Insomnio

9:09 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! El insomnio crónico es algo común en mi vida. Antes era difícil de gestionar, pero ahora ha pasado a formar parte de mí de tal forma que soy capaz de funcionar al cien por cien cuando tengo una noche como esta.
Supongo que mi hiperactividad cerebral no ayuda a la hora de conciliar el sueño, y menos cuando tengo varios proyectos en marcha y necesito concentrarme en ellos. Eso induce a mi cabeza a no parar ni un segundo los engranajes.





Hoy, a las tres de la mañana, estaba mirando la tele porque a mi cerebro inquieto le ha dado por repasar de forma intensa dos de mis frentes abiertos: el final de la bilogía AAA y las ideas de mi sesión de brainstorming de ayer.
Y sí, era un poco demasiado machacón el tonillo pesado de mis pensamientos porque me di cuenta de dos cosas demasiado importantes para pasarlas por alto. 


Si algo he aprendido después de toda una vida conviviendo conmigo misma es que si no soluciono las cuestiones que mi cerebro plantea sobre las tramas no logro serenarlo. Y menos cuando se trata de incongruencias temporales o de cambiar una historia que está clara para mí para integrarla en otro formato.
Total, que he acabado viendo la serie que ayer me mandaron para «deberes». Tiene seis capítulos y ya he visto cuatro. Porque es importante aprender y no dejar nunca de escuchar a los demás cuando quieres algo, pero no dejo de tener miedo al fracaso porque mi formato de los últimos veinte años ha sido claro: novelar mis mundos paralelos.


Sin embargo, estoy súper ilusionada con mi nuevo proyecto, sin olvidar mis novelas ni mi intención de acabar la bilogía (no voy a dejar a Alba, Amelia y Alonso sin su final…), aunque quizás deba aprender a compartimentar todavía más mi cerebro porque llevar dos tramas de ese calibre en mi cabeza me despierta por las noches.
Volver a reencontrarme con Bruno, Aurora, Emma, Ritter, Marianne… darle una vuelta de tuerca a la historia, encontrar nuevos rumbos, nuevos personajes, quizás, y una nueva manera de enfocar cómo explicarlo es un reto. Y yo adoro los retos. Aunque no me dejen dormir.


Así que quizás siga sin dormir demasiado un largo tiempo. Y la verdad, me da igual dónde llega después este proyecto, porque lo mejor es el camino, aprender, absorber conocimientos, descubrir cómo cambiar mi cabeza para adaptarla a algo totalmente nuevo mientras no me olvido de mis ganas de escribir con intersección y la grandeza de novelar.
Porque cuando escribo un libro soy la titiritera total, domino cada ángulo de la situación y veo en mi mente cómo interactúa cada uno de los personajes, qué expresiones hacen, cuáles son sus sentimientos y sus motivaciones… Y eso me encanta, a pesar del enorme esfuerzo sentimental que muchas veces entraña.
Espero tener éxito en mis actuales proyectos…
¡Feliz día! J

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Librera, Marta Noguera (profesiones)

8:49 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Mi actual búsqueda de trabajo y la elección de carrera de mis hijos me ha hecho pensar en las profesiones de mis personajes, porque no es fácil a veces ubicarlos en unos estudios determinados si son jóvenes o en un trabajo concreto cuando ya están asentados. 
Esa parte de su vida también define muchas veces su personalidad y es muy interesante darme cuenta de mis tendencias a la hora de decidir cuál es la mejor para cada uno de ellos.




Para empezar a pensar en las profesiones de mis personajes me quiero ir a mi primera novela publicada por editorial, El secreto de las cuartetas. Para mí es una de las historias más intensas que he escrito, hay un sinfín de aventuras, de referencias a mi juventud, de lecturas de las profecías de Nostradamus, de ilusiones, de trabajo, de escritura, de reescritura, de aprendizaje, de investigación y documentación…
Quizás por eso decidí dotar a Marta Noguera, nuestra protagonista femenina, del don de las visiones y dejarle un legado familiar como trabajo: una librería en el barrio antiguo de Barcelona donde se consiguen primeras ediciones y se buscan libros únicos.


