Adiós 2019

8:58 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Llegamos a ese momento del año en el que toca hacer balance, darnos cuenta de cada acierro y de cada error de los trescientos setenta y cinco días anteriores para dejarlos cada uno en su sitio, dándoles el lugar merecido en nuestros corazones y avanzando hacia los nuevos propósitos, sin dejar de mirar la parte positiva y cada enseñanza recibida de las situaciones pasadas.


Creo en el karma. O como mínimo quiero creer en él y, pase lo que pase, seguiré dándole un lugar importante en mi forma de ver la vida porque cada uno debe enfrentarse en algún momento de su vida a las consecuencias de sus actos, sea de una forma o de otra.
Este año he aprendido muchísimo, sobre todo a valorar la amistad, el amor, la serenidad y la necesidad de afrontar la verdad, aunque duela.


Ha sido un año de cambios, de pérdidas, de logros, de emociones, ilusiones, esperanzas y de enfrentarme a un hecho doloroso, pero que he logrado dejar atrás porque la vida es demasiado corta para pasármela lamentando lo que se ha ido en vez de sonreír por los logros. Un año lleno de instantes, de buenos momentos, de personas que siguen aquí conmigo y no se van, que vinieron con la intención de permanecer y otras que se han quedado atrás para siempre.


He descubierto la importancia de ser consciente de quién te acompaña de verdad en el camino, de valorar como merece su compañía incondicional, sin esperar nada a cambio, y a dejar atrás las personas tóxicas, aquellas que se dedican a envenenar tus esperanzas, a machacar tus expectativas y tu autoestima, que te hieren sin darse cuenta.
He aprendido a sonreír sin más. Porque la vida lo merece y nada ni nadie puede destrozar las ilusiones si no le das permiso. A vibrar con cada pequeño logro, a disfrutarlo, a soltarme, a encontrar un camino perfecto para llenarme de felicidad, porque en realidad la felicidad es un estado de ánimo, una cuestión de fe, un salto al vacío sin asirse nada más que a sus alas. Y yo quiero volar.


No tengo ni idea de qué me depara este nuevo año, es un misterio porque a nivel profesional estoy en un lugar donde nada está definido y a nivel literario he apostado por algo, y todavía no puedo contarlo ni explicaros nada ni conocer el alcance de esa apuesta. Pero me basta para saltar, para esbozar una ancha sonrisa y avanzar con la ilusión propia del momento. Porque a veces solo se necesita decir sí.


Mis propósitos son los de seguir en la senda de la felicidad, luchar por encontrar un mañana mejor, emocionarme con cada recodo, encontrar la ilusión en cada peldaño hacia la cima y, sobre todo, disfrutar del camino, gozar de cada giro inesperado, abrazar a mis personas queridas muchísimo, decirles cuánto me importan y no preocuparme por el karma. Porque estoy convencida que el tiempo pondrá a todo el mundo en su lugar. Y si no pasa, me dará igual. Porque mi vida es perfecta.
¡Feliz año! J


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Rumbo a las ilusiones

10:01 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! ¿Habéis sentido alguna vez ganas de dejarlo todo atrás, coger una mochila y poner rumbo a ninguna parte? 
Hay momentos en los que el peso de los últimos meses cae a plomo sobre nuestras espaldas, como si quisiera dejar constancia de su paso por nuestra historia y nos mostrara un sinfín de posibilidades para el futuro. 
En nuestras manos está decidir cómo lo sentimos, cómo lo etiquetamos y cuál es la parte con la que nos quedamos, si esa que nos aplasta o la que nos es liviana y feliz. Porque en toda situación hay dos caras y es nuestra decisión, consciente o inconsciente, centrarnos en una de ellas.


Mi pregunta de inicio no responde a una necesidad de salir corriendo ni a una sensación negativa ni a nada parecido porque, a pesar de mis pensamientos iniciales, no me siento mal ni agobiada ni ansiosa ni triste. Han pasado los meses y he entendido que solo hay una manera de tomarse el fin de una relación laboral larga y llena de intensidad: recordándola con ternura y mirando hacia delante.
Se trata de algo distinto, de una sensación de libertad, de desear por un tiempo dejar atrás las responsabilidades para abrazar una temporada de dejarse llevar por la inmensidad del mundo, sin ataduras, sin compromisos, sin obligaciones. Ahora desearía recorrer el mundo con una maleta, descubrir lugares, pasar un tiempo alejada de todo, sola con mi marido, perdiéndome en paraísos lejanos.


