Decidir...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Viernes… Esta semana me ha pasado tan rápida que apenes he contado con tiempo para saborear los días. Me marqué dos retos: enviar Perdida en la Niebla a mis lectoras y lector beta y terminar Dúo, junto a su propuesta literaria y su sinopsis.
¡Prueba superada! Las dos novelas están en la fase marcada y ahora me he quedado compuesta y sin trabajo de escritora… Jejeje, a veces pasa, corres para terminar algo y cuando lo tienes piensas: «¿Y ahora qué».
Creo que necesito un poco de distancia con la escritura, pensar hacia dónde se encaminarán mis pasos futuros, plantearme seriamente si me interesa una nueva agencia literaria o si los contactos editoriales que he hecho estos últimos días son el camino correcto.
A veces tomar una decisión no es fácil. Pensaba que la soledad en el tema literario me agobiaría, que sentiría el peso de la búsqueda de editorial aplastándome, sin embargo he conseguido no esperar como antes, no anhelar ni pensar que conseguiría respuestas positivas a la primera.
Para mandar las novelas he pensado mucho, con la intención de encontrar la editorial idónea para cada una de ellas, con la ilusión de encontrar a la persona que estará detrás de la lectura.
Ayer recordé mi primera incursión en este mundo, hace doce años… Fue una tarde de julio, acompañada por mi marido en la moto, con varias copias de El Secreto de las Cuartetas impresas y encuadernadas, junto a una carta de presentación… Nos recorrimos Barcelona, yendo de una editorial a otra, entregando el manuscrito, con aquella emoción impropia de la  situación.
Pensaba que eso era lo importante, llevarlo en mano, sentir que pronto me llamarían… Luego vino la larga y angustiosa espera frente al teléfono, los días llenos de ansiedad, las esperanzas rotas.
Aparcar ese desasosiego me ha costado años y empeño, ahora estoy en una posición más calmada, sé que quizás reciba muchas negativas o sencillamente que nunca me lleguen las respuestas. Y, para mi sorpresa, no me agobia. Quizás mi subconsciente se niega a regresar a ese punto.
Hay cosas muy positivas que consiguen darme una visión completamente distinta de la situación. Ecos del Pasado sigue imparable en Amazon, con descargas diarias y un sinfín de lectores que le dan una oportunidad, pronto saldrá a la venta El Secreto de las Cuartetas de la mano de Ediciones javisa23 y parece que con esas pequeñas hazañas es suficiente para estar feliz.
Quizás mi camino sea encontrar una editorial dispuesta a apostar por mi trabajo o subir mis obras a Amazon o buscar una nueva agencia… Pensaré en ello…

¡Feliz día! J

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Hay que seguir tus intuiciones

7:07 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! Esta semana avanza a la velocidad del rayo, ya estamos a jueves… Ayer me arreglaron la nevera de manera provisional, pero ya tengo mis alimentos en ella, esperando a que le cambien la pieza defectuosa.
Terminé la lectura correctiva de Dúo a las ocho y media de la tarde, con una intensa sensación de que quizás era una buena novela. Luego preparé una propuesta para la editorial a la que siempre he querido mandarla. Es curioso, siento que es la mejor elección de entre todas las posibilidades que hay.
Quizás sea una locura, un pálpito absurdo y sin fundamento, una de aquellas corazonadas que no nos llevan a buen puerto, pero a mí me hace feliz valorar esas señales que me indican con luces de neón el destino final de esta novela.
Si el tiempo valla ese camino, buscaré un sendero alternativo, no hay que rendirse nunca, es la máxima que prevalece cada día, con la emoción de encontrar salidas a las mil ideas que atesora mi cabeza, con aquella energía positiva que siempre colabora a la hora de esbozar sonrisas.
Al terminar la corrección de Dúo, con las emociones a flor de piel tras enfrentarme a ese final tan emotivo, escribí el email que llevaba tiempo elaborando en mi cabeza, con la positividad propia del momento, como si acompañar a Margaret en su último aliento de la novela me insuflara valor para perseguir mis sueños.
¿Y qué es la vida sin ilusiones? Hay que apostar sin alterar los nervios, sonreír cada día, inventar un mundo lleno de posibilidades, donde tus sueños alcancen una dimensión desconocida, aunque luego se queden en pequeñas estrellas en tu firmamento particular.
Me gusta el cambo de género de mis actuales manuscritos, explorar el romanticismo, dirigir los hilos de los personajes hacia una relación incierta, donde los sentimientos son el motor de sus vidas. Pero no descarto regresar al thriller o dejarme seducir por otros temas…
Lo bonito de escribir es la posibilidad de crear, de interactuar con unos desconocidos que acaban convirtiéndose en amigos imaginarios. A medida que te empapas con sus pensamientos aprendes a quererles y consigues una empatía propia de la narración.
Últimamente escribo con una intensidad nueva, parece que las palabras me envuelven en una corriente de sensibilidad, que a través de ellas penetro en la mente de los personajes. Estoy feliz al descubrir esa sensación a medida que corrijo.
Quizás, y solo quizás, el tiempo dedicado consiga dar sus frutos. Ojalá ese email que escribí ayer por la noche, antes de levantarme a preparar la cena, obtenga una respuesta a la altura… Si no llega, si se pierde en el ciberespacio o se aletarga, sabré que como mínimo lo he intentado.