Mi novela empieza con Marta viendo cómo su marido mata a sus padres y ellos le dejan un mensaje escrito con su propia sangre. Así hereda esa librería donde lleva años trabajando. Y, a pesar de la tristeza de lo sucedido, de ser testigo de excepción de lo sucedido con sus padres y del posterior rapto de su hija pequeña a manos de la persona que debería quererla, la idea de ser la dueña de la Llibreria Noguera le hace ilusión. Porque siempre ha adorado su trabajo.


En ese establecimiento se esconden muchos secretos y ella los va descubriendo poco a poco, a medida que sus dones proféticos se manifiestan y la obligan a aceptar algo para lo que no está preparada.
Solo las profecías de Nostradamus pueden llevarla a su hija. Y ella tiene el libro en su lugar de trabajo, uno antiguo que huele a viejo, a las páginas del pasado, a historia…
Ser librera define a Marta, su devoción por la palabra escrita, la forma en la que desentraña algunos misterios, cómo se enfrenta a algunas cartas que encuentra escondidas en un lugar oculto en la librería, cómo es capaz de descubrir el significado oculto de las profecías de Nostradamus…


Las librerías son pozos de conocimiento y es una pena que cada día sean menos las que logran subsistir. Me parece una profesión muy bonita, y más si es en un establecimiento con tanta historia y dedicado a buscar ediciones únicas para coleccionistas y amantes de la literatura.
Quizás Marta Noguera nunca hubiera actuado igual si no fuera librera, si no luchara cada día por mantener el pie un negocio tan bonito, si no adorara los libros…
¡Feliz día! J



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Maya #NDDD (personajes)

9:39 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hoy voy a hablaros de los personajes. Porque a veces no son las historias las que me inspiran en un prime momento, sino la personalidad de alguien, su traza en mi mente, su forma de meterse en mi interior hasta sentirlo muy cerca.
Hay veces que ese personaje surge antes de la novela, e incluso creo la historia a partir de su personalidad, de cómo se adentra en mi interior, de cómo lo siento. Porque según la forma de actuar de una persona la trama puede dar más o menos de sí según hacia donde la conduzca.


Decir que uno de mis protagonistas es mi preferido sería mentir porque es como cuando te hacen elegir entre uno de tus hijos. ¡Tú los quieres a todos por igual! 
Con los personajes me pasa algo intenso y soy capaz de recordarlos con nostalgia una vez he terminado la novela porque siguen siendo parte de mí.
Pero hoy quiero hablar de Maya, de Nunca dejes de bailar. Recuerdo cómo un día apareció en mi mente la idea de crear una chica alegre, feliz, despreocupada, adicta al baile, con una sensualidad intrínseca en cada uno de sus movimientos y un futuro delineado ante sus ojos que de repente se tambalea.


Normalmente elijo personajes con un pasado doloroso, pero en este caso era su contrapunto, Prometeo, quien tenía traumas importantes. Ella empieza la novela como un alma libre de pesos emocionales, con una vida bonita, unos padres que la adoran y un sueño para cumplir.
A veces la impulsividad y la ilusión de una persona pueden ser parte de su encanto. Tal como escribí en la sinopsis, Maya es espontánea, feliz, despreocupada, fuerte… Encara la vida con positividad, buscando la felicidad en los pequeños momentos, sin agobiarse con el rumbo que puedan tomar sus decisiones. Aunque la vida le aseste golpes, ella siempre consigue quedarse con la mejor parte de lo ocurrido.


Al empezar la historia es una joven de dieciocho años con toda una vida por delante. Y al lado de Prometeo descubre el verdadero amor. 
Cuando alguien como Maya se enamora se da por completo, a pesar de saber que esa historia terminará porque no hay otra salida posible. Pero su personalidad permanece intacta mientras descubre cómo es capaz de sentir al lado de Prometeo. La ingenuidad la convierte en una mujer feliz.
¿Y cómo una persona así puede romperse? ¿Cómo se recompone después cuando un mes cambia el rumbo de su destino? ¿Puede dejar de amar? ¿O hay amores que jamás se olvidan?