La vida no es tan fácil. No puedo dejarlo todo atrás para embarcarme en una aventura como esa. Y además se necesita dinero… Pero soñar no cuesta, ¿verdad?
Mi cuerpo me pide dejar volar la imaginación, sentir cómo la posibilidad de poner rumbo a ninguna parte crece en mi interior, dejarla vibrar, arroparme, llenarme de emociones. Quizás por eso navego en la red en busca de destinos con esa mezcla de sensaciones capaz de levantar mis labios en una sonrisa preciosa.


La ilusión es parte del motor de una existencia. Hay que encontrarla, sentirla, dejarla crecer y no renegar nunca de ella porque es la que nos guía hacia un mañana mejor, la que nos llena de energía, la que nos ayuda a superar el paso del tiempo sin sentir su peso cargado en la espalda.
Y sí, ahora mismo me embarcaría en un viaje sin destino, en una aventura, en una locura sin paragón, pero también en un nuevo rumbo laboral, en encontrar una nueva y excitante ilusión, en despertar de nuevo esas cosquillas en el estómago al implicarme en un proyecto lleno de posibilidades.
Seguro que llegará…
¡Feliz día! J

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Escribir romántica

8:08 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Llega un momento en el que debemos dejar a un lado nuestros deseos para dejar fluir los de los demás porque la vida es compartir, sentir, crecer y caminar juntos hacia una mejor versión de uno mismo.
Escribir sobre el amor, el romanticismo, las parejas, cómo se llega a luchar por conquistar el corazón de la persona que va a compartir toda su vida con un personaje, requiere de entender los sentimientos, o como mínimo de intentarlo, de buscar un modo de meterse en la mente y el corazón de un personaje para sentir como él y vibrar con la emoción de ese primer amor tan puro y lleno de ilusiones.


Una de las mejores experiencias de las new adult es experimentar otra vez ese primer amor que llena todo resquicio de nuestro ser, como si se colara por cualquier grieta para abarcar hasta la última molécula que nos conforma.
A esa edad tu mundo suele reducirse a estudiar, los amigos y el amor. Por eso cuando nos enamoramos lo sentimos como algo único, como un todo, como lo más importante de nuestro mundo.


Entrar de nuevo en esa ebullición de los sentimientos, sentir cómo todo se difumina a nuestro alrededor para traernos un sinfín de necesidades nuevas y excitantes, de ilusiones, de sensaciones, de experiencias, es como si consiguiéramos alcanzar una dimensión desconocida.
Ese primer beso, la primera vez, el primer te quiero
Ayer tuve un encontronazo sin importancia con una conocida y me dijo que era una mujer fría. Para mí es un insulto porque me considero muchas cosas menos fría. No podría serlo para escribir sobre los sentimientos, para transmitirlos a través de las palabras, para conformar la vida de mis protagonistas con ellos, para moldear esas historias de amor que llenan mis páginas, mi mente y mi corazón.


Tras veintitrés años de matrimonio feliz la idea de aterrizar en una historia de amor pasional es preciosa y me llena de energía positiva, ayudándome a encontrar el rumbo para sonreír cada día, para sentir, para alcanzar el cielo de la felicidad.
Vibrar con cada giro de la trama, con ese deseo que crece en el interior de los protagonistas convirtiéndose en fuego, con los instantes álgidos, con el momento exacto en el que al fin se percatan de sus sentimientos… Es como un chute de adrenalina en vena, como una dosis inacabable de emociones, de sentimientos enredados en mi corazón.