¡Feliz día! J

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Ideas encontradas

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hoy me levanto bastante agobiada… Grrrrr, la nevera ayer por la noche decidió apagarse sin motivo y tuve que llevarle toda la comida a la vecina del primero para que no se me estropeara… Es duro porque solo tiene cuatro años y es una Siemens…
En fin… Parece que en casa las cosas deciden estropearse cuando mi marido está a miles de quilómetros. A ver si hoy consigo que venga un técnico y me solucione el problema, tampoco es plan de abusar de los vecinos, aunque por suerte estos son fantásticos.
A veces me planteo si vale la pena seguir con la ilusión de encontrar una vía directa a las estanterías físicas. Todavía no me he puesto en serio y ya se me hace una montaña escalar el monte de llegar a las editoriales. Realmente lo que más difícil me parece es encontrar los destinatarios finales de las novelas, quiero que como mínimo se las lean y no tengo ni idea de cómo encontrar los nombres y los emails de los editores…
Supongo que necesito creer que puedo arañar un poquito de su tiempo. Aunque a veces me paro a pensar si no sería mejor seguir como independiente en Amazon, buscar un hueco ahí, explorar la vía de la soledad y conseguir emocionar a los lectores que decidan bajarse mi ebook…
Es una contradicción, lo sé. Hay momentos en los que me siento tentada a subir a Amazon todas las novelas que esperan pacientes en mi disco duro. Otros miro el email con una esperanza mínima, alentándole para que traiga noticias interesantes.
De momento lo que sí he decidido es parar un tiempo de escribir para dedicarme a pulir, corregir, decidir el rumbo… No sé si aguantaré mucho, tengo una idea rondándome por la cabeza y me encanta escribir, esas cosquillas en el abdomen cuando sé cómo darle un giro al argumento, la sensación de que puedo vivir una aventura en un lugar lejano… Pero estoy decidida a intentarlo.
Hay instantes en los que me planteo si vale realmente la pena desear lectores, si no sería mejor dedicarme únicamente a la creación y abandonar para siempre un deseo inalcanzable. Otros creo que debo seguir la estela de mis ilusiones, trazarme un plan de futuro plausible y caminar por él con la emoción a flor de piel.
Ideas encontradas, diferencias de criterios, mi cabeza dividida en dos… Jejejeje, a ver si la centro de una vez… De momento puedo deciros que la corrección de Duo va viento en popa, que me gusta esa novela, que me siento orgullosa de mi trabajo y que eso me hace inmensamente feliz.

