Más allá de las palabras

7:07 Pat Casalà 0 Comments

Buenos días! Es bonito salir de casa una tarde, dispuesta a ir al gimnasio, y acabar charlando durante una larga y placentera hora con una amiga que te encuentras por casualidad. Es importante no perder estos contactos con personas cercanas, tener espacio para acercarlas a tu vida y no dejarlas marchar.
Ayer leí un post cargado de sentimiento, uno que me transmitió mucho más que las palabras enredadas en realidades, como si la esencia de los sentimientos de la mujer que lo escribió flotaran en el ambiente.
Es cierto que interpretar un escrito depende absolutamente de cómo se lee para darle una u otra entonación, un mismo email puede despertar suspicacias, enfadar o alegrar al destinatario según su estado anímico en ese instante. Sin embargo hay veces que de las frases subyacen pasiones que nos ayudan a definir una realidad oculta en ellas.
Está claro que conocer personalmente al creador de un escrito consigue que  descifres los mensajes ocultos en sus palabras impresas con mayor facilidad, pero también se logra cuando leemos una novela, un relato o un post, y a veces, solo a veces, nos emocionamos. Cuando eso sucede, cuando palpamos la huella de un sentimiento, cuando conseguimos reír, llorar o sonrojarnos con un texto, alcanzamos un pedacito del Nirvana.
Quizás mi afición a escribir, los años dedicados a crear trece novelas, las experiencias de leer, de buscar mi estilo, mis temáticas y la manara de llegar a los lectores sea la culpable de que palpe ideas ocultas en algunos posts, como en el de ayer.
Mi parte sentimental salió a la superficie al leer las palabras, entendí de repente, fue como si un rayo de luz se abriera camino en mi interior para iluminar con claridad una realidad que esperaba en la oscuridad. Ahora lo siento diferente, veo que a veces hay que renunciar a las ilusiones forjadas para abrazar otras nuevas, levantar la cabeza, sentir la brisa que te hace cosquillas en la barbilla y caminar hacia el futuro redimensionado sin miedo.
Ayer suspiré ante tal derroche de realidad, el vello del cuerpo se levantó para mostrar cuán hondo caló el sentimiento y la emoción, luego sonreí, con una tímida sonrisa de comprensión y esperanza, como si entendiera más allá del ahora, como si previera que la Providencia tiene en sus manos un futuro mejor cuando se camina en la dirección correcta.
A veces hay que empezar de cero, aparcar esa iniciativa en la que pusiste todo tu empeño, entender que un cambio de rumbo a tiempo es una pequeña victoria y que la vida tiene muchísimos caminos para alcanzar la felicidad.
Esta mañana tengo un poquito de frío, parece que el otoño avanza lentamente para dejarnos ese colorido de marrones en las calles y en los árboles que nos transporta lejos de la calidez del verano. Los días se acortan, las tardes se oscurecen antes y respiramos un clima más fresco…

¡Feliz día! J

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