Escribir romántica me ofrece tanto… Porque en las historias de amor se esconde el principal motor de nuestra existencia, uno que nos lleva a la felicidad.
¡Feliz día! J

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Geni #CEDNE (protagonistas)

8:28 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hace tres veranos me fui con mi familia a un viaje inolvidable a Filipinas y allí forjé cuatro personajes que me han acompañado durante mucho tiempo mientras escribía Cuando el destino nos encuentre, dos historias en dos épocas separadas con unos protagonistas llenos de roturas que poco a poco se van suturando.
Una de las dos mujeres que lideran esta novela es Geni, un diminutivo de Eugenia. 
Cuesta encontrar el tono y la forma de hablar de alguien como ella porque aunque nos cueste aceptarlo hay muchas personas con una situación dolorosa, viviendo una realidad dura, llena de obstáculos, sumidas en la oscuridad…


Geni acaba en manos de un mal hombre, alguien que la obliga a bailar en un local de stripteasemientras se convierte en su «novio» y le pide muchas otras cosas.
A veces el destino se convierte en puntas afiladas contra tu corazón y puede romperte en mil pedazos.
No os voy a explicar cómo acaba Geni con dieciséis años en esa situación ni cómo va creciendo ni cómo llega al inicio de la novela porque si os decidís a leerla vais a descubrirlo más adelante. Pero sí puedo avanzar que su historia es muy dura, aunque ella consigue salir de la oscuridad.


Geni parte de una triste realidad, pero nos muestra enseguida cómo su personalidad luchadora quiere salir adelante y encontrar una salida. Porque en la vida hay que tomar riesgos, ser proactivo, no quedarse quieto en un rincón esperando a que todo se solucione por sí solo. 
En la primera parte de la novela, destinos rotos, conocemos su ahora y cómo va a buscar una salida, cuánto tiempo lleva planeándolo, quién está de su lado y cómo llega a Filipinas.
Porque a pesar de los traumas inherentes a su situación, a su deseo de salir adelante, de alcanzar la felicidad, de deshacerse de su pasado, Geni ha de enfrentarse a su pasado para avanzar y conocer a Dan la ayudará a dar un giro a su vida en muchos sentidos.


Tiene una conexión importante con Eugenia que va a ir explorando a lo largo de toda la novela y que la va a unir más a Dan.
Su carácter es decidido y a la vez comedido en algunos aspectos porque la vida la ha convertido en una persona que debe luchar para superar cada uno de sus traumas. Pero ella lo hace. Aprende a buscar nuevos horizontes, se aficiona a la lectura, al buceo, a conocer Filipinas, a soñar.
Una de sus pasiones es el baile. Durante sus años oscuros esa pasión la ha mantenido cuerda porque lo ha disfrutado a pesar de las circunstancias. 


En su viaje por Filipinas aprende muchísimo y descubre otras aficiones llenas de intensas emociones que nos ayudarán a conocer el país, a ahondar en cada una de las islas que conoce junto a Dan, a ver a través de sus ojos cómo Eugenia vive en el momento histórico de la revolución filipina, a encontrarse a sí misma. Porque a veces necesitamos un viaje para poner nuestra vida en perspectiva.
¡Feliz día! J


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¿Cómo nos cambian?

8:58 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Parece que el tiempo quiere sumergimos en el invierno, como si las nubes se hubieran propuesto mostrar su hegemonía para borrar el sol de un plumazo y traernos días grises.
Desde que me quedé sin trabajo estoy estudiando inglés de manera intensiva y una de las preguntas que nos han hecho bastantes veces últimamente es si el tiempo me afecta a mi estado de ánimo. Y la respuesta es un sí categórico. 


Cuando me despierto con este clima me siento más melancólica, como si mi emociones se balancearan hacia el lado más nostálgico y pudieran apagarse. 
El sol en cambio me enciende, me llena de sonrisas, de vitalidad, de ilusiones.
Siempre os cuento la importancia de sentir a la hora de escribir porque para mí es una conexión profunda con los personajes, con la historia, con cada situación. Y el clima a veces alienta una forma de escribir, el tono de la escena, mis ideas…


Estoy terminando una bilogía que ha cambiado en varias cosas mi forma de estructurar las historias. Me ha costado y a la vez me ha enriquecido porque buscar retos siempre es la mejor manera de avanzar, de encontrarse, de aprender. Y llevaba tantos años con la estructura de las románticas que darle vida a algo más intimista ha requerido de mucho esfuerzo.
En toda historia suele haber una parte amorosa porque en la vida también la hay. Aunque no todas acaban bien, la mayoría de las personas vivimos relaciones, vibramos con ellas y nos acompañan en el camino. Pero de mis últimas dos novelas ese no es el tema central, sino más bien una parte necesaria para entender las vicisitudes de los personajes. 