¡Feliz día! J

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Mucho por explorar...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hace calor… Esta noche he pasado frío, pensaba que al despertar me asolarían esas temperaturas próximas al fresco habitual en este mes, pero parece que estaba equivocada.
Cambios… Ufffff, llevo unas semanas en las que las noticias me sobrevuelan constantemente, indicando irremediables modificaciones en mis esquemas planificados de la vida… Habrá que adaptarse a las novedades y darles una oportunidad, quizás es mejor lo que viene…
Necesito sentir que me muevo, que mis pasos actuales me llevan a algún sitio, aunque sea un lugar pequeño donde no alcance mis sueños completos. Hay partes de los últimos cambios que me han dejado un poso de emociones encontradas.
Entiendo que las personas asuman sus decisiones con un arrojo imponente, pero no comprendo la falta de tacto a la hora de acompañar a los compañeros que se quedan por el camino. La tristeza por un final puede llenarse de luz con un nuevo principio, pero esos rayos no pueden eclipsar a quien te ha acompañado durante años en el camino.
Supongo que cada cual tiene su manera de pensar y de actuar. A veces vale más una palabra certera que un silencio, pero no podemos elegir cómo reaccionarán los demás ante una situación determinada ni desear que sus actos sean como los nuestros al enfrentarnos a la misma tesitura.
Suerte que el tiempo consigue borrar las huellas de lo que no fue y te trae pisadas en un terreno inexplorado.
Ayer seguí con la corrección de Duo, me adentré en la segunda parte, acompañando a Margaret en su periplo. Intensidad. Creo que esta palabra describe bien lo que subyace de las páginas, y me encanta saber que tras mucho esfuerzo al fin he conseguido plasmar la profundidad de sentimientos que me invaden al imaginarme cada una de las escenas.
Quizás algún día los lectores anónimos disfruten de las peripecias de mis personajes, cuando recuerdo mis ensoñaciones infantiles… No quiero emocionarme por la publicación en papel de El Secreto de las Cuartetas hasta que falte poquito para tener el libro en mis manos, ¡queda apenas un mes!, pero sí sonrío cada vez que siento la posibilidad de ver mi libro frente a un lector algún día.
Es precioso aferrarse a las pequeñas cosas, darles una dimensión interesante y conferirles color. Esta semana mi elenco de betas ha sumado a una persona… Hace tres semanas perdió a una que a mí me importaba… Pero está visto que a veces sentir que existen lazos con alguien no implica que sean de doble dirección…
En fin, me voy a trabajar, que hoy estoy dispersa…
¡Feliz día! J


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Aprender

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! El fin de semana me ha servido para avanzar muchísimo en mis proyectos literarios. Mandar el último borrador de una novela a los beta siempre me produce un cúmulo de sensaciones encontradas. ¿Gustará? ¿Estará bien medida? ¿Tendrá el suspense necesario para atrapar a los lectores?
Saber que hay un grupo de personas dispuestas a darle una oportunidad a mis novelas, con la intención de encontrar los fallos de concordancia y los detalles flojos, es algo importante en mi vida, porque cuando tengo la novela en la cabeza y la escribo siempre puedo dejar flecos que en un primer momento no veo.
Me propuse mandar Perdida en la Niebla el sábado y lo conseguí. Ayer me pasé el día con Duo, necesitaba modificar algunos pequeños detalles de la primera parte. Espero que en un par de semanas este manuscrito esté listo para empezar su periplo hacia las estanterías. Ya ha pasado por las expertas manos de mis lectoras y lector beta y yo le habré dado la última vuelta.
Corregir me cuesta… La pasión que me invade cuando creo una historia no es la misma que al leer las páginas en busca de errores. Aunque he de admitir que me gusta releer mis escritos, darme cuenta de cuáles son mis fortalezas a la hora de construir una trama y cuáles mis defectos.
Para mí es importante tener críticos, personas que buscan más allá de lo básico y se hacen preguntas. A veces, cuando sale una reseña negativa de una novela, me duele, pero a los pocos minutos empiezo a discernir el camino a seguir para que esos fallos no vuelvan a repetirse.
La importancia de escuchar a los demás, de saber hasta dónde sus impresiones pueden darte una visión positiva de cómo avanzar en el tortuoso mundo de la creación, es vital para aprender. A escribir se aprende escribiendo, leyendo, absorbiendo los consejos ajenos, observando el mundo que te rodea…
Tras muchísimos años de picar piedra ahora he llegado a un punto en el que en pocos meses consigo un manuscrito pulido y terminado. Es maravilloso alcanzar este objetivo, algo que hace años deseaba con intensidad y que por fin se ha convertido en un hecho. Aunque no hay que perder de vista una realidad: los manuscritos siempre se pueden mejorar.
No sé si conseguiré que una editorial crea en las novelas que he escrito estos últimos veintidós meses, pero no me agobia como antes, porque siempre me queda Amazon… La experiencia con Ecos del Pasado me ha devuelto la credibilidad en ese medio, el libro se vende, a pesar del paso del tiempo, sigue dándome alegrías diarias…