Esa parte para mí fue la más difícil, proyectar cómo le afecta a alguien como Maya un revés como el que ella recibe, si cambiaría su carácter, si la amargaría…
A veces ponerse en la piel de otro es difícil, y menos cuando son tan diferentes a ti…
¡Feliz día! J


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Morderse los labios (gestos)

9:09 Pat Casalà 1 Comments

¡Buenos días! ¿Os habéis fijado alguna vez en vuestro lenguaje corporal? ¿En cómo cada uno de vosotros actúa frente cada una de las situaciones de vuestra vida?
Cuando escribo intento pensar en eso para darles a los personajes gestos que ayuden al lector a ponerse en su posición emocional. Porque el lenguaje no verbal siempre da pistas acerca de cómo se siente alguien.
Quizás por eso los emails son tan impersonales y cada uno les damos un tono diferente según nuestro estado anímico. El tono de voz y las expresiones corporales siempre dan una pista más acertada.


Uno de los gestos que más realizan los personajes en los libros es uno tan sencillo como morderse el labio. Puede significar tantas cosas… Atracción, nerviosismo, deseo, contención, estrés…
Hay un sinfín de situaciones en las que las personas nos mordemos el labio interior y en la romántica cobra un significado especial porque delata esa atracción por alguien, tus ganas de besarle, tu anhelo por ser parte de él o de ella.
Para mí es básico ponerme en la piel del personaje a la hora de describir sus reacciones y muchas veces me sorprendo observando mis gestos porque son el espejo de cómo me comportaría al sentir de determinada manera. 
Y suelo morderme mucho el labio, en las ocasiones más diversas, incluso en algunas inesperadas.


Por eso me identifico un montón con muchas de las escenas de otros libros, cuando un personaje se muerde el labio. 
A veces lo hacemos sonriendo porque estamos nerviosos o ansiosos o felices o expectantes. Otras nos limitamos a respirar con aceleración mientras realizamos la mueca, presos de una agitación intensa. En algunas ocasiones es la excitación propia del momento la que nos impulsa a usar los dientes para atrapar el labio inferior, incluso la anticipación porque sentir próximo un beso, una caricia o una palabra deseada nos agita el corazón.


Ayer, mientras iba en moto, me di cuenta de que al pasar un semáforo en ámbar me mordí los labios. Fue un gesto involuntario, de esos que alguna vez se apoderan de tu cara y no eres ni consciente de ello. Eso me decidió a escribir sobre los gestos de los personajes y empezar por este tan cotidiano.
Os propongo un juego. Intentad fijaros en cuándo los actores usan ese mohín en las películas y en las series, buscad entre la gente de la calle y vuestros amigos esa mueca y, lo más importante, intentad daros cuenta de las veces que lo hacéis vosotros y del significado. Seguro que os sorprende…
¡Feliz día! J


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Localizaciones de la Serie Sin ti

9:09 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! El último post fue muy interesante y no he parado de darle vueltas porque he descubierto cuánto me apetece hablar de las localizaciones de cada novela.
Elegir un sitio donde ubicar la acción es bonito, y a la hora intenso, como mínimo para mí. Me gusta delinearlo, sentirlo, llenarlo en mi mente para así poder llevar a los personajes por esos lugares de una forma integrada con el entorno.


Hoy me gustaría hablaros de los escenarios de la serie Sin ti, ya que es la más larga que he escrito en mi vida y pasé muchísimo tiempo en ese escenario.
Mi intención inicial al empezar la primera novela era encontrar una base militar aérea en Estados Unidos, teniendo en cuenta que no en todos los estados la ley es igual en lo concerniente a las relaciones entre una menor y un adulto.
Busqué en la red algunas ubicaciones, hasta que apareció en mi radio de visión Cibolo y la base Randolph. Primero quería situar la historia allí, pero enseguida me di cuenta de que era mejor inventarme una base, Fort Lucas, a poca distancia de Randolph, donde se entrenase a la élite de los pilotos de la fuerza aérea norteamericana.


Así nació Fort Lucas, con sus casas para los oficiales, su edificio para los soldados rasos, su hangar con los aviones, la escuela, el comedor compartido y una serie de lugares que quizás no son iguales en una base real, pero que para mí fueron propios durante más de dos años.
Alrededor de la base también orbitaban otros sitios importantes.
El The Hole, el bar de Tess donde el grupo de Julia toca desde sus inicios. Es un local agradable, decorado con maderas oscuras, muchas fotos enmarcadas de los grupos que han pasado por el escenario un poco elevado del final, mesas cuadradas, enormes ventanales al exterior y una larga barra con taburetes frente a estantes repletos de botellas. Es importante en las tres primeras novelas y también en Mi vida sin ti y en la decisión de Kristie en Contradirección, sin frenos y sin ti. Y me encantó deambular por un lugar así, crear las interacciones en su interior, vibrar con su música en directo…


El Maggi’s es el bar favorito de los chicos en San Antonio, un lugar de decoración retro, con el suelo de baldosas blancas y negras, paredes carmín y verde claro, mesas de melanina nívea y cómodos sofás tapizados en polipiel a rayas trasversales rojas y blancas. La barra metálica, forma una ele en un lado, frente a un largo espejo, y en ella se asientan varios taburetes rojos con un poco de respaldo. Es un bar que nos acompaña durante las seis novelas y donde los chicos acostumbran a tirar una moneda en la máquina antigua de canciones para bailar en medio del local.


Hay muchos más sitios en esta serie… Quizás debería buscarle un espacio a cada uno de ellos en los posts, pero ya veremos.
No quiero despedirme sin hablar del garaje de casa de Luke, donde los chicos ensayan ni de Gran Canyon, donde viven los padres de Zack, ni de Las Vegas y su importancia para Ju y Zack ni de San Antonio, donde viven las hermanas Edwards ni de… ¡Hay tantos! Quizá deberíais leer las novelas para descubrirlos todos. 
¡Feliz día! J

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Localizaciones I

8:08 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Cuando plateo una novela siempre busco la mejor localización. Porque el entorno donde se mueven los personajes, la ambientación, esos recodos en los que transcurre la historia han de ser adecuados y darles consistencia a los sucesos, acompañarlos.
De niña me obsesionaba bastante saber por qué un escritor había elegido un lugar determinado para desarrollar una historia o en una película o en una serie. Porque a veces las leyes de un país o las costumbres pueden delimitar la trama. 


Entonces no había internet ni era tan fácil como ahora encontrar respuestas a este tipo de preguntas. 
Siempre quise escribir, contar historias, encontrar una vía para darle salida a mi imaginación en un papel. Quizás por eso mi mente analítica no dejaba de profundizar en cada una de las partes de una lectura. No solo en los personajes o en la trama, también en la ambientación.
Cuando empecé a escribir ya existía nuestro San Google. No tan rápido y audaz como ahora, pero sí lo suficiente para ayudarme a reunir documentación y navegar por los lugares donde se desarrollaría ese mundo paralelo de una de mis novelas.
Al principio usé localizaciones diversas, aunque siempre partía de Barcelona, mi ciudad, porque la sentía muy cercana, muy viva, muy mía. Pero a medida que iba escribiendo una persona en la que entonces creía mucho me animó a explorar nuevas posibilidades.

Lo hice al empezar a escribir romántica, con Ecos del pasado. Jessie dejaba su Barcelona natal para irse a estudiar a Stanford, en Palo Alto, y vivir con sus abuelos. Recuerdo mi emoción cuando buscaba información acerca de algunos recodos, bares, lugares de interés, porque descubrí la emoción de viajar desde la pantalla del ordenador, de sentir como si los destinos estuvieran al alcance de mi mano.


En Rumbo a ninguna parte decidí tirar de recuerdos, de ese verano en Suiza, de mi viaje a Zermatt, de algunos eventos prestados de mi amiga Mabel, quien vivió en Berna un tiempo. Y fue una experiencia increíble porque conseguí que mi mente funcionara como un ordenador al traerme a la memoria instantes memorables.


Después me fui a La Fosca y al Congo con Un último día conmigo. Lúa emprende un viaje a un lugar donde algún día me encantaría ir. Fue muy bonito conectar con esa parte del mundo, imaginar cómo sería desarrollar una tarea humanitaria allí, descubrir ese destino con los ojos de Matt, Berta, Derek, Lúa… Casi al final del libro decidí cederles a mis protagonistas un pedacito de mi viaje a Malasia y los llevé a Perhentians, que hoy en día sigue siendo uno de mis paraísos preferidos.


