Por fin

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hoy me despierto con la constatación del fin de un ciclo. A veces tienes una conexión con alguien durante largo tiempo, o simplemente te dejas llevar por la corriente y piensas que realmente hay ese hilo conector, y cuando se rompe te vapulean varias emociones dispares.
Sonrío, porque necesitaba ese fin, saber dónde estoy y no esperar imposibles. A veces os hablo de las señales, últimamente he tenido varias en una dirección concreta y al fin ayer me decidí a cerrar el círculo.


En la amistad y las relaciones profesionales hay que apostar por la confianza, seguir la estela de tus sensaciones y no dejar de luchar nunca por acercarse a las personas afines a tu manera de pensar. Darlo todo es importante y saber el momento exacto para una despedida es básico para abrazar la serenidad.
En mi camino hacia un cielo despejado de nubes he decidido cortar uno de los hilos que sustentaban ideas absurdas, aunque en mi interior se aguantaba por una pequeña hebra que pugnaba por romperse.


Me siento bien, liberada, como si por fin fuera capaz de ver la inmensidad de las emociones que se abren ante mí. Escuché las señales y por fin fui capaz de dar el salto, incluso en UDMST conseguí escribir una parte de lo que debe ser.
Inspiro una bocanada de aire por la nariz para soltarla lentamente por la boca. La fuerza que me empuja a seguir adelante es la ilusión de llevar la historia hacia un lugar concreto mientras vibro con los serpenteos del camino. Cada capítulo es diferente, siempre hay algo que consigue sorprenderme y me llena de intriga.
Mi mayor ambición es ser yo misma, dejar constancia de mis desvelos en las novelas y seguir con la escritura de nuevas y excitantes aventuras. A veces echo la vista atrás y me descubro en una persona diferente, con metas alejadas de la realidad y un sinfín de pasos erróneos.


Quizás si no hubiera atado el hilo que hoy se rompe jamás hace trece años nunca hubiera llegado a este instante. El azar es caprichoso, nos lleva a unos puertos lejanos y a veces consigue unir a dos personas muy alejadas en un principio para luego colocarlas en direcciones opuestas.
   La parte positiva es que me siento bien, porque sabía que llegaría este instante y necesitaba leer esa despedida. Es importante instar a las personas a cerrar los capítulos sin dejarte siempre esperando sus palabras. Creo que en este caso me lo merecía.
Y hasta aquí la entrada de hoy… Me voy a la oficina para sumergirme en mi otro mundo.

¡Feliz día! J

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