¡Feliz día! J

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Géneros novelísticos

10:01 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! La luz del sol inunda mi habitación para recordarme la alegría que emana de sus rayos perfectos. Suspiro. No he pasado buena noche, mi insomnio se agrava cuando estoy sola…
Mis sentimientos están alterados, tengo demasiadas cosas en la cabeza que intentan tomar cuerpo como un pensamiento único. Tengo una idea para una nueva novela, una que me encantaría escribir, pero me propuse corregir, luchar por publicar las que se amontonan en el disco duro y preparar la próxima edición en papel de El Secreto de las Cuartetas.
Ayer rubriqué por fin el último punto y final de Perdida en la Niebla. Luego abrí el Calibre, la convertí a MOBI y a EPUB y la mandé en un email a mis lectoras y lector beta, con aquella mezcla de ilusión y deseos de alcanzar un pedacito del corazón de las siete personas que recibieron el manuscrito.
Toca volver a las páginas de DUO para terminar de darle forma, caminar de la mano de Iris, de André y de Margaret, permitir que me seduzcan sus constantes aventuras…
A veces pienso que soñar despierta con un mundo donde las cosas salen a semejanza de tus deseos es maravilloso. Conocer a fondo a los personajes que llenan de vida las novelas, acompañarlos en su proceso madurativo, averiguar cuáles son sus anhelos y caminar hacia su futuro con la sensación de que forman parte de ti es algo a lo que jamás renunciaré.
Sé que estos últimos años he cambiado muchísimo. Hay días en los que miro hacia atrás y me descubro ajena a mi ahora, con una forma de pensar equivocada que me abocaba a sentir el peso de mis decisiones. Las historias que cuento también han evolucionado, antes pensaba que quería escribir acerca de temas paranormales, explorar los misterios de la humanidad y darles una consistencia personal.
Quiero a mis novelas de aquella época. La Baraja siempre será mi preferida, a pesar de que no busque la manera de sacarla a la venta ni de darle continuidad a la serie El Pentáculo. Pam Casas era una mujer luchadora, con una manera especial de afrontar los acontecimientos.
Recuerdo con especial cariño el día que mi padre me regaló El Ocho. Por esa época yo solo leía género romántico y nunca me había planteado otro para mis escritos. Amor, pasión, odio, traiciones… Leí a Katherine Neville casi por obligación, pero en cuatro días había devorado hasta la última frase del libro que se convirtió en mi fetiche.
Me encantó El Ocho, lo leí cinco veces, con la sensación de que por fin había encontrado mi género… Ahora regreso a los orígenes, a aquellos libros que tomaba prestados de la estantería de mi abuela y que me transportaban a la Inglaterra victoriana, a ese sentimiento intenso que brotaba de las palabras escritas y conseguía arrancarme varias lágrimas. Escribo con esa visión, pero siempre con mi toque personal, con el aderezo de un crimen, de una vida truncada por el destino o de un misterio que resolver.
Veremos hasta dónde me lleva mi imaginación…

¡Feliz día! J

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¿Físico o digital?

10:01 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! Me despierto cansada, con un poco de resaca de sueño y la sensación de que necesito recuperar la serenidad. Poco a poco las cosas se asientan en su lugar y consiguen estabilizar los esquemas futuros. Espero que pronto consiga descubrir hacia qué lado caminar en lo referente a la literatura.
Esta mañana tengo previsto terminar la corrección de Perdida en la Niebla… Luego se la mandaré a mis lectoras beta y regresaré a las páginas de DUO para darle la última vuelta antes de emprender el largo periplo hasta las estanterías. Me encantaría que terminara en unas físicas, pero si su destino son las virtuales, también lo veré como un triunfo.
Son muchas las emociones de ver cómo un libro tuyo se vende, aunque sea en Amazon, aunque ganes poco dinero con cada venta, aunque no puedas oler sus páginas… He maquetado Ecos del Pasado para venderlo en papel, si alguien lo quiere lo tiene en Amazon, solo hay que comprarlo y te lo traen a casa.
Ayer unas compañeras de gimnasio filosofaban acerca de lo maravilloso que es encontrar y un libro tuyo en una librería. Es cierto, si consigues editar con una editorial la emoción es plena, pronto lo experimentaré… Pero cuando subes un libro a Amazon y en cuatro meses vendes más de mil doscientos ejemplares, también sientes una alegría contagiosa, porque ese mérito es únicamente de tu libro y tu trabajo de promoción.
¿Virtual o físico? La redacción de inglés de esta semana versa sobre este tema, debo evaluar los pros y los contras de cada opción, decantándome al final por una.
Creo que el papel nunca desaparecerá, pero con el tiempo quedará como un valor residual. Da pena, al elegir el formato ebook se pierde el romanticismo, sin embargo no hay que darle la espalda al futuro.
Mis compañeras, fieles defensoras del formato físico, han acabado con un ereader en la mano, atesorando libros. Son grandes lectoras, personas que antes carreteaban grandes volúmenes para devorarlos en el metro, en el tren, en la playa, en los descansos…
Desde que mi marido me regaló el Kindle no he vuelto a comprar un libro en papel, solo leo en digital porque es más cómodo, más económico y me permite llevar encima muchísimos libros sin que me ocupen demasiado espacio en el bolso.
Me da pena pensar que quizás ya nunca vuelva a guardar un pétalo de rosa en una página donde he encontrado una parte de la historia que me ha tocado la fibra sensible, que mis dedos manchados de aceite no dejen la huella de su paso por un libro, que no pueda aspirar el aroma de las páginas impresas… Hay tanto que se deja atrás al cambiar de formato…
Pero así es el progreso, en importante caminar hacia delante con la emoción de descubrir nuevos retos cada día, de adaptarse a las novedades y de no quedarse en la estación, viendo cómo el tren se pierde en la lejanía sin llevarte en su interior.