Y vino la serie Sin ti. Seis intensos libros ambientados en una base militar de Texas, cerca de una pequeña ciudad llamada Cibolo. La llamé Fort Lucas en recuerdo a un personaje que me marcó de joven. Creo que estas son las novelas que más me han marcado y el viaje a Fort Lucas fue excitante al recrearlo en mi mente, al dotar de alas a Julia y a Zack para vivir su romance allí y después usar el escenario para los nuevos protagonistas de la segunda parte de la serie. Creo que no sería del todo sincera si no os dijera lo importante que fue para mí el Maggi’s en estas novelas… 
¡Feliz día! J  


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Sueños

9:09 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! A veces hay alguna situación durante el día que me lleva a tener un sueño intenso en una dirección determinada, como si mi subconsciente quisiera indicarme ideas, lugares, proyectos, opciones, una dirección a seguir…
Esta noche ha sido una de esas, aunque no me apetecería nada conseguir ese sueño, así que me he despertado consciente de qué quiero y de la parte positiva de mi ahora.


Hace no mucho deseaba dar un paso gigante en la literatura, situarme en un lugar importante dentro de mi empresa anterior, seguir trabajando a alto rendimiento y no dejar de escribir. 
Ahora veo las cosas diferentes, con más perspectiva.
Necesitaba dejar de publicar un tiempo, o como mínimo dejar de firmar contratos de edición. También abandoné la escritura por un periodo. E intenté replantear muchas cosas para encontrar un nuevo rumbo.
Por eso sé que mi sueño de esta noche no lo quiero. Saberlo, reconocer que a pesar de todo sigo fiel a mis principios, a mí misma y a la felicidad, es un paso adelante muy productivo y capaz de darme esperanza.


Hace casi siete meses inicié la escritura de una novela bastante alejada de mis estándares actuales. Tenía un cúmulo de sentimientos punzantes en mi interior y necesitaba exorcizarlos en forma de palabras.
Cada tarde, cuando me sentaba frente al ordenador tras la estresante jornada laboral, las emociones vibraban entre mis dedos para aporrear el teclado con ansiedad, como si necesitaran desnudarse en las frases, en los instantes, en las páginas.
Era una sensación muy viva, desgarradora y liberadora a la vez. Porque si algo me ofrece la escritura es la posibilidad de darle voz a los sentimientos. Y los que me vapuleaban entonces eran tan dolorosos que terminé escribiendo una historia intimista, sentimental, cargada de emociones.


Cuando al fin logré centrar mis sentimientos ya estaba con la segunda parte de lo que en un principio era una trilogía, y ahora he comprendido que se va a quedar en bilogía. Y ya no podía acceder a ese estado sensitivo porque se había mitigado, ya no me acompañaba ni me arañaba el alma.
Quizás por eso he tardado más de lo normal en retomar la historia, en encontrar de nuevo ese punto de unión entre los personajes y yo, la capacidad para volver a darles vida en el papel.


Hace una semana encontré por fin la forma de seguir adelante con esa historia, de darles voz de nuevo a Alba, Amelia, Alonso, Sebastián… Y llevo un avance brutal en los últimos días, porque cuando siento la trama puedo crearla, darle vida, avanzar, escribir sin descanso, vibrar con cada giro.
Eso es lo que cuenta para mí, ese camino, esa necesidad de escribir, ese pensamiento constante acerca de las situaciones, ese sentimiento que nace en mi corazón para traspasar el espacio a través de mis dedos para imprimirse en una hoja de Word.
¡Feliz día! J


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Nuevo rumbo

7:37 Pat Casalà 1 Comments

¡Buenos días! A veces hace falta un break en tu vida diaria, un instante de serenidad para coger fuerzas antes de seguir adelante, incluso quizás dar un paso atrás. Porque la vida es un cúmulo de momentos y solo nosotros tenemos la potestad de ver lo mejor de ellos, aunque a veces debamos despejar esa niebla que nos impide verlos como merecen.
Este fin de semana hemos subido a la montaña. Solo mi marido, mi perrita y yo. 


Lo necesitaba porque estas últimas semanas solo he caminado hacia la adaptación sin detenerme en ningún momento a disfrutar de la situación, a buscar esas pequeñas ilusiones diarias para dibujar una nueva rutina sin sentirme un poco apabullada.
Los cambios siempre son difíciles, a pesar de haberlos delineado con tiempo y de aceptarlos tal y como vienen, de entenderlos. Adaptarse a un ritmo diferente, a dejar atrás algunas de tus antiguas preocupaciones o responsabilidades, tiene su proceso y si no se busca un camino sereno para mirar las cosas con perspectiva se puede entrar en un bucle interminable de sensaciones negativas.