Pérdidas, cambios, sueños, obstáculos, secretos, mentiras… ¿Cómo afectan a nuestra vida? ¿Cómo nos cambian? ¿Cómo nos abocan a una dirección o a otra? 
A veces la vida te empuja hacia un lugar que no deseas o no imaginabas, cambiando de una forma irremediable tu entorno, tus vivencias, tus posibilidades. 
No siempre es fácil vencer el rencor o el dolor o la sensación de pérdida cuando te arrebatan la felicidad. Pero hay que aprender a salir a flote, a buscar otra forma de caminar, a encontrar un nuevo rumbo. Porque cuando una puerta se cierra, seguro que mil ventanas abiertas te esperan en algún lugar.


Empecé la que he llamado bilogía Perfumes y acordes cuando tenía unos sentimientos determinados y después, tras perderlos, me costó un mundo de fuerza de voluntad hallar el sendero de regreso a la historia, a los personajes, a sus sentires. Pero cuando uno desea hacerlo, encuentra la manera.
Pronto tendré noticias y seguro que un nuevo trabajo y mil nuevos proyectos porque a pesar del día, sonrío.
¡Feliz día! J  

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Médico, Lúa, Médicos sin fronteras (profesiones)

9:39 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! A veces la vida nos enfrenta a situaciones dolorosas y acabamos tomando decisiones que afectan a nuestra forma de entenderla porque necesitamos un cambio, un giro, un nuevo rumbo.
Eso le pasó a Lúa cuando se encontró a su marido en la cama con otra mujer. Tras toda la vida con él como único compañero en su corazón y en la parte afectiva, se encuentra de repente sin nada.


Escribir acerca de alguien como Lúa fue un reto muy difícil. Es una mujer con una gran contención en su comportamiento, se niega a dejarse llevar por los sentimientos, a reaccionar en caliente y a no analizar hasta el último punto de las situaciones. Pero en el fondo siente como todos.
Su profesión es interesante, como mínimo para mí cuando escribí el libro. Porque entonces trabajaba con médicos a los que admiraba por su gran trayectoria, por su implicación, por su labor de investigación y por su gran valía. Aunque con el tiempo he entendido que el valor humano de las personas también es importante y hay que aprender a separar la parte profesional de la personal.


Lúa ha deseado desde niña ser médico como su padre, quien falleció en una misión de Médicos sin fronteras, un hombre que le enseñó la valía de la profesión y le inculcó valores humanitarios. Y ella ha seguido sus pasos. Ha sido de las primeras en su promoción al licenciarse en Medicina, ha realizado la residencia en el hospital elegido, con su especialidad clara… Y de repente su vida se desploma.
Ser médico para mí es algo importante porque tienes la salud de las personas en tus manos y has de transmitirles no solo tus conocimientos, sino también confianza, tranquilidad, sosiego… 


Lúa descubre su interior a través de un cambio brusco, porque al encontrarse a Cesc engañándola, y tras enterarse de recortes en el hospital donde hacía la residencia que impiden su contratación, decide irse con la organización que tanto le dio a su padre y embarcarse en una misión que acabará descubriendo su verdadero interior.
La verdad es que siempre me ha parecido loable la tarea de estos médicos que se implican tanto en la ayuda humanitaria, en sus labores en zonas donde apenas hay acceso de la población a la atención médica, en su gran corazón.


Quizás por eso me informé muchísimo antes de escribir la novela e investigué la organización.
Ser médico para mí es una profesión vocacional, de personas que desean de verdad ayudar a los otros, darles opción a una mejor calidad de vida, encontrar formas de mejorar su salud, paliar los síntomas de cualquier enfermedad…
Lúa consigue darse cuenta de la importancia de los sentimientos atendiendo casos difíciles, conociendo otro lado de la medicina y por el encuentro casual con alguien que cambiará su percepción de la vida y desatará sus sentimientos hasta el punto de demostrarle que ser médico es importante, pero también aprender a vivir.
¡Feliz día! J  



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Secret Love Song (canciones)

8:08 Pat Casalà 0 Comments


¡Buenos días! La música para mí es clave a la hora de escribir porque les da un sentimiento profundo a mis palabras, las ayuda a sentir, a vibrar, a ser sensibles y a transmitir emociones reales. 
Me cuesta explicar esa extraña simbiosis, pero la siento muy dentro y es como si cada novela tuviera su propio ritmo y las canciones de su playlist me dieran un pulso de cómo la siento en mi interior.