¡Feliz día! J

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Caminos...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Llegamos al viernes… Por un lado tengo ganas de descansar, de terminar de una vez por todas la corrección de Perdida en la Niebla, deseo enviarla a mis lectoras beta, de aparcar por dos días la necesidad de trabajar a cuatro mil por hora… Por el otro no quiero que llegue el sábado… Mi marido vuelve a China y eso me dejará solita en casa…
Ayer os hablaba de lo importante que fue para mí entrar en este despacho por primera vez. Es increíble cómo un acto parecido puede cambiarte la vida. He madurado tanto… Me costó un mundo aparcar las esperas, no sentirme ansiosa por las respuestas que nunca llegaban y acostumbrarme a la serenidad de quien escribe por emoción.
Recuerdo palabras musitadas a la vera de la espera infructuosa, consejos que calaron más tarde en mi interior. Tenían razón, pero en ese momento de mi vida estaba ofuscada, cegada por aquella necesidad extraña de alcanzar un cielo demasiado elevado. Frases como: «escribe porque te hace feliz y olvídate de si publicas o no, ¡hazlo como hobbie!», no llegaban a mi cerebro, se quedaban enredadas en una bruma de desasosiego.
Ahora, desligada de esas cadenas que me impedían disfrutar de algo tan maravilloso como es el arte de contar historias, sonrío cada vez que tengo una idea, me emociono con las palabras escritas, intento darle una voz propia a cada personaje y juego con mi imaginación.
Quizás por eso consigo escribir una novela cada tres o cuatro meses, darle vida a cada escena y permitir que los manuscritos me acompañen para siempre en la memoria de mi ordenador. Ya no espero, solo escribo y sueño algunas veces con metas más plausibles.
En la vida emprendemos caminos que nos llevan a un lugar insospechado y perfecto, de aquellos que hace ilusión darse la vuelta para ver cómo los hemos recorrido. Las decisiones, aunque no sean importantes, muchas veces esconden sorpresas agradables.
El paso de los años me ha enseñado que las cosas no siempre son como parecen. Cuando esperas demasiado de una amiga muchas veces la realidad te descubre que no deberías concederle ese lugar en tu escala de valores. Y, en ocasiones, una persona cercana, con la que no te sientes tan unida, apuesta por ti, te ofrece su brazo en un instante de necesidad. Entonces la sitúas en el lugar que merece…
En este trabajo he conocido a gente maravillosa, sé que aunque pasen los años y los caminos nos separen, estas personas formarán parte de mi mundo, porque son unas joyas a las que no quiero perder.

