Gustos literarios

7:07 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! Ayer terminé el libro que empecé anteayer (sí, a mí los libros que me gustan me duran un suspiro y los devoro aunque tenga que estar despierta toda la noche). Me gustó, decir lo contrario sería faltar a la verdad, pero todavía estoy impactada por la historia y, sobre todo, por el final.
Decir que es triste se queda corto. Empecé a llorar a las siete de la tarde y no paré hasta las doce y media, cuando puse el punto y final.


No disfruté de la lectura porque a mí las historias tristes me afectan demasiado. Ojalá en la sinopsis hubieran anunciado de alguna manera que no era una novela romántica sino un dramón de aquellos que te dejan el corazón encogido.
Una de las grandes virtudes de la romántica es que siempre acaba bien y cuando cierro las páginas del libro (en sentido figurado porque lo que realmente apago es el Kindle), me quedo con una sonrisa feliz, con lágrimas de emoción positiva, con la sensación de que al final todo se arregla.
Respeto mucho los gustos de la gente, pero este es el mío. Cuando voy al cine, leo un libro o veo una serie de televisión quiero un final feliz, me niego a estar como ahora, dándole vueltas a esa historia que me ha dejado un regusto amargo.


La vida tiene mil momentos duros, hay que hacer frente a problemas, lidiar con problemas y aunque la mía es fabulosa, mi intención a la hora de leer, de ver la tele o de ir al cine es descubrir cómo la imaginación nos puede llevar a un lugar donde todo es posible y encuentra una solución.
No recomendaría el libro porque me dejó una angustia que todavía me acompaña. Entiendo que retrata una realidad, pero es muy duro y pasarme cuatro horas llorando a lágrima viva mientras leía por pura tristeza y no por emoción bonita, es algo que detesto.


Y sí, continué leyendo porque en ese instante ya no podía soltar el libro… Necesitaba saber el final, ver si un milagro lograba arreglarlo. Y encima me quedé sin epílogo… Ya que la historia es tan dura, la autora podría haber puesto un salto temporal para enseñarnos a los personajes unos años después con las heridas cicatrizadas.
En fin… No voy a dar el nombre del libro porque no es malo y sigo defendiendo que mi opinión es subjetiva, ya que responde a mis gustos personales.


Solo mencionaré que, tal como expliqué ayer, me sorprendió muchísimo la corrección de este libro. A ese (h)echar la cabeza hacia atrás se le sumó una palabra con la que flipé. Aprehensivo en vez de aprensivo. Ambas existen, pero es incorrecto usar la primera para designar a alguien escrupuloso, que siente aprensión o miedo infundado o excesivo a sufrir daños o enfermedades, ya que aprehensivo significa que es capaz de aprehender (asimilar inmediatamente, llegar a entender).
Ayer salió una reseña preciosa de Cada día te espero a ti en el blog El mundo de la fantasía (enlace). Cristina habla acerca de los personajes, de que la historia le ha parecido adictiva, de cuánto le ha gustado. ¡Qué bonito es leer estas opiniones!

¡Feliz día! J

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2 comentarios:

  1. Creo que los lectores que más disfrutamos nos implicamos mucho emocionalmente con las historias que estamos leyendo. Es algo bueno, pero a veces nos obliga a elegir con cuidado el libro para cada momento. Un saludo.
    https://libreriallerapacios.com/libros/segunda-mano/

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    1. Es importante elegir bien, eso es cierto. Implicarse con los personajes mientras lees es mágico.
      ¡Un beso!

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