Sol y nieve

7:07 Pat Casalà 2 Comments

     ¡Buenos días! Estoy contentísima tras un maravilloso fin de semana en la nieve. Hemos esquiado en familia bajo un sol de justicia, sin gente, con ganas y mucha ilusión. La nieve estaba perfecta, las bajadas han sido excepcionales y el miedo parece que se ha fugado a un planeta cálido.
      He dejado atrás los malos rollos, he conseguido avanzar en EDP, construyendo una escena de las que quería, y estoy pletórica. Marcarme retos en la escritura es difícil, y más cuando es algo que nunca me había planteado, pero es gratificante cuando lo consigo.
      Fue en la peluquería, la tarde del sábado, con el cabello lleno de tinte, el murmullo de las conversaciones ahogadas por el secador y el frío de la tarde colándose por mi jersey. Era una escena complicada, algo que no era sencillo de pensar ni de escribir, pero lo conseguí.
     A veces hay sitios que me ayudan a concentrarme, o sencillamente tengo facilidad para sumergirme en mis mundos paralelos…
     Llega la última semana antes de las vacaciones navideñas, este año tengo las mismas que los niños y me hace muchísima ilusión pensar en las mil cosas que haré. Esquiar, reuniones familiares, escritura con el crepitar de la chimenea al lado, paseos agradables a la luz del sol…
     Tengo una semana cargada de trabajo por delante, con cantidad de cosas que dejar listas, pero la perspectiva de las vacaciones me alegra tanto que ya no se me hace pesado pensar que es lunes.
      Voy tarde en las felicitaciones navideñas, no he cambiado todavía la ropa en el armario y este año no sé qué me pasa que no tengo el chip del invierno, es como si me hiciera pereza deshacerme del sosiego del verano en mis cosas y me aferrara al calor.
      Me he levantado muy optimista, imaginándome que mi teléfono sonará a media mañana para anunciarme algo grande. Vivirlo un ratito es genial, aunque no pase y la llamada sea la del tutor de mi hija para contarme cómo le ha ido el trimestre. Prometo no cambiar las sonrisas por lágrimas pase lo que pase.
     Ayer en el coche, regresando de La Cerdanya, tuvimos una conversación interesante con Àlex, hablábamos de la felicidad y de la importancia de buscarla uno mismo. La mejor manera de sonreír es mirar lo que tienes y sentirte orgulloso de ello.
      A ver si esta semana me pongo las pilas y decoro mi casa, preparo felicitaciones navideñas, cambio la ropa del armario, abandono el chip de verano y me emociono con las muchas ilusiones diarias que tengo.
      ¡Feliz día! J

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