Más allá de las palabras
Buenos días! Es bonito salir de
casa una tarde, dispuesta a ir al gimnasio, y acabar charlando durante una
larga y placentera hora con una amiga que te encuentras por casualidad. Es
importante no perder estos contactos con personas cercanas, tener espacio para
acercarlas a tu vida y no dejarlas marchar.
Ayer leí un post cargado de
sentimiento, uno que me transmitió mucho más que las palabras enredadas en
realidades, como si la esencia de los sentimientos de la mujer que lo escribió
flotaran en el ambiente.
Es cierto que interpretar un
escrito depende absolutamente de cómo se lee para darle una u otra entonación,
un mismo email puede despertar suspicacias, enfadar o alegrar al destinatario
según su estado anímico en ese instante. Sin embargo hay veces que de las
frases subyacen pasiones que nos ayudan a definir una realidad oculta en ellas.
Está claro que conocer
personalmente al creador de un escrito consigue que descifres los mensajes ocultos en sus palabras
impresas con mayor facilidad, pero también se logra cuando leemos una novela,
un relato o un post, y a veces, solo a veces, nos emocionamos. Cuando eso
sucede, cuando palpamos la huella de un sentimiento, cuando conseguimos reír,
llorar o sonrojarnos con un texto, alcanzamos un pedacito del Nirvana.
Quizás mi afición a escribir,
los años dedicados a crear trece novelas, las experiencias de leer, de buscar
mi estilo, mis temáticas y la manara de llegar a los lectores sea la culpable
de que palpe ideas ocultas en algunos posts, como en el de ayer.
Mi parte sentimental salió a la
superficie al leer las palabras, entendí de repente, fue como si un rayo de luz
se abriera camino en mi interior para iluminar con claridad una realidad que
esperaba en la oscuridad. Ahora lo siento diferente, veo que a veces hay que
renunciar a las ilusiones forjadas para abrazar otras nuevas, levantar la
cabeza, sentir la brisa que te hace cosquillas en la barbilla y caminar hacia
el futuro redimensionado sin miedo.
Ayer suspiré ante tal derroche
de realidad, el vello del cuerpo se levantó para mostrar cuán hondo caló el
sentimiento y la emoción, luego sonreí, con una tímida sonrisa de comprensión y
esperanza, como si entendiera más allá del ahora, como si previera que la
Providencia tiene en sus manos un futuro mejor cuando se camina en la dirección
correcta.
A veces hay que empezar de
cero, aparcar esa iniciativa en la que pusiste todo tu empeño, entender que un
cambio de rumbo a tiempo es una pequeña victoria y que la vida tiene muchísimos
caminos para alcanzar la felicidad.
Esta mañana tengo un poquito de
frío, parece que el otoño avanza lentamente para dejarnos ese colorido de
marrones en las calles y en los árboles que nos transporta lejos de la calidez
del verano. Los días se acortan, las tardes se oscurecen antes y respiramos un
clima más fresco…
¡Feliz día! J
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