La vida sigue...

7:07 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! Hoy me despierto con resaca de sueño y un sinfín de emociones encontradas. Cuando no consigo plasmar historias en el papel siempre camino de puntillas por la cuerda floja. Necesito que mi mente hiperactiva se dedique a crear mundos paralelos para mantenerla distraída.
Ayer recibí un no y un regalo. Un motivo de tristeza momentánea y otro de ilusión intensa que me durará durante varios meses. Por suerte la nueva visión del mundo que tengo me ayuda a valorar muy positivamente cada instante y a olvidarme rápidamente de las negativas.
No necesito publicar para sentirme feliz, aunque me encantaría hacerlo… No os voy a engañar asegurándoos que la idea de vivir de la literatura no es bonita y sería un gran lujo para mí, pero tampoco lo anhelo como antes ni quiero pasarme la vida frustrada por no conseguirlo.
Un no significa cerrar una puerta, pero quizás se abra otra en un lugar lejano o a lo mejor hay una ventana por la que puede pasar la luz y ahora no la veo. Y siempre quedará Amazon…
Tengo claro que he abandonado para siempre el camino erróneo de desear lo que no puede ser, renunciando a vivir intensamente otras facetas maravillosas de la escritura. Darle vida a una historia significa sentir y emocionarme con cada uno de los giros de la trama. Por suerte esas sensaciones consiguen regalarme una cantidad inmensa de momentos felices.
Solo el tiempo dirá qué pasará con los manuscritos inéditos…
Mi regalo, el que ahora mismo me hace sonreír, es la moto nueva que me regaló mi marido. Ayer la fui a buscar. Temía por la lluvia, con el suelo mojado conducir sobre unos neumáticos recién estrenados… Por suerte el tiempo mantuvo una tregua cuando al fin salí de la tienda.
Más tarde tenía que llevar a mi niña a una clase que hace cada miércoles por la tarde. Entonces se puso a llover con fiereza. Tenía mi antigua moto en la calle y la nueva en el garaje, no tenía claro cuál de las dos era la mejor opción. Al final mis ganas de estrenar se impusieron y me fui con la nueva…
¡Fue genial! A pesar de la tormenta, del agua que me empapaba, de la circulación y de un poquito de inseguridad, fue la mejor decisión. Me encantó conducir entre los coches, a pesar de que llegué de vuelta a casa calada hasta los huesos.
Como no tenía ganas de escribir decidí pasarme el resto de la tarde en la cocina. Preparé un pollo al curry con arroz. Mmmmmm, este plato les encanta a los miembros de mi familia, cuando lo vieron por la noche en el plato se relamieron los labios.
Y así hice frente a la situación, buscando como siempre el lado positivo, encarando los baches con una sonrisa y levantándome tras una caída cual Ave Fénix en todo su apogeo.

¡Feliz día! J

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2 comentarios:

  1. Ánimo, Pat.
    Tus posts diarios me parecen entrañables y valientes. Yo no sería capaz de exponer mis sentimientos dia a dia como tú lo haces.
    Es increíble tu capacidad de escribir cada día además de trabajar y atender a tu familia.
    Me admiras.
    Un beso.

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