¡Feliz día! J

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Compañeros

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hay momentos para la introspección, otros para la emoción y, por qué no, algunos para ahondar en la tristeza, aunque estos últimos deben reducirse al mínimo.
Hay días en los que en sueños me visitan partes de mi pasado, como si quisieran gritar a mi mente la nostalgia por recuperar parte de esos instantes. Al despertarme me percato de que el ahora tiene demasiadas cosas maravillosas como para andar de puntillas en él.
Ir una tarde a ver a una compañera de trabajo que lleva meses de baja por una lesión en la vértebra es algo que me reportó muchas emociones. Fui con dos amigos más de la oficina y me di cuenta de que sin ellos ahora no tendría el arrojo que demuestro.
Hace cuatro años estaba en una fase triste y absolutamente fuera de lugar. Esperaba, sentía la acuciante ansiedad de quien se pasa horas frente al email o al teléfono, suplicando una respuesta, con el alma enredada en esperanzas que se marchitaban con el paso de las horas.
Entonces encontré este trabajo, caminé de la mano de una gente maravillosa que me acogió en el seno de su día a día con camaradería. Estrechamos lazos con el paso del tiempo, compartimos confidencias a la vera de la soledad de las mañanas, aprendimos a entendernos.
Supongo que es normal hablar acerca de las inquietudes personales cuando aprendes a querer a alguien. Al principio estaba frustrada por la falta de noticias en lo relativo a la escritura, y un día me abrí a ellos, les conté mis anhelos, mis ilusiones, mis alegrías al novelar las historias que se agolpaban en mi mente.
El tiempo quiso que dos de las mujeres que había entonces se convirtieran en mis lectoras beta y que me ayudaran a la hora de construir personajes o de pulir un texto. Una de ellas se fue a vivir a Suiza, pero la distancia no es un obstáculo para nosotras gracias a la tecnología.
Los años sumaron gente, cambiaron una parte importante de la plantilla y me concedieron otras dos compañeras interesadas en leer los borradores de las novelas y dispuestas a escucharme cuando de repente les hago una pregunta referente a mis personajes, sin darles tiempo a calibrar si hablo de la fantasía o de la realidad.
Esta semana se ha sumado una nueva compañera a mi grupo de betas, al que también pertenecen mi padre y mi hermana desde el inicio, cuando mis escritos eran de otra manera y necesitaba muchísimo esfuerzo para conseguir un estilo propio.
No sé por qué mis sueños de esta noche me han traído a la mente unas amigas del pasado a las que nunca estuve unida, a pesar de que entonces yo pensara lo contrario. Es absurdo mirar atrás cuando mi presente está tan lleno de ilusiones compartidas, de instantes felices y de personas que me quieren tal y como soy, sin restricciones.

¡Feliz día! J

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Después de la tormenta...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Dicen que después de la tormenta siempre viene la calma… En cierta medida aciertan de pleno, aunque a veces quede una resaca propia de la situación.
Cuando hace dos semanas me enfrenté a varios cambios inesperados pensé que no había luz al final del túnel, que sería muy difícil asentar de nuevo esas facetas de mi vida que cerraban una etapa. Recuerdo una conversación con mi marido…
—Uffff —le dije sentándome en el sofá—. Esta semana me deja todo el mundo…
Él me miró con una sonrisa, meneó la cabeza y me tranquilizó.
—Bueno, tanto como todo el mundo… —pronunció con un deje de gracia—. Yo sigo aquí, ¿no?
Pues sí. Después de veintitrés años de relación, dieciocho de casados y cinco de novios, mi marido continúa a mi lado. Ese cometario me arrancó una sonrisa, me acerqué a él y le besé en la mejilla.
A veces me ofusco por cosas sin importancia y es absurdo. ¿Y qué si llevaba diez años y nueve meses apostando por una agente literaria que al final ha encontrado su camino en otra dirección? ¿Y que mis dos queridos profesores de baile, tras nueve y seis años conmigo respectivamente, hayan volado del club para apostar por otros lugares? La vida sigue…
Mi tendencia a encuadrar el día a día en una rutina me abocó a sentirme completamente perdida ante tales realidades. Además, ¡vinieron todas de golpe! Al principio no tenía claro cómo encarar el futuro, pero a medida que pasan los días me percato de que no es el fin del mundo.
Ayer decidí que ya era hora de probar al nuevo profesor de baile sin condicionar mi decisión a las desaparecidas clases de Alberto, y fue genial. Es diferente, un nuevo reto, con una coreografía chulísima. Salí de la sala con una ancha y preciosa sonrisa en los labios, pensando que siempre hay esperanza y que quizás debería acatar mejor los cambios.
Suspiré. Por fin me di cuenta de que nada es imprescindible y de que aquella máxima de pensar en lo conocido como lo mejor a veces no es cierta. Bailé, lo pasé bien, conté hasta ocho en cada estrofa y saboreé el cambio, con visión positiva y muchísimas ganas de aprender.
Supongo que no tardaré en ver la parte positiva de la falta de agente, solo necesito centrarme, encontrar un camino, recorrer con ilusión cada recodo y no quedarme en un rincón a lamerme las heridas. Seguro que en ese cauce también hay un lugar donde el agua se convierte en una catarata de emociones.
Ayer no me dediqué a mi novela, corregí un relato que mi cuñado y unos amigos, padres del colegio  de sus hijos, escribieron por turnos utilizando el whatsapp. Fue difícil, todavía me quedan algunas horas para terminar de pulirlo, pero me pareció una idea estupenda.

