Aprender

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! El fin de semana me ha servido para avanzar muchísimo en mis proyectos literarios. Mandar el último borrador de una novela a los beta siempre me produce un cúmulo de sensaciones encontradas. ¿Gustará? ¿Estará bien medida? ¿Tendrá el suspense necesario para atrapar a los lectores?
Saber que hay un grupo de personas dispuestas a darle una oportunidad a mis novelas, con la intención de encontrar los fallos de concordancia y los detalles flojos, es algo importante en mi vida, porque cuando tengo la novela en la cabeza y la escribo siempre puedo dejar flecos que en un primer momento no veo.
Me propuse mandar Perdida en la Niebla el sábado y lo conseguí. Ayer me pasé el día con Duo, necesitaba modificar algunos pequeños detalles de la primera parte. Espero que en un par de semanas este manuscrito esté listo para empezar su periplo hacia las estanterías. Ya ha pasado por las expertas manos de mis lectoras y lector beta y yo le habré dado la última vuelta.
Corregir me cuesta… La pasión que me invade cuando creo una historia no es la misma que al leer las páginas en busca de errores. Aunque he de admitir que me gusta releer mis escritos, darme cuenta de cuáles son mis fortalezas a la hora de construir una trama y cuáles mis defectos.
Para mí es importante tener críticos, personas que buscan más allá de lo básico y se hacen preguntas. A veces, cuando sale una reseña negativa de una novela, me duele, pero a los pocos minutos empiezo a discernir el camino a seguir para que esos fallos no vuelvan a repetirse.
La importancia de escuchar a los demás, de saber hasta dónde sus impresiones pueden darte una visión positiva de cómo avanzar en el tortuoso mundo de la creación, es vital para aprender. A escribir se aprende escribiendo, leyendo, absorbiendo los consejos ajenos, observando el mundo que te rodea…
Tras muchísimos años de picar piedra ahora he llegado a un punto en el que en pocos meses consigo un manuscrito pulido y terminado. Es maravilloso alcanzar este objetivo, algo que hace años deseaba con intensidad y que por fin se ha convertido en un hecho. Aunque no hay que perder de vista una realidad: los manuscritos siempre se pueden mejorar.
No sé si conseguiré que una editorial crea en las novelas que he escrito estos últimos veintidós meses, pero no me agobia como antes, porque siempre me queda Amazon… La experiencia con Ecos del Pasado me ha devuelto la credibilidad en ese medio, el libro se vende, a pesar del paso del tiempo, sigue dándome alegrías diarias…

¡Feliz día! J

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