Médico, Lúa, Médicos sin fronteras (profesiones)

9:39 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! A veces la vida nos enfrenta a situaciones dolorosas y acabamos tomando decisiones que afectan a nuestra forma de entenderla porque necesitamos un cambio, un giro, un nuevo rumbo.
Eso le pasó a Lúa cuando se encontró a su marido en la cama con otra mujer. Tras toda la vida con él como único compañero en su corazón y en la parte afectiva, se encuentra de repente sin nada.


Escribir acerca de alguien como Lúa fue un reto muy difícil. Es una mujer con una gran contención en su comportamiento, se niega a dejarse llevar por los sentimientos, a reaccionar en caliente y a no analizar hasta el último punto de las situaciones. Pero en el fondo siente como todos.
Su profesión es interesante, como mínimo para mí cuando escribí el libro. Porque entonces trabajaba con médicos a los que admiraba por su gran trayectoria, por su implicación, por su labor de investigación y por su gran valía. Aunque con el tiempo he entendido que el valor humano de las personas también es importante y hay que aprender a separar la parte profesional de la personal.


Lúa ha deseado desde niña ser médico como su padre, quien falleció en una misión de Médicos sin fronteras, un hombre que le enseñó la valía de la profesión y le inculcó valores humanitarios. Y ella ha seguido sus pasos. Ha sido de las primeras en su promoción al licenciarse en Medicina, ha realizado la residencia en el hospital elegido, con su especialidad clara… Y de repente su vida se desploma.
Ser médico para mí es algo importante porque tienes la salud de las personas en tus manos y has de transmitirles no solo tus conocimientos, sino también confianza, tranquilidad, sosiego… 


Lúa descubre su interior a través de un cambio brusco, porque al encontrarse a Cesc engañándola, y tras enterarse de recortes en el hospital donde hacía la residencia que impiden su contratación, decide irse con la organización que tanto le dio a su padre y embarcarse en una misión que acabará descubriendo su verdadero interior.
La verdad es que siempre me ha parecido loable la tarea de estos médicos que se implican tanto en la ayuda humanitaria, en sus labores en zonas donde apenas hay acceso de la población a la atención médica, en su gran corazón.


Quizás por eso me informé muchísimo antes de escribir la novela e investigué la organización.
Ser médico para mí es una profesión vocacional, de personas que desean de verdad ayudar a los otros, darles opción a una mejor calidad de vida, encontrar formas de mejorar su salud, paliar los síntomas de cualquier enfermedad…
Lúa consigue darse cuenta de la importancia de los sentimientos atendiendo casos difíciles, conociendo otro lado de la medicina y por el encuentro casual con alguien que cambiará su percepción de la vida y desatará sus sentimientos hasta el punto de demostrarle que ser médico es importante, pero también aprender a vivir.
¡Feliz día! J  



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