Manías de escritora

7:07 Pat Casalà 0 Comments

       ¡Buenos días! El viernes es un día lleno de emociones. Por fin puedo pensar en los dos días de serenidad sin las mil obligaciones laborales y tengo tiempo para dejar vagar mi mente por los mundos imaginarios y ver si al fin me lanzo a escribir la última novela de la serie.
      Tengo varias «manías literarias» que me acompañan en mi escritura. Me gustan los capicúa, mis manuscritos siempre tienen un número de DINA4 que cumpla el requisito y desde hace unas seis novelas también intento que las palabras cumplan con esa numeración mágica.
       

       Corregir con esa premisa es divertido. Voy mirando el contador de palabras del Word y pienso: he sacado dos, he puesto tres, me sobra una… Quizás sea deformación profesional, me entiendo muy bien con el lenguaje matemático… ¡Me encantan los Excels! En la última historia he rizado el rizo y también los capítulos son capicúa.
        Otra «manía» es poner la fecha en la que empiezo a escribir en la parte superior del primer folio, así después puedo calcular los días exactos de escritura. La última solo me ha costado treinta y seis días… Lo sé, si le sumas el trabajo, la casa, las horas de baile y las lecturas apenas me queda tiempo para respirar. Sin embargo yo tengo la sensación de que escribo poco…
       

       Quizás la «manía» más inconfesable es que durante la escritura de una novela escucho durante semanas la misma lista de spotify, incluso repito una canción durante horas con el repeat. Paso mis horas en el despacho con los cascos puestos, así que mi inmersión en la banda sonora de la novela es absoluta. Hasta el punto de asociar una escena a una canción o de recrear los sentimientos de unos personajes cuando las escucho en otra parte. Hay veces que hasta mi hijo me dice: «¿no te cansas de la misma música todo el rato?».
       Cada una de esas «manías» me ayuda a disfrutar de la creación porque nunca podré expresar en palabras lo maravilloso que es pasar las horas acompañada por personas imaginarias, sentir como ellas, ponerse en su piel… ¡Es mágico, brutal, increíble, maravilloso! Y jamás renunciaría a ello.
       


       Ayer fui con una amiga a ver Bridget Jones baby y me lo pasé en grande. Hacía tiempo que no me reía tanto con una película, hubo un momento que de poco me atraganto con una palomita. De verdad, vale la pena ir a verla porque han conseguido darle un toque de humor increíble.
        Y llegamos a la entrevista que Carmen, la administradora del blog Libros escondidos, me hizo (enlace). Llevo muchos años escribiendo, he pasado por una montaña rusa de sensaciones y momentos, conseguí aprender a valorar cada recodo del camino, a ser feliz con mis beta, a disfrutar de su compañía sin esperar más, solo ellas, mis novelas y la emoción de compartir parte de la creación.
       

        Sé que me quieren porque en caso contrario no aguantarían mis momentos de inspiración ni mis lluvias de ideas. Ellas consiguen darme alas para creer en mí, pero a veces flaqueo. Y que alguien como Carmen me diga que mis novelas la emocionan me hace llorar de alegría (ya sabéis que cuando me emociono lloro…). Es precioso y nunca me cansaré de agradecerle sus palabras.

        ¡Feliz día! J

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