Hay canciones que se repiten en todas y cada una de mis listas de las novelas. Es porque ejercen un poder especial en mí, como si me transportaran a un mundo paralelo donde puedo saborear cada instante y me dan ese pasaporte a las sensaciones epidérmicas, me producen cosquillas en el vientre y preparan mi cuerpo para sentir emociones difíciles de explicar, pero que traspasan los dedos a la hora de posarse en la hoja del Word.
Una de esas canciones fetiche es Secret Love Song, de Little Mix junto a Jason Derulo. 


La escuché por casualidad un día que miraba mix de una pareja de una serie en YouTube y me dejó sin palabras. Fue como una revelación, como si al escuchar esa canción pudiera elevarme varios metros sobre el suelo y volar hacia mi imaginación, llenándola de sensaciones.
Ese día la escuché como diez veces seguidas y luego pasé una época escuchándola en bucle mientras escribía porque era capaz de hacerme acariciar las emociones solo con su melodía.


En No puedo vivir sin ti hay una escena donde esta canción es importante. Porque Julia y Zack tienen un amor sin hogar, un amor secreto y prohibido. Y a veces, cuando escucho la canción, recuerdo ese instante y lo revivo como si fuera real, como si estuvieran en ese coche los dos, escuchando esta canción y sintiendo.
Cuando tengo un día poco inspirado me la pongo varias veces, junto con un par de canciones de las que hablaremos más adelante, y consigo centrar mi mente con ideas porque la música es un catalizador de la inspiración, me llena la mente y me trae mil escenas interesantes.


¿Cuántas historias hablan de amores prohibidos como la canción? ¿De amar en secreto? ¿De ser de alguien sin poder explicarlo?
La letra es bonita y a la vez triste. Porque cuando amas quieres decirlo en voz alta, explicarlo, no aguardártelo. Y a la vez ese sentimiento es tan puro, tan alucinante…


Os invito a escuchar esta canción, a sentiros como Julia y Zack, a saber que a pesar de amaros debéis guardar en secreto esa relación porque está prohibida…
¡Feliz día! J

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Buscando trabajo...

8:38 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hay veces que la vida te muestra caminos extraños y para nada esperados. Es en esos momentos cuando debes sacar fuerzas de la flaqueza, sonreír y buscar una senda para recuperar la ilusión. Porque, a pesar de las dificultades, siempre hay una salida perfecta a todas las situaciones.


Hace tiempo supe que me quedaba sin trabajo. Fue una noticia impactante al principio, pero que poco a poco fue asentándose en mi interior, porque cuando suceden estos cambios repentinos en las circunstancias que sustentan una estabilidad, hay que ver la parte positiva, las posibilidades que se abren y la forma en la que afrontar la vicisitud.
Quizás al principio me ofusqué, pero las razones son lícitas. Se pactó una transición cómoda para todos y al final solo me quedó la parte más difícil, dejar atrás una etapa larga de mi vida, donde lo he dado todo y ha recibido resultados.


Ahora me enfrento día a día a ese mundo salvaje de la búsqueda de empleo, a esos noes que se asemejan a cuando rechazan un manuscrito, a semanas de silencio y a algunas entrevistas súper interesantes. Y es que en la selva de las ofertas laborales eso es lo que se lleva. 
Estoy centrada y abierta a un cambio, me he apuntado a un intensivo de inglés, he realizado correcciones de novelas, tengo algunos proyectos interesantes que cuando se consoliden compartiré y estoy atenta a cualquier oportunidad. Porque en la vida aparecen de repente, sin darte tiempo a verlas venir, y esas son las mejores.



En un par de entrevistas me he sentido mal por los injustos perjuicios hacia mi otra «profesión». Un señor incluso se atrevió a decirme: «dedícate a escribir porque me parece que una persona que se dedica a eso no puede asumir el estrés ni el compromiso que requiere un trabajo como este».  Y, en fin, me quedé a cuadros porque durante veinte años he compaginado perfectamente mis dos mundos, he rendido al cien por cien en ambos y jamás he dejado de lado nada por escribir. 


