Río Mekong II

8:38 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hasta el jueves doce no voy a publicar nada en el blog. Me voy a Creta con mi marido gracias al regalo que le hicieron cuando cumplió los cincuenta este julio.
Pero sí podemos regresar a Vietnam, a nuestro paseo en barco por el río Mekong, donde conocimos un montón de lugares interesantes.
Nuestro primer contacto con el río fue en una barca de pasajeros donde cabían una docena de personas, pero solo íbamos los cuatro más el guía y el conductor.
Las aguas están sucias, los lugareños no poseen cultura medioambiental y todo lo que usan termina en la ribera, ensuciándola.   


El toldo rígido de la barca consigue evitar los efectos del clima, tanto el sol como la lluvia, pero también te ofrecen la posibilidad de ocupar la proa, que está destapada.
Nos regalaron un coco para beber. Los de Asia son diferentes a los europeos, tienen una coraza verde, una forma más alargada y mayor tamaño. Los agujerean por un lado, les meten una pajita por el orificio y te invitan a refrescarte.
Mientras iba bebiendo, también tomaba conciencia del lugar donde estábamos, del enorme caudal, de la historia almacenada en él y de que estábamos en un país muy alejado del nuestro.
Nos bajamos de la barca para visitar un comercio donde nos explicaron las mil utilidades del coco. Y es que en Vietnam hay una industria basada en el coco, del que lo aprovechan todo. 


Vimos cómo lo abrían, cómo destinaban cada parte a las diferentes usabilidades, cómo lo manejaban, y luego nos mostraron mil objetos y productos obtenidos con este fruto tan preciado por ellos.
Acabé comprando un montón de cosas, porque me encantaron los cuencos artesanales hechos con las cortezas, lacados y dibujados en su interior. Me parecieron un recuerdo genial para mis familiares.
Tras ofrecernos degustar los licores realizados con coco, y también con otros ingredientes, nos sentamos a una mesa para tomar un té y un enorme plato de frutas locales que estaban buenísimas.
Mi hija Irene consiguió unas fotografías llenas de color de la bandeja de frutas.
Y volvimos a la barca para recorrer un poquito más de río, hasta la siguiente parada, donde fuimos a conocer cómo se hilan las alfombras de manera manual y también nos mostraron la casa de los dueños.


Me impresionó la forma de distribución de trabajo que nos explicó el guía. Porque en Vietnam la mujer se encarga de administrar los negocios, de trabajar en ellos. Y también es la encargada de la casa, de la comida, de la compra… 
Nos montamos en una furgoneta para llegar al restaurante. Mi estómago no estaba preparado para comer tantas veces ni almorzar tan pronto, quizás por eso no pude llenarlo demasiado, sin embargo fuimos a tomar una degustación de comida típica del lugar. 
Hubo algunas especialidades que me gustaron, otras no tanto. Aunque era un restaurante pensado para turistas y quizás me hubiera gustado algo más auténtico.
¡Feliz día! J



You Might Also Like

0 comentarios: