Un reto

12:21 Pat Casalà 4 Comments

¡Buenos días! Hoy escribo tarde… Me he pasado la mañana con mi marido y mis cuñados ayudándoles en su trabajo, y me lo he pasado muy bien. Es maravilloso ver las colecciones antes de que salgan a la venta y poder darle color y vida a las combinaciones.
El día es precioso y soleado, hace frío y hay un poco de aire que arrastra las hojas de mi terraza. Estoy metida de lleno en la creación de un personaje distinto a los que he hecho hasta ahora y me cuesta, es gratificante ponerme un reto, saber que puedo experimentar con ideas nuevas, que quizás logre darle un giro distinto a esta historia.
Escribir tres novelas seguidas en diez meses no me ha costado, era como si las historias quisieran vibrar entre mis dedos con facilidad. Al terminar y empezar la cuarta de la serie me di cuenta de que necesitaba cambiar de tercio, aunque tengo claro esa historia y algún día la escribiré. Si la Serie Estrada consigue ver la luz proseguiré con esas tramas policíacas que tanto me gustan.
En este momento tengo la sensación de que eran unas novelas fáciles de escribir, que no han supuesto un desgaste psicológico tan grande como el que pensaba  y que realmente el esfuerzo ha sido mínimo. Ya os dije que no escribía demasiado, solo un poquito al día, sin darles vueltas a las historias constantemente ni buscar ideas complicadas para el puzle que conforma los argumentos.
Ahora vuelvo a sentir aquel ahogo cada vez que pienso en EDP, cuando me imagino a Noah, con todos sus puntos fuertes y sus debilidades. O cuando pienso en Jesie y su personalidad escondida, una que no conoce ni ella misma. Y luego le doy vueltas a ese misterio que salpicará la trama para enredarla…
No puedo controlar a mi cabeza, es como si funcionara a tres mil por hora y pusiera el piloto automático en el resto de cosas de mi día a día. Lanza ideas, momentos, sentimientos y escenas que necesito escribir, pero con mi ritmo de vida actual muchas veces se quedan en deseos inalcanzables que me ahogan.
Por las noches vuelvo a soñar y recuerdo aquel verano en el que escribí La Baraja, sin más obligaciones que darle vida a las peripecias de Pam y de Hugo en el papel. La historia me acompañaba en cualquier momento y absorbía mis horas con intensidad.
No me queda más remedio que encontrar el equilibrio, que ponderar las variables y encuadrar mis escasas horas libres en el marco de la escritura mientras permito que Jesie y Noah se apoderen de mi cerebro. ¿Conseguiré escribir lo que tengo en mente? ¿Seré capaz de cumplir con las expectativas que yo misma me he creado?
Espero que sí, que la misma fuerza que desprenden las escenas que recreo en mi mente quede relejada en las palabras, en la narración, en los laberintos intrincados de las tramas… Pero si no lo consigo seré feliz de haberlo intentado. Lo mejor de escribir es saber que solo tú tienes la llave para dirigir la batuta de los personajes…

¡Feliz día! J  

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4 comentarios:

  1. Cuidado , empiezo a percibir indicios de que esa idea de absoluto control del que tanto te ufanas se tambalea ante el emergente e irrefutable poder que cada uno de tus personajes van cobrando sobre ti . se han instalado en tu cerebro, al que van envolviendo como una enredadera, hasta obligarlo a deshacerse de ellos mediante la narración de sus historias .

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    1. A veces los personajes se meten tan dentro de ti que te cuesta despedirlos… ¡Feliz día! :-)

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  2. Serás capaz, seguro que sí :-)
    FELIZ día, FELIZ fin de semana.

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