Barcelona-Manila

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Viajar es una experiencia apasionante, no solo por el momento en el que descubro una parte del mundo desconocida, sino porque también se llena de instantes álgidos mientras preparo la ruta junto a mi marido, miramos webs de reserva de hoteles para encontrar la mejor opción al mejor precio, pensamos las actividades que nos apetece realizar en el destino e investigamos acerca de los datos útiles del país.
Filipinas consta de más de siete mil islas, hay demasiados lugares paradisíacos para visitar, un sinfín de playas llenas de coral donde nadar y una naturaleza para explorar que complica la elección.
Nosotros solemos comprar los billetes con mucho tiempo. Es el primer paso para un viaje tan largo y lejano, decidir destino y encontrar las mejores opciones de precio para volar.


Asia suele ser un continente con billetes económicos, tanto en el trayecto internacional como en el nacional. Nosotros usamos Skyscanner para encontrar los mejores precios. No solo miramos Barcelona-Manila, también valoramos aterrizar en cualquier país asiático cercano y valernos de una compañía low cost para enlazar ciudades.
Esta vez encontramos que Emirates tenía unos precios disparados respecto a otros años, así que lo descartamos. Seguimos mirando opciones, todavía era diciembre, así que íbamos bien de tiempo. Tras valorar varias opciones acabamos comprando un vuelo de Turkish a Manila vía Estambul con escalas cortas. Solo quedaba decidir si al llegar dormiríamos en Manila o volaríamos a otro lugar para aprovechar mejor el tiempo.


Los desplazamientos a Asia suelen conllevar la pérdida de un día como mínimo ya que la diferencia horaria suma seis horas y los vuelos suelen durar un mínimo de quince horas. Salíamos de Barcelona a las 18:55 y llegábamos a Manila al día siguiente a las 18:55… Después de mucho buscar encontré una compañía que no sale ni en el Skyscanner llamada Cebú Pacífic que ofrecía un vuelo manila-Cebú a las 22:30. Y opté por comprarlo. El viaje hasta Cebú iba a durar más de veinte horas, pero así podíamos salir rumbo a Bantayan el día siguiente a primera hora y aprovechar al máximo los días de viaje.


La huelga encubierta del personal de seguridad de El Prat nos hizo ir antes de lo previsto al aeropuerto. Frente al mostrador de facturación había una cola kilométrica y la espera se hizo larga y pesada. Acabamos sentados en el suelo, mis hijos inmersos en las redes sociales, mi marido navegando por Internet y yo leyendo.
Tras un par de horas de colas, nervios y embarque llegamos al avión, donde nos anunciaron un retraso de más de una hora. En vez de pasar doce horas en el aparato fueron más de trece, llegando tardísimo a Estambul. Allí apenas contamos con tiempo de correr hasta la puerta de embarque para no perder el siguiente vuelo, pero entonces anunciaron un nuevo retraso…


Me pasé gran parte del vuelo de tres horas y media hasta Manila sufriendo por el siguiente vuelo. Cuando llegamos el comandante anunció por megafonía que debíamos sobrevolar la zona durante un mínimo de media hora. Mis nervios iban en aumento, si la cosa seguía así perderíamos el siguiente vuelo…

¡Feliz día! J

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