Hay personas que juegan a pádel de manera obsesiva en su tiempo libre, otros navegan por internet, los hay que juegan a bridge, otros que miran series, que hacen patchwork, que pintan, que hacen montañismo… Y eso no influye para nada en su rendimiento a nivel laboral porque lo que cuenta a la hora de contratar a alguien es su trayectoria y su implicación, y dejarse llevar por la visión sesgada de que si se escribe no se puede rendir en nada más demuestra la falta de perspectiva estratégica.


Durante veinte años he compaginado todas mis facetas de forma magistral, rindiendo en cada una de ellas al cien por cien. Cuando mis hijos eran pequeños trabajaba ocho horas, me ocupaba de ellos, escribía una novela cada siete u ocho meses, iba al gym, organizaba mi casa… ¡Y jamás descuidé una de mis tareas!
Ser escritora no significa ser despistada ni ineficiente.  
Estas experiencias me han servido para descubrir qué tipo de trabajo deseo y han reafirmado mi ya manifiesta idea de que es más importante el ambiente y la afinidad con las personas de tu entorno que las condiciones económicas.
¡Feliz día! J

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Aldabia (localizaciones)

9:19 Pat Casalà 1 Comments

¡Buenos días! Hoy me despierto con una energía positiva increíble y me apetece viajar a un país imaginario, a Aldabia, donde nuestro príncipe Aladi descubre de repente que ha pasado a ser el heredero indiscutible al trono y nuestra intrépida Isabelle decide salir de su vida ermitaña en las montañas para entrar en palacio.


Aldabia es un país situado en la zona balcánica de Europa. Es un país lleno de contrastes, con pueblos pequeños distribuidos por la zona de las montañas y grandes urbes cerca de la costa, donde las playas rocosas salpican el paisaje. No es grande ni ocupa una gran extensión de terreno, pero sí es muy rico y la economía es boyante, consiguiendo que las personas puedan alcanzar un buen nivel de vida.


El palacio está en las afueras de la capital, rodeada de naturaleza y alejada del ruidoso tráfico. Es imponente. Alto, regio, con una ancha escalinata de mármol blanco por la que se accede a una puerta principal, compuesta por dos planchas adornadas con filigranas doradas que me parecen un poco anticuadas, pero le dan ese aire importante de la realeza.
El gobierno de derechas del rey consigue que la población sea próspera gracias a la proliferación de negocios. Una de sus mejores bazas es la existencia de comercio propio gracias a la poca aceptación del soberano a abrir las fronteras a la globalización, por eso en Aldabia hay mucha producción interna y una cantidad nada desdeñable de comercios autóctonos y diferenciados del resto del mundo. Los últimos años la exportación de productos ha abierto una nueva vía de enriquecer a los empresarios.


La climatología es bastante fría en invierno, sobre todo en la cordillera con altas montañas llenas de cuevas causadas por la erosión del fuerte viento que suele soplar en los meses más fríos, y cálida en verano, y de los ríos subterráneos. El crudo invierno ofrece pocos productos de la tierra, por eso abundan los huertos de cereales, patatas, remolacha, azúcar y toda clase de hortalizas que forman parte de nuestra cultura culinaria.


Cuenta la leyenda que en los albores de Aldabia, cuando en el siglo XVI se independizó de Rusia tras una guerra cruenta, el primero de los reyes fue a visitar a una bruja para pedir prosperidad para su pueblo después de quedar mermado por el peso de la guerra y la mujer le dibujó esos dos símbolos en la arena. Al intentar salir de la cueva donde vivía la bruja, el rey se perdió en sus galerías y acabó frente al mayor filón de carbón jamás conocido.


En Benextu (la capital del país) hay pocos bloques de pisos, solo los han permitido en la periferia, en barrios que quedan bastante apartados de la zona costera, y siempre siguiendo la máxima de no levantar demasiado alto y con un estilo decorativo siguiendo la esencia de las casas de la ciudad. Todas tienen vallas con un pequeño parterre en la entrada y jardines traseros llenos de naturaleza.
¿A quién no le gustaría visitarlo????
¡Feliz día! J

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Julia Nelson #CDTEAT (personajes)

7:57 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! ¿Alguna vez os habéis despertado con la sensación de que os apetece recordar una serie que os acompañó durante un periodo de vuestro pasado? A veces son historias que se quedan impresas en nuestra alma y nos cuesta dejarlas marchar porque han marcado una época y se han asido a nuestro interior creando un mundo mágico.


