Orden dentro del caos
¡Buenos días! A veces los acontecimientos se precipitan sin
quererlo hacia un lugar diferente al que pensaba hace años y de repente me doy
cuenta de la cantidad indómita de cambios producidos en mis esquemas iniciales
y lo maravillosos que han resultado algunos.
Mi forma de ser suele encuadrarlo todo dentro de una cuidada
planificación, aunque la verdad es que si analizáramos un día de mi vida
laboral parecería caótico. Hago mil cosas a la vez, tengo la cabeza llena a
rebosar de frenética actividad y demasiados temas que cerrar en un día.
Hay momentos en los que incluso me colapso y no tengo ni
idea de qué hacer a continuación porque la cantidad inmensa de tareas
pendientes me acosa dispersándome.
Lo mejor es que al final del día consigo tirar adelante lo
propuesto en un inicio, sin dejar incumplida mi planificación.
Es un orden dentro del caos, uno que me ayuda a centrarme en
realidad. Sé que suena extraño, pero mi cabeza necesita estar llena de miles de
tareas para no estresarse. Cuando no escribo una historia y se pasa el día
dándome vueltas en la mente acabo agobiada porque utilizo esa energía para pensar
demasiado en otras cosas que suelen agobiarme.
Soy multitarea, necesito una perfecta eficiencia del tiempo,
englobar todos mis objetivos en las horas del día y procesar varias cosas a la
vez para no dejar una inactividad latente en alguna parte de mi cerebro.
De niña esta hiperactividad mental solía granjearme
problemas, malos ratos y mucha sensación de desentonar en cualquier ambiente.
De joven aprendí a domarla y a canalizarla hacia donde era productiva, aunque
necesité muchísimo trabajo para conseguirlo.
Ahora estoy en un momento laboral muy dulce y en la
literatura he logrado dar un paso de gigante para trepar un poquito por esa escalera
larga hacia la cima, que parece diferente a cómo la vislumbraba de niña.
Poco a poco me atempero en otros deseos y trazo una meta
clara para cada actividad. Y me estoy dando cuenta de la importancia de disfrutar
de los buenos momentos, aunque sean pequeñas gratificaciones. Por eso he
continuado ahora la escritura de aquella novela que inicié hace un par de años
en las que los protagonistas muestran de una manera muy gráfica cómo son
capaces de encontrar la chispa en cada uno de sus sueños.
Acabo de leer una reseña muy bonita de No puedo vivir sin ti en el blog Forest of letters (enlace). Cuando leo estas opiniones la emoción
me puede y sé por qué sigo aporreando las teclas y luchando por acercaros mis
libros.
¡Feliz día! J
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