Quemando etapas...
¡Buenos días! Las mañanas empiezan
a oscurecerse, ya no veo si el sol quiere alumbrarme durante las horas siguientes
ni si el día será claro. Ayer caminé hacia un nuevo futuro, veremos si empiezo
una nueva etapa con muchísima fuerza.
Espero y deseo que las cosas
cambien a mejor, que la vida me otorgue muchísimas experiencias interesantes y,
sobre todo, enfrentarme a retos superables, tanto en la literatura como en la
faceta profesional.
Uffff, por fin es viernes,
estas últimas semanas me cuesta un mundo levantarme por la mañana para ir a
trabajar. Tengo pereza... Por suerte me motiva saber que en mi mesa hay un
montón de papeles pendientes de revisión y un sinfín de tareas que requieren mi
atención.
No he corregido en toda la
semana, tengo la cabeza ajetreada en las mil connotaciones de las últimas
noticias. La agencia de Lola ha cerrado sus puertas, tengo la carta de recisión
de contrato en casa y no sé por dónde empezar la búsqueda de editorial, aunque
pronto me centraré y seguro que conseguiré trazar una hoja de ruta.
Enfrentarse a los cambios es un
proceso lento, pero en muchos casos gratificante. Cerrar etapas cuesta, y más
cuando abarcan diez largos años de tu vida y muchísimas expectativas que se derrumban
con un solo soplido de viento. Sin embargo siempre que una puerta se cierra se
abre una ventana en otro lugar, así que voy a ver cuál es y a saltar al
exterior.
Perdida
en la Niebla es una novela que mezcla dos estilos: el
romántico y el suspense. Igual que Ecos
del Pasado la primera parte se decanta por la historia de amor, con algunas
pistas de lo que se avecina, y en la segunda mitad exploramos la parte de thriller.
Estoy contenta con el
resultado, gracias a los comentarios en los blogs y a sus valoraciones de EDP
conseguí cambiar el foco de algunas partes de la novela para darle mayor
credibilidad. Cuando termine la corrección y la tengan mis lectoras beta me dedicaré a DUO, una novela
histórico-romántica en la que se cuenta una vida.
Y después… Tocará abrir un Excel
llamado editoriales, buscar direcciones de email, enviar manuscritos, cruzar
los dedos y participar en la publicación de El
Secreto de las Cuartetas, que finalmente será a finales de noviembre.
Quiero dedicar unos meses a
moverme entre las editoriales, a valorar la posibilidad de tener de nuevo una
agente literaria, de caminar hacia los lectores de manera más sólida y recta.
Luego regresaré a la
creatividad, a escribir sin tregua, a darle vida a mis mundos paralelos en una
hoja de Word… ¡Espero que me acompañéis en la senda por la que avanzaré!
¡Feliz día! J
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