Julia Nelson es una de mis protagonistas femeninas más incomprendidas por algunos y, como no, más criticada, y más queridas por otros. Yo la adoro, porque para mí carece de algunos de los defectos que algunos lectores le atribuyen y me recuerda a una de mis heroínas de juventud, a esa Sara Miranda que me mantuvo enganchada a la pantalla durante mucho tiempo. 
Una vez la serie se fundió en el olvido, yo seguía viendo los vídeos de YouTube, las reposiciones, algunas escenas sueltas, aprendiéndomelas de memoria.


Uno de mis retos al empezar Cada día te espero a ti fue el de encontrar guiños a esa historia de amor que me zarandeó hacía años. Porque desde que empecé en la escritura me propuse llegar a delinear algún día una historia parecida, aunque aportándole mi imaginación, mis ideas, mis giros personales.
Julia nació en mi interior como una joven impetuosa, decidida, insistente y luchadora. Porque a veces no se puede tener lo que se desea sin darlo todo. Sus diferencias con Sara son notables. Julia es cantante, tiene un grupo de amigos, a Penny como íntima, un hermano al que adora, sueños y una vida en una base militar, como hija del general. 


Pierde a su madre de una forma horrible, se enamora de uno de los mayores amigos de su hermano, con quien se lleva once años, un oficial de las Fuerzas Aéreas a las órdenes de su padre, uno de los mejores pilotos de la base. Y, en vez de darse por vencida, lucha con todas las armas a su alcance para convencer a un Zack que huye de sus sentimientos porque no son factibles.
Para algunos lectores su insistencia ante las negativas constantes de Zack es un alarde de chica caprichosa, para mí es fortaleza, perseverancia, lucha por conseguir a ese hombre a quien sus acciones le traicionan y muestran sus verdaderos sentimientos por ella.


¿Caprichosa? Quizás sí. Empieza la novela con dieciséis años y, aunque sea madura para algunas cosas, para muchas otras sigue siendo una niña idealista. ¿Acosadora? También. Pero todos hemos tenido esa edad y nos hemos enamorado sin remedio, dejando fuera de nuestro universo todo lo demás. Por eso ella le persigue y él es errático, no consigue mantenerse del todo firme y le da pie a continuar con ese juego de acoso. ¿Luchadora? Hasta la médula. Nunca ceja en el empeño de convertirse en una gran cantante, de conseguir que Zack admita su amor por ella, de ayudar a sus amigos, de crecer, de hacer locuras.


Es una chica despierta, alegre, intensa, con una gran estima por sí misma, amiga hasta el infinito, cariñosa, decidida, fuerte, con tendencia a hacer locuras… 
A medida que avanzan los libros de la serie va madurando más y más, consiguiendo un comportamiento más templado a pesar de no perder su chispa. Porque todos debemos ser fieles a nuestra forma de ser.
¡Feliz día! J



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Pianista. André, Margaret y André. Dúo (profesiones)

8:28 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Tras darle bastantes vueltas a otra profesión de mis personajes me he decantado por la de pianista. Porque la música es lo más inspirador que existe y cocerlo de buena mano, gracias a dos André, de dos épocas distintas, y a Margaret es precioso.
Dúo es una de mis novelas más desconocidas y con una de las historias más emotivas que he escrito. Espionaje, Segunda Guerra Mundial, traiciones, dramas familiares, reencuentros… 


Margaret para mí es la protagonista indiscutible, su vida es dolorosa, dura, intensa. Se convierte en espía siendo alemana de nacimiento, se infiltra entre los nazis que invaden París, guiada por el amor a su marido, André, a su hijo Jaques y a la nación que le ha dado cobijo. Aunque en un momento dado su vida da un giro inesperado y viaja de nuevo a Berlín.
Pero André abuelo, el marido de Margaret, también tiene una historia interesante que contar, una que nos va narrando a través de las cartas que ella un día sostiene en sus manos. Y es que su nieto, André, también pianista, se las lleva tras encontrar su rastro. Porque, ¿puede la vida devolverte lo que te quitó?