¡Feliz día! J

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Darle la vuelta a la tortilla

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Es increíble leer una novela escrita por mí y sentir esa tensión que emana de las páginas. No soy una narcisista que se promociona a viva voz y se cree que es la mejor persona, simplemente constato que después de años dedicada en cuerpo y alma a escribir por fin he llegado a un punto donde mi capacidad de escribir ha conseguido un estilo propio.
Me gusta Perdida en la Niebla. A mi juicio tiene el equilibrio justo entre el romance y el suspense, dándole a la mitad que corresponde una investigación de las que hacen dudar y aportan suficientes pistas en direcciones opuestas para desafiar la capacidad deductiva del lector.
Ayer tuve un día negativito… Me ofusqué con muchísimas cosas que me pasaban por la cabeza: la soledad que siento al saber que nadie mueve mi trabajo, la ausencia de respuesta de las personas a las que he solicitado ayuda, la ansiedad de la espera, aunque no haya nada que esperar… Uffff, me constó un sobresfuerzo darle la vuelta a la tortilla.
Por suerte cuando llegué a casa me decidí por continuar con la lectura correctiva de Perdida en la Niebla. Durante el día no todo fue penoso, descubrí que tengo amigas por las que bien vale apostar, aunque sean virtuales y estén demasiado lejos para verlas.
Abrí la novela en el Mac con la sensación de que me encontraría algo sin substancia. Ya os he dicho que estaba pesimista… Y descubrí que me atrapaban las páginas, que me gustaba lo escrito… Fue una alegría, aunque luego se quede en el directorio «Novelas» durante años y solo mis lectoras y lector beta la lean.
No puedo regresar a un punto donde las ansiosas esperas dominaban mi vida con aquella angustiosa sensación de necesidad y anhelo. Escribir me apasiona, es mi manera de exorcizar los mundos imaginarios que me acompañan desde pequeña.
A veces me pregunto qué sería de mí sin el ordenador y las novelas… He escrito seis en veintidós meses porque cualquier instante libre que consigo arañarle al día me lo paso sentada en un rincón del sofá, con tres cojines distribuidos estratégicamente, novelando, viajando con la mente, internándome en la coraza de mis personajes.
Estoy perdida, es cierto. No tengo claro hacia dónde moverme ni si mis novelas alguna vez las leerá muchísima gente, pero como mínimo sé que no voy a abandonar algo que me hace feliz porque luego tenga poco recorrido. El tiempo dirá, seguro que tarde o temprano descubro una senda serpenteante hacia la consecución de algún pequeño objetivo.
De momento la vida me ha reportado gratificaciones: las ventas imparables de Ecos del Pasado, una próxima publicación de El Secreto de las Cuartetas y un grupo selecto de personas que me leen y me comentan… ¡Es suficiente para no olvidar mi sonrisa matutina!

