Mala experiencia en el Kawayan Holiday Resort de Siquijor

7:07 Pat Casalà 0 Comments

Buenos días! Por fin viernes… Hay semanas en las que necesito la llegada de este día, es como si el estrés laboral me llenara hasta los confines de la paciencia. Vale, la mía no es que sea muy grande, pero a veces las circunstancias me desbordan y es fácil no encontrar la forma de acatarlas con serenidad.
Nos quedamos saliendo del hotel de Malboal…
Durante nuestras inmersiones conocimos a una pareja simpatiquísima que nos acompañó en el viaje de siete horas hasta el hotel de Siquijor. Nos subimos a una van hasta el puerto de Santander, cogimos un ferry, al llegar a puerto necesitamos un triciclo para ir a otro embarcadero a tomar otro ferry hasta Siquijor y una vez allí nos subimos a un nuevo triciclo rumbo al hotel. Tardamos siete horas y media en llegar a destino desde salir de Malboal.


El hotel era el Kawayan Holiday Resort, un precioso enclave alejado de la civilización que podría haberse convertido en un establecimiento perfecto si no fuera por la mala atención al cliente por parte de los dueños. Pasamos cuatro noches allí y nos encontramos con un director arrogante, prepotente y autoritario, alguien incapaz de hablar de forma conciliadora para llegar a un acuerdo cuando estábamos en desacuerdo con él.
El hotel es bonito, el personal son unas chicas muy agradables y las cabañas están muy bien acondicionadas. Pero el trato es muy importante a la hora de quedarse con una buena impresión.


Está muy lejos de San José, lugar donde puedes alquilar una moto veinticuatro horas por 300PHP. Ellos las alquilan por 275PHP durante cuatro horas… Las cogimos la primera noche para ir a San José y alquilar unas más económicas y no pusimos gasolina. Hicimos mal, deberíamos haberla puesto, por eso cuando las devolvimos dijimos la verdad y les sugerimos que nos la cobraran. Un depósito vale 49PHP y no gastamos ni la mitad… Habíamos firmado un papel al alquilarlas y en él decía que nos cobrarían 200PHP por depósito si no la rellenábamos (pero como muchas veces, no lo leímos).


A ver, es de cajón que podía cobrarlo, pero en vez de explicarlo con ganas de llegar a un entendimiento, cuando preguntamos por ese cargo, sin levantar la voz, solo preguntándole a su mujer, él salió del despacho con maneras amenazantes y empezó a hablarnos con una prepotencia que sacó la fiera que llevo dentro. ¡Qué era la cliente! Hay mil formas de explicarlo y hacernos ver que tiene razón, no hace falta enfrentase frontalmente a nosotros. Cuando estás cara al público es muy importante encarar las cosas de otra manera porque al final lo importante es encontrar la forma de convencerles de que están equivocados sin ofuscarlos.
Y luego tuvimos los mismos problemas con otras partes de la factura… Y este tipo de comportamiento lo tenía con todos los huéspedes, no solo con temas relacionados con la factura. Creo que la atención al público es básica a la hora de fomentar la fidelidad de la gente y de conseguir que te recomienden. En fin, una mala experiencia…

¡Feliz día! J

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