Estoy dispuesta a disfrutar de lo que me ofrece la vida sin dejar de luchar por mis deseos, a mirar adelante, a encontrar un camino agradable para recorrer mientras busco un nuevo rumbo donde aportar toda mi energía y pasión. Porque cuando un proyecto me interesa lo doy todo, sin importar el esfuerzo que requiera. 
La montaña tiene un poder relajante, como si un par de días rodeada de nieve, frío, aire puro y fuego en la chimenea pudiera traerme una serenidad necesaria para llenarme los pulmones de aire y mirar con calma hacia atrás para trazar un rumbo hacia delante.


Pronto la vida me ofrecerá un sinfín de posibilidades nuevas y excitantes, estoy convencida, y ahí estaré yo, dispuesta a sonreír sin parar, a implicarme, a encontrar una brecha de emoción en cada recodo.
Y mientras todo se asienta, voy a proseguir con mis proyectos, mis ilusiones, mis planes y todo aquello que logre hacerme feliz. Porque la felicidad es algo importante y que solo se consigue cuando quieres lograrla.
¡Feliz día! J    

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Cuando el destino nos encuentre

8:18 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! A veces una simple casualidad me lleva a desarrollar una historia intensa, llena de momentos especiales y de situaciones que nunca imaginé descubrir.
Hoy quiero hablaros de cómo nació CEDNE, una historia donde conocemos dos Filipinas separadas por más de un siglo. La actual, a través de mis ojos, y la de la revolución de los tagalos, poco antes de que los españoles dejaran la colonia, a través de los ojos de la historia.


En 2017 hice un maravilloso viaje familiar a Filipinas que me llenó de sensaciones y de buenas vibraciones. Todavía hoy sueño con coger mi mochila e irme a vivir a Siquijor durante un tiempo indeterminado, sin más obligación que pasar los días absorbiendo las nuevas experiencias para plasmarlas en una novela.
En mi primer día en Filipinas tuve una de esas revelaciones que terminan por germinar en una historia. Estaba en un ferry destino a Bantayan desde Cebú, ciudad donde llegamos el día anterior tras dos vuelos internacionales y uno nacional. 


El calor sofocante del trópico me llenaba el cuerpo con un sudor húmedo y pegajoso. Estábamos cansados por lo poco que habíamos dormido y teníamos unas ganas locas de llegar a destino porque llevábamos más de treinta horas viajando desde nuestra salida de Barcelona.
El ferry era un barco antiguo y destrozado de hierro azul descolorido. Había una plataforma larguísima donde se agolpaban los coches y camiones repletos de mercancías para llevar a la isla. Y hacía un calor asfixiante. 


Al final de la plataforma, tras caminar bajo un sol de justicia, llegamos a una cabina de dos pisos. En la de abajo estaban los lugareños, en la de arriba estábamos los demás.
Me senté en un banco al lado de la barandilla con vistas al mar. El barco no avanzaba demasiado rápido y apenas había una brisa suave que me refrescara. Teníamos más de treinta minutos de trayecto y decidí ponerme a leer con el Kindle. En los veintiún días de viaje me leí doce libros…
Mientras descubría las aventuras de la novela me fijé en el chico que tenía delante. Rubio, ojos azules, vestido con una camiseta de una organización humanitaria, joven… Dejé el Kindle a un lado para escucharlo cuando empezó a hablar con una pareja de holandeses que se sentaron a su lado con sus mochilas.


Se llamaba Daniel… Trabajaba en tareas humanitarias en la isla de Bantayan… Era australiano… Estaba entusiasmado con Filipinas…
Mi mente conectó enseguida esas palabras en inglés, descubrió la posibilidad de usar el viaje por tierras ajenas como base para una historia y supo que Daniel sería uno de sus protagonistas. Daniel Tate. El apellido me vino a la mente y decidí explorarlo.
A partir de ese instante me descubrí dándole vueltas a la historia en cada destino visitado, imaginando a Dan y a Geni en mi lugar, delineando otra línea temporal cuando los españoles eran dueños del archipiélago y anotándome la necesidad de investigar ese tema.
Así nació Cuando el destino nos encuentre. Dos historias, dos amores, dos líneas temporales y cuatro protagonistas muy fuertes…
¡Feliz día! J

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Book’s Wings

13:31 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Este fin de semana ha tenido lugar un evento literario de esos que a mí me gustan, con organizadores divertidos, enérgicos, cercanos, llenos de buenas ideas y, sobre todo, de buen rollo. El Book’s wings.  
El evento estuvo lleno de personas maravillosas, de ideas súper originales, de buen ambiente, de risas, de instantes más serios, de sorpresas y de solo cosas positivas. No es fácil llevar a cabo algo de ese calibre y a mí me pareció muy bien organizado.


Me hubiera gustado estar todo el sábado, pero tenía un compromiso familiar ineludible y solo estuve un ratito el viernes por la tarde y el sábado a primera hora, en una mesa interesante, con personas cercanas y muy agradables.
Estos eventos son un lugar perfecto para conocer a las personas del sector para interactuar con otros escritores, para descubrir la gran solidaridad que hay entre nosotros y cómo solo unos pocos tienen ese ego del que se suele hablar.


El tema para debatir en mi mesa era interesante y a la vez peliagudo: ¿Creéis que las editoriales podrían promocionar más a sus escritores o por el contrario es el escritor el que debe moverse para darse a conocer?
A ver… Tengo cinco editoriales y en cada una de ellas la publicidad es mínima. La verdad es que en general, a no ser que seas un gran autor y que tengan aseguradas las ventas, las editoriales no suelen invertir mucho en publicidad, y mucho menos las pequeñas. Y muchas veces nos toca a nosotros, los autores, buscar formas de llegar al público…


Aunque he de reconocer que cuando tienes diez libros en una editorial, como yo en Red Apple Ediciones, la cantidad de publicidad se incrementa, porque aunque sea poca, la hay para cada libro y la posibilidad de que compartan reseñas y fotos se multiplica. 
Al final se habló poco de esto en la mesa, pero igualmente fue interesante. 
La tertulia que me interesó mucho fue la del viernes por la tarde, donde acabamos hablando de la autopublicación frente a la edición tradicional. Y, bueno, es ese eterno debate me parece muy interesante porque hoy en día contamos con los medios suficientes para publicar nuestras obras sin necesidad de intermediarios si es lo que deseamos y es tan válida esta opción como cualquier otra.


Fue un debate chulo, de esos en los que quieres dar tu punto de vista y escuchar el de los demás para aprender de ellos.
¡Feliz día! J  

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Viajar por libre

8:18 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Cierro los ojos y vuelvo a sentirme en las playas de Creta, con el sol brillando en un cielo despejado y la tranquilidad de estar estirada en una hamaca, junto a mi marido y un libro, sin más obligaciones que dejar pasar las horas…
Me maravilló ese enclave de Grecia, sus aguas cristalinas, su arena, sus playas… Y ahora, cuando el frío empieza a impactar en nuestro día a día, me gusta evocar esos instantes serenos, los mil viajes maravillosos en familia donde se crean lazos entre nosotros.


Durante el año en Barcelona nos engullen los estudios de unos, los trabajos de otros y las actividades de la mayoría de nosotros. Apenas contamos con un tiempo de calidad para esas conversaciones tranquilas al ritmo de las visitas, de las actividades, de las comidas compartidas durante los viajes.
A veces salir de la rutina para irnos lejos no solo nos aporta vivencias ricas en conocer nuevas culturas, también nos enriquece como familia, como personas, como parte de un grupo compenetrado.
No es un secreto que me encanta viajar. Y lo que más me gusta es hacerlo en compañía de los míos, preparando yo misma cada trocito de la ruta, gestionando los vuelos, los hoteles, las visitas… Siendo mi propia guía turística. Porque si algo he aprendido en estos años es que no hay dos personas iguales y que para ofrecer un viaje a medida has de escuchar sus gustos y preferencias.


