Eran las nueve treinta y estaba lleno… No me lo podía creer, con la crisis que hay… Caminamos por los alrededores para descubrir algún local interesante… ¡La verdad es que me parece increíble que haya tanta diversidad de restaurantes por metro cuadrado!
      Lo curioso del caso es que muchos estaban vacíos. Está claro que esa cantidad de locales hace imposible que exista un reparto equitativo de comensales. Últimamente pienso que hay demasiado de todo y eso agrava la crisis. Antes las personas que deseaban probar suerte como empresarios montaban una tienda, ahora los bares y restaurantes son el negocio de moda. ¡Cada día abren varios!
     Cerca de mi casa este último mes han visto la luz tres bares distintos en lugares antes ocupados por tiendas. Los hay monísimos, con carta de tés, como a mí me gusta. Pero, ¿pueden convivir con tanta competencia?
     Yo entiendo la crisis como un estado económico en el que no hay para todos. Así que la gente se reparte tal como vi ayer por la noche: copan unos locales y dejan vacío el resto. ¿Dónde radica la clave del éxito? ¿Por qué el restaurante de enfrente está lleno?
     En fin, no voy a arreglar el mundo… No escribiré hasta el martes, así que quiero desearos un feliz fin de semana y una gran verbena.
     ¡Feliz día! J

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