El piano, la música y las canciones son importantes en la trama.
En esta novela hay dos historias, una actual, que nos muestra cómo Iris, violinista, y André nieto descubren sus afinidades a través de la música, cómo ambos se reconocen interesados en el otro gracias a los acordes del piano, a las melodías, a la sensibilidad de la profesión de André.


En el pasado, es el piano lo que reúne por primera vez a Margaret y a André, las clases que ella recibe para mejorar su técnica. Ella es hija de una influyente familia alemana, él un simple profesor de piano con deseos de convertirse en concertista. Pero el amor no entiende de clases sociales ni de diferencias ni de nada.


También es la profesión de pianista la que salva a André abuelo durante la guerra y lo lleva a vivir al cobijo de un general nazi con un hijo talentoso para el piano.
Y en un momento muy intenso de la trama, un concierto podría haber decantado la balanza de otra manera, pero las cartas del destino son caprichosas y muchas veces dejan en la cuneta las posibilidades de un final distinto.
¡Feliz día! J


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Gran reto

9:09 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Me he metido en un proyecto que me está resultando increíblemente difícil, pero a mí me encantan los retos y estoy dispuesta a intentarlo, a pesar de que hay muchísimos momentos en los que grito de frustración y acabo cerrando el Mac.
Tras casi veinte años buscando la forma de transmitir sentimientos a través de las palabras, de pulir mi estilo, de buscar maneras inteligentes de escribir diálogos y de encontrar las emociones en mi interior para dotar las frases de ellos, ahora debo cambiarlo y encontrar la forma de transmitir sentimientos a través de acciones, ¡y de rebajar los diálogos!


Jolin… Es como un reto monumental, porque cada vez que cojo el Word y lo releo, me bloqueo. Aunque en algunos momentos logro avanzar.
Y además, hay un desafío añadido, uno que atenta directamente con mi estructura mental. Y eso es durísimo, porque mi cabeza, ese ente hiperativo e indomable, va por libre y se pasa las noches dándole vueltas a cómo encarar la situación para salir victorioso.
Y lo cierto es que funciona porque, aunque más despacio de lo normal para mí, voy avanzando. Cada noche tengo una idea y la voy plasmando en el papel, trazando un sendero hacia la consecución de objetivos y haciendo algo que jamás me imaginé haciendo.


Porque, ¿cuántas veces me ha pedido Senda que haga un croquis de las novelas antes de empezar? ¿Y cuántas le he contestado yo que soy incapaz sin escribir la historia y desarrollar las escenas en el papel? 
Me sigue costando. Yo soy de brújula, no de mapa. De sentarme y dejar que sea esa cabeza mía la que trace las líneas, la que cree, la que defina a medida que escribo. Y siempre que he dejado cuatro ideas trazadas, las cambio, ¡todas! Porque siempre surge algo mejor. Y eso para mí es la adrenalina que me empuja a seguir escribiendo.


Es gracioso, porque mi mente ya ha trazado un mapa conceptual de cómo añadir ingredientes a una trama que en un principio estaba completamente cerrada y darles cabida en la historia, pero a la hora de resumirlo hay muchos obstáculos. 
Pero rendirse no está en mi vocabulario. No lo he hecho en la vida y no voy a empezar ahora. Voy a tirar hacia delante ese proyecto, aunque al final solo quede en eso, en un proyecto llevado a cabo. Voy a dar lo mejor de mí, a apostar fuerte, a no dormir (mi cabecita no me va a dejar hasta que lo tenga listo) y, sobre todo, a disfrutar de cada instante. Porque eso le da chispa a mi vida.


A veces, en el camino, encuentras a personas que te acompañan sin pedir nada a cambio, y eso es genial. Así que para este proyecto en concreto cuento con una de esas personas. Si algún día sale adelante voy a incluirle y os hablaré de todo, del proyecto, de mi colaborador secreto, de mis ideas.
Porque a pesar de que el último paso depende de otros, yo voy a hacer el mejor trabajo posible y voy a soñar con tocar el cielo con mis manos.
¡Feliz día! J




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