Compañeros
¡Buenos días! Hay momentos para
la introspección, otros para la emoción y, por qué no, algunos para ahondar en
la tristeza, aunque estos últimos deben reducirse al mínimo.
Hay días en los que en sueños me
visitan partes de mi pasado, como si quisieran gritar a mi mente la nostalgia
por recuperar parte de esos instantes. Al despertarme me percato de que el
ahora tiene demasiadas cosas maravillosas como para andar de puntillas en él.
Ir una tarde a ver a una
compañera de trabajo que lleva meses de baja por una lesión en la vértebra es
algo que me reportó muchas emociones. Fui con dos amigos más de la oficina y me
di cuenta de que sin ellos ahora no tendría el arrojo que demuestro.
Hace cuatro años estaba en una
fase triste y absolutamente fuera de lugar. Esperaba, sentía la acuciante
ansiedad de quien se pasa horas frente al email o al teléfono, suplicando una respuesta,
con el alma enredada en esperanzas que se marchitaban con el paso de las horas.
Entonces encontré este trabajo,
caminé de la mano de una gente maravillosa que me acogió en el seno de su día a
día con camaradería. Estrechamos lazos con el paso del tiempo, compartimos
confidencias a la vera de la soledad de las mañanas, aprendimos a entendernos.
Supongo que es normal hablar
acerca de las inquietudes personales cuando aprendes a querer a alguien. Al
principio estaba frustrada por la falta de noticias en lo relativo a la
escritura, y un día me abrí a ellos, les conté mis anhelos, mis ilusiones, mis
alegrías al novelar las historias que se agolpaban en mi mente.
El tiempo quiso que dos de las
mujeres que había entonces se convirtieran en mis lectoras beta y que me ayudaran a la hora de construir personajes o de pulir
un texto. Una de ellas se fue a vivir a Suiza, pero la distancia no es un obstáculo
para nosotras gracias a la tecnología.
Los años sumaron gente, cambiaron
una parte importante de la plantilla y me concedieron otras dos compañeras
interesadas en leer los borradores de las novelas y dispuestas a escucharme
cuando de repente les hago una pregunta referente a mis personajes, sin darles
tiempo a calibrar si hablo de la fantasía o de la realidad.
Esta semana se ha sumado una
nueva compañera a mi grupo de betas,
al que también pertenecen mi padre y mi hermana desde el inicio, cuando mis
escritos eran de otra manera y necesitaba muchísimo esfuerzo para conseguir un
estilo propio.
No sé por qué mis sueños de esta
noche me han traído a la mente unas amigas del pasado a las que nunca estuve
unida, a pesar de que entonces yo pensara lo contrario. Es absurdo mirar atrás
cuando mi presente está tan lleno de ilusiones compartidas, de instantes
felices y de personas que me quieren tal y como soy, sin restricciones.
¡Feliz día! J
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