¡Feliz día! J

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Incumplir las promesas

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hoy hace fresco, la mañana parece más oscura de lo normal y yo me despierto otra vez sin ganas de coger la moto e irme al despacho. Sin embargo soy una persona excesivamente cumplidora, de aquellas que contesta llamadas laborales a cualquier hora y que suele comprometerse con los demás.
Últimamente me enfrento a muchas circunstancias donde la gente incumple con los compromisos adquiridos. Y sí, me siento mal, para qué negarlo… Mi manera de ser me impulsa a no faltar nunca a mi palabra, aunque eso signifique robarle tiempo a otras cosas.
Debería encuadrar la vida donde realmente se merece, no esperar demasiado de la gente que me rodea y caminar hacia el horizonte libre de responsabilidades, dejándome llevar por la corriente. Pero yo no soy así. No me gusta dejar plantado a un amigo ni que la bandeja de entrada se llene a rebosar de emails sin contestar ni que alguien me pida un favor y, si está en mi mano, no se lo conceda.
Por eso me duele tanto la ausencia total de colaboración por parte ajena. Es más fácil decir no que prometer la luna si te ves incapaz de alcanzarla. Hace años os hablaba de la ansiedad inherente a la incertidumbre y la dificultad de enfrentarse a un sí condicionado.
Prefiero una negativa firme a una promesa rota. Entiendo que a veces las circunstancias puedan debilitar nuestra capacidad de actuación, pero entonces agradezco una llamada, un escrito, un mensaje en el que se me explique que no va a poder ser. Eso siempre lo comprendo.
Sin embargo las cosas suelen ir por otros derroteros…
En fin, hay que adaptarse a la realidad, aprender a no esperar y, sobretodo,  no cambiar, no dejarse influenciar por esa manera de actuar y ser fiel a una misma. Es la mejor manera de ser feliz.
Con el tiempo he aprendido a modificar mis hábitos, a ver más allá de las promesas y cada vez me duele menos que se incumplan. Aunque para ser sincera debo admitir que todavía queda ese resquicio de dolor cada vez que me enfrento a una falta.
Ayer regresé a las páginas de Perdida en la Niebla para sumergirme en el mundo de Sussie y de Ernesto. Puede funcionar, la novela tiene gancho y me gusta, a ver si una editorial comparte esa percepción. Y si no, siempre me queda Amazon…
Tomé un zumo con mi querida Senda, sentadas en una terraza mientras anochecía, acompañadas por la temperatura inusualmente cálida. Ella comprobaba sus notas en el Kindle mientras yo corregía DUO en mi Mac. Estas pequeñas cosas me devuelven la sonrisa. Igual que chatear con mi amiga Mabel o charlar con Mercè por teléfono o ir a visitar a Dolors a su casa el viernes por la tarde.

¡Feliz día! J

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Amor y esperanza

9:22 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Parece que en vez de estar en el otoño el verano quiera usurpar las jornadas con un sol radiante en el exterior y un sinfín de horas llenas de calor y aromas típicos del verano. El silencio que se respira a esta hora temprana, acompañado por un cielo azulado y un sol que ilumina las casas de enfrente, es plácido y sereno, como el de un día de agosto.
Ayer visioné un vídeo en Facebook que me hizo pensar muchísimo. Eran unos novios bailando la canción de Dirty Dancing en su boda. Los recuerdos de adolescencia se formaron rápido en mi mente, trayéndome las emociones palpables que despertaba esa película en mi interior. La vi tantas veces… Me apasionaba ese romance que se forjaba a la vera de los bailes y las canciones, el ritmo de los actores, la esencia de cada fotograma.
Es curioso cómo la mente humana cambia las percepciones a medida que alcanza un nuevo grado de madurez. Ahora mi manera de encarar la situación de la historia de amor protagonizada por Johnny Castle (Patrick Swayze) y Baby Houseman (Jennifer Grey) es completamente distinta. Veo los pros y los contras, me sumerjo en el futuro que les espera, dándome cuenta de que no todo es el amor…
Mis dos películas favoritas de la época eran esta y Un Toque de Infidelidad, donde Isabela Rossellini y Ted Danson se enamoraban de una manera lenta y preciosa. Sí, ya entonces era una romántica empedernida, con ideas ilusorias del príncipe azul y que lloraba con las escenas clave.
El amor, igual que la esperanza, se templa con la edad, se asienta y consigue aparcar aquel cúmulo de sensaciones que nos abocaban a sorber la vida con ansias de alcanzar un pedacito de cielo. Al principio ambos sentimientos son explosivos, te convierten en alguien con las constantes disparadas, con las emociones a flor de piel, con el deseo diario de poseer a la persona amada o lo que esperas con esa devoción intensa.
Sentir que el destino te reserva un regalo, pensar que puedes estar horas junto a tu amado, ver el futuro con esperanza, no puede durar siempre. Son instantes, etapas, estrellas fugaces que recorren el firmamento personal. Un día el amor se apacigua, convirtiéndose en cariño, respeto, deseo y un sinfín de momentos compartidos que componen una vida.
La esperanza se marchita cuando las metas se convierten en inalcanzables, muda y acaba describiéndote un futuro más tranquilo, más adecuado a la realidad. Pensaba que nunca conseguiría ver la escritura como algo que me hace feliz, antes enviaba una novela a una editorial y esperaba pegada literalmente al teléfono y al email. Ahora siento que es muy posible que no reciba respuesta, así que me mantengo al margen de esos envíos y prosigo con la maravillosa tarea de novelar mis mundos paralelos.
Asentar la esperanza, darle su justa medida, saber que quizás nunca llegue a tocar esas ilusiones juveniles, es una manera perfecta de sonreír a la vida, de contener los deseos quiméricos y de ser feliz. Ojalá pueda escribir hasta mi último aliento…

¡Feliz día! J

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