Nubes...
¡Buenos
días! La verdad es que hay semanas que las cosas no salen bien, esta es una de
ellas… Mi tendencia general es a sonreír, a ver la parte positiva de las cosas
y a valorar lo que tengo, aunque hay veces que las nubes no me dejan ver el
cielo.
Terminé
el viernes pasado con una mala noticia, de aquellas que te hacen recapacitar
sobre muchas cosas de tu vida. Y empecé el lunes con mal pie, quizás porque las
ideas que yo tenía sobre algunas facetas de mi vida estaban equivocadas.
El
otro día os decía que tomar una decisión implica dejar atrás otras posibilidades.
Es imposible saber qué hubiera pasado si hubiera elegido un camino diferente,
pero hay que saber extraer la parte maravillosa de cada ruta y avanzar con las ideas
claras.
Ayer
terminé el día en urgencias con mi hijo, tiene una bronquitis y ahora deberá
medicarse. Bueno, la verdad es que fue una jornada de aquellas en las que solo
quieres terminar e irte a dormir para olvidar los sucesos que se han encadenado.
Espero
que hoy salga el sol, que la vida me sonría y que consiga ver el vaso medio
lleno. Aunque hay cosas que decepcionan tanto que es imposible encontrarle
matices positivos.
Sin
embargo hay que continuar caminando sin perder el paso, sonreír ante las
adversidades y encontrar la manera de cambiar las cosas que no nos gustan. Así
que hoy empieza mi lucha en ese sentido, quiero encontrar la manera de darle la
vuelta a la tortilla y sentirme orgullosa de mis decisiones.
No
sé dónde me conducirá la vida ni si voy a encontrar lo que deseo, pero lo que
tengo claro es que quedarse quieta esperando no es una buena opción. Así que
voy a cambiar lo que no me gusta; despacio, pero sin prisa. Hay que ser optimista
y pensar que vale la pena intentarlo, aunque te quedes por el camino y al final
no tengas más remedio que asumir tu realidad.
Y
no, no hablo de la escritura. En ese tema tengo claro lo que hay y donde estoy,
así que sonrío al pensar en las cosas positivas que me da. Me encantaría
retirarme y dedicarme únicamente a ello, pero eso no es posible, así que me lo
tomo con ilusión. Cada día avanzo un poquito en la novela que tengo entre manos
y me emociono al hablar con mis compañeros de oficina acerca de las que ya he
escrito. ¡Y también con mi amiga Mabel! Gracias a sus palabras logro mejorar
los fallos de incongruencia y mejorar partes de la trama.
Suerte
que tengo estas pequeñas alegrías que me ayudan a valorar positivamente mi
entorno, aunque quizás el tiempo y las decisiones me lleven a cambiar de lugar.
Nunca se sabe lo que te depara el futuro…
¡Feliz
día! J
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