Zapatos de tacón

9:09 Pat Casalà 6 Comments


¡Buenos días! Se esfumó por fin el mal fario de esta semana. Estrés fuera, ilusiones dentro y a teclear. ¡Genial! Hay historias que deben acabar, otras que empiezan y algunas que siguen su curso. Y la vida no se detiene, avanza a su ritmo lineal para envolvernos en su aura.
Hay sueños que no cambian, que me acompañan desde niña y siguen manteniendo esa llama de la esperanza encendida en mi interior, aunque ahora es mínima y me parece algo lejano, como si ya no me importara tanto como antes conseguirlo.
A veces siento emociones a través de las decisiones ajenas. Hay noches que me duermo con la sensación de que por fin estoy donde deseaba, e incluso derramo lágrimas de felicidad. Más vale vivirlo en un sueño que no hacerlo nunca.
Emprender una aventura, un reto profesional, un nuevo camino cargada con la experiencia, las ilusiones y la seguridad en sí misma que le otorga la consecución de un anhelo… Eso me falta ahora, volver a pensar que hay cosas posibles, que nada se queda en el limbo del olvido y que el Cosmos siempre encuentra la manera de dirigirte hacia tu destino.
Con la escritura me está pasando lo mismo que con los zapatos de tacón… Durante años los he llevado con regularidad, me encanta subirme sobre ellos y sentir que voy a comerme el mundo. Calzarse unos tacones de palmo hace que mi mundo se vea distinto, ya sé que suena extraño, pero me dan confianza en mí misma, a la vez que me parece mejor mi figura.
Con mi ritmo de vida actual, mi rodilla que se queja con demasiada frecuencia y mi tendencia a ir corriendo a todas partes, ahora ya no me convienen los tacones. Es una pena, cada vez que paso por un escaparate de zapatos me enamoro de los altos… Incluso a veces me los compro, pero sé que he de intentar usar zapato plano.
Hay que saber dónde empieza la capacidad de vivir emociones y dónde terminan los sueños. Y, a pesar de que siempre quedará el anhelo residual de dedicarme únicamente a escribir, debo mirar cada ángulo de mi realidad actual para dimensionar correctamente mi relación con la escritura.
Me he propuesto un reto… Hoy me toca ir a mirar zapatos de invierno, y no me voy a comprar ni uno de tacón (por suerte tengo los del año pasado…). ¡A ver si lo consigo! Ya sé que suena frívolo, pero cada uno de nosotros tiene algo que le chifla, ¿no? A mí me encanta el chocolate y los zapatos de tacón…
Cada noche me tomo un poquito de chocolate, intento que sea 70% cacao para mantener a raya mi peso, pero si alguien me regala una caja de bombones estoy perdida… Mmmmmmm, un coulant calentito con su helado de vainilla, un brownie con un poquito de nata, un Sacher a palo seco, unas trufas… No sigo que acabaré en la cocina asaltando las tabletas que guardo en el armario.
 Por suerte tengo fuerza de voluntad y no he salido corriendo a buscar mis reservas de chocolate.
¡Feliz día! J

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6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. ¡Gracias Pilar! Al final no compré ni un par... ¡Me gustan los que no debo comprar! :-)

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    2. Creo que de frívolo, nada de nada, es. . . ni mas ni menos, que una mujer "femenina", que es lo que siempre debe recordar una mujer, a veces lo olvida. Y el chocolate, sea probablemente que vos seáis muy "dulce"; vamos a estar aquí cuatro días, no los fastidiemos con negarnos cosas y. . . Adelante, un "caprichito" de vez en cuando. . . todos tenemos. Agur. Don.

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  2. Querida Pat, leyendo tu entrada, solo puedo puedo decirte que todo está en tu camino, como la cara y cruz de una moneda.
    Llegar a ser el que eres... (la que vas siendo, la que serás), ya lo pedían los clásicos, y es la mejor opción.
    Para escribir: vivir, y, sobre todo, vivir en presente, este instante, este segundo. Quizá otros vivan a sueldo de sus obras; quizá haciendo una igual a otra. porque es lo que se vende. Triste panorama.
    Pero los escritores de verdad saben que su obra les sigue como su sombra y llega un momento en que la ven, en que aparece magnífica, única.
    Comparto tu post.
    Un abrazo.


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    1. Tienes razón, Pilar. Lo más importante es escribir lo que te pide el cuerpo, sentir que tus historias son las que desean plasmarse en los folios... Al fin y al cabo lo bonito de escribir es descubrir el camino que siguen tus personajes.
      ¡Un beso! :-)

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  3. ¡Muchísimas gracias por tus palabras y por pasarte por aquí! :-)

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