A nosotros nos gusta la playa, la aventura, el submarinismo, el ir por libre, descubrir lugares paradisíacos… Nunca nos hemos integrado bien en los viajes organizados ni en grandes grupos, preferimos nuestra independencia.
Últimamente me han hecho muchas preguntas acerca de cómo organizamos los viajes, si vamos a agencia, si nos empapamos del lugar, si no nos da miedo comprar billetes internacionales sin un respaldo detrás…
No creo tener una respuesta directa a una de las preguntas que más se repiten: ¿es mejor con agencia o por libre? Pues no lo sé, depende de cada uno. Ambas opciones son válidas.
A mí me gusta más por libre, pero me lo curro un montón y sí, siempre es más inseguro no contar con el respaldo de una agencia, aunque no en todos los casos ese respaldo es cierto.


La agencia es un lugar que ofrece seguridad, sabes dónde estás en todo momento, tienes a alguien que te gestiona cada paso del camino y te asesoran, aunque para mí ese asesoramiento es bastante sesgado por lo que hace casi toda la gente.
Ir por libre, en cambio, engloba más riesgos, ya que nadie te ayuda si hay un retraso o una dificultad en el camino. Sin embargo, una vez superas la ansiedad de arriesgarte a comprarlo todo desde tu ordenador, si estás dispuesto a rastrear la web en busca de información del destino, el viaje es a tu medida de verdad, porque decides los destinos con conocimiento de causa, incluso rastreas los hoteles y eliges el que mejor se ajusta a ti. 
¡Feliz día! J

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¡A Julia le pasó lo mismo!

9:09 Pat Casalà 1 Comments

¡Buenos días! Poco a poco me doy cuenta de cómo ha cambiado mi percepción de muchas cosas estos últimos años, cómo he conseguido sentir emoción donde antes sentía frustración y cómo cada día soy capaz de sonreír por mil instantes, por lo que tengo, por las ilusiones. 
Para escribir y crear mundos diferentes al que vivimos hay que sentir, dejar volar la imaginación, conectar con personajes más allá de lo común y dejarlos vibrar en tu interior, porque entonces se convierten en una parte esencial de ti misma.


A veces, cuando alguien me cuenta una vivencia, pienso en voz alta y digo: ¡cómo Swan y Steff!, o ¡a Julia le pasó lo mismo!, o ¡me recuerda tanto a Lúa!, o ¡Aurora hubiera reaccionado igual!, o… Y es que hay tantas situaciones que me recuerdan a un libro, y las siento tan mías…
Cuando hago eso, cuando digo en voz alta alguna de esas frases, porque se me escapan, pocas personas me entienden porque, ¿cómo van a entender que sus palabras despierten mi recuerdo de algo que escribí hace tiempo?
Pero para mí esas historias, aunque ya publicadas y vuestras, siguen siendo mías. No me hace falta demasiado para recordarme en pleno proceso creativo, frente a la pantalla, tecleando para darle vida a esa trama que me absorbía hasta impregnarse en cada célula de mi piel. Y cuando lo hago, cuando conecto con ese pasado, con ese instante, soy capaz de recordar dónde estaba, cómo, qué sentía…


Hace un tiempo decidí dejar de publicar durante unos meses. Me ha ido bien esa decisión, he podido dedicarme a otras cosas, a revisar manuscritos pasados, a pensar en perspectiva, a valorar otros caminos y a dejar volar mi imaginación para decidir qué quiero escribir a continuación. 
No tengo ni idea de dónde me va a llevar esta nueva etapa ni si habrá algún cambio, solo sé que a veces detenerse un tiempo te devuelve la energía perdida entre tantos momentos estresantes. Y es que mi vida estos últimos meses se ha llenado de cambios, de giros y de sentimientos encontrados.


Pero en el fondo siempre subyace mi emoción, la sensación de necesitar compartir con los demás esos mundos que me acompañan desde muy niña, mi incapacidad de quedarme demasiado tiempo sin dedicarle a mi imaginación las ganas y la ilusión necesarias para crear una historia.
Tengo cuatro novelas listas. ¡Sí! ¡Cuatro! Y me gusta saber que estoy a la mitad de la quinta porque, aunque no tengo ninguna prisa por publicar, estoy feliz de tener material para no sufrir si me decido a dar el paso. 
Así que ahora mismo me siento como Lúa al principio de la novela en el terreno profesional, pero como Julia al final de la serie en el terreno artístico. Y quiero pacerme un poquito a Steff y a Emma en sus ganas de sorber el mundo a bocados… 
¡Feliz día! J

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