Seguir en la brecha

8:28 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hay momentos en los que la reflexión es importante para tomar distancia con los sucesos y encontrar la senda perfecta para caminar hacia el futuro.
A veces las cosas salen bien, pero otras se tuercen, y no por ello vamos a permitir que los nubarrones nos empeñen la vista, así que debemos mirar la parte positiva, que siempre la hay, y agarrarnos a ella para solucionar cualquier imprevisto con ilusión.
Soñar es bonito porque nos aporta esa dosis de sonrisa necesaria para ver la luz en cualquier oscuridad. A mí a veces me gusta imaginarme la vida de otra manera y consigo plasmar esas ideas en libros donde los protagonistas viven aventuras muy alejadas de mi realidad.


Es mi evasión, mi forma de olvidarme por unas horas de la realidad y concentrar mis energías en crear un mundo diferente donde controlo cada variable.
Ayer hice tres tests de personalidad para un trabajo que me apasionaría. Llevo con los dedos cruzados desde que postulé para el puesto porque me siento muy identificada con él, y en estos momentos estoy buscando eso, un proyecto que me apasione. 
Las preguntas de esos tests a veces me resultan difíciles de contestar porque en mí conviven dos realidades, dos personalidades contrapuestas y a la vez cercanas y complementarias. La escritora soñadora y la directiva responsable.


Aunque en realidad ambas son la misma. Porque para escribir una historia, aparte de tener la creatividad, también necesitas ser capaz de estructurar la trama, de analizar las repercusiones de cada acto de los protagonistas y de conseguir meterte en su piel, de sentir como ellos.
Para mí todo el proceso de escritura es innato, mi cerebro organiza, idea y les da vida a las historias en el papel con facilidad.
Cuando me dedico a mi otra faceta profesional también suelo ser muy ordenada, siempre planifico con mucho cuidado cada paso porque me gusta controlar las variables, anticiparme a los contratiempos y tener preparadas soluciones para posibles contingencias.


De joven era mucho más idealista y veía las cosas desde una perspectiva un poco más impulsiva, pero con los años he ido asentando mi necesidad de prever las situaciones, de planearlas, de arriesgarme cuando sea interesante hacerlo, pero buscando siempre el mayor control posible.
Ojalá consiga ese puesto de trabajo. Ojalá mi nueva bilogía os guste. Ojalá mañana os cuente más cambios maravillosos.
Pero, si no alcanzo esos objetivos, seguiré en la brecha sin rendirme porque en la vida hay que asumir los golpes, levantarse y seguir adelante sin desfallecer.
Siempre se encuentra una razón poderosa por la que ser feliz. Solo hay que buscarla, identificarla y disfrutarla sin más.
¡Feliz día! J
  

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