Efectos retardados
¡Buenos días! A veces me despierto con resaca tras unos
sueños muy movidos. Me he pasado casi toda la noche en vela por culpa de mis
alborotados sentimientos. ¡Malditos sean! Pero hoy me he despertado dispuesta a
cortar por lo sano con aquello que me duele y no dejar que se me caiga encima.
Tengo un problema de que soy de efectos retardados y a veces
las cosas no las enfrento cuando suceden. Ayer me pasó eso, estaba enfrascada
en una escena complicada, dándole vida a un momento muy importante de la novela
y tenía todos mis sentidos en los personajes. Por eso cuando recibí un chat con
un mensaje no lo procesé.
Seguí escribiendo, sin pararme a pensar en esas palabras,
incluso seguí escribiéndome con el destinatario como si nada pasara. Y más
tarde hablé con otra persona involucrada. Pero seguía sin reaccionar.
Hasta que llegué a la cama…
Entonces las palabras se me clavaron en el corazón. Me dolió
muchísimo. Empecé a darme cuenta del alcance de esas frases. Fue como si todo
mi cuerpo recibiera una descarga de realidad. Es posible que mi mente tenga ese
extraño mecanismo que la evade de los dardos envenenados mientras procesa otras
vidas, otro lugar, otro mundo.
Fue la oscuridad la que me golpeó de repente, robándome la
respiración. Darme cuenta de que después de luchar con uñas y dientes por unas
personas me dan la espalda de esa manera fue desgarrador. Necesité unos
momentos para evitar que las lágrimas me llenaran los ojos. Pero no lo logré.
En fin. La noche se ha alargado con una sucesión de ideas
que me daban vueltas. Porque a veces los actos muestran el interior de las
personas y acaban por descubrir qué les mueve.
Y como soy una tonta sentimental este tipo de exclusiones
consiguen herirme muchísimo.
Por suerte la mañana se llenará de luz. Porque mi vida está
llena de personas que sí me quieren y es reconfortante estar a su lado. En
realidad estos disgustos sirven para saber con quién puedo contar de verdad.
Así que prefiero tenerlo claro, aunque sea mediante golpes.
Mi único problema es esa falta de proceso en el momento
adecuado. Pero a veces es mejor, porque en caliente quizás hubiera reaccionado
de otra forma y ahora tengo claro quiénes son mis verdaderos amigos y en quién
puedo confiar. Eso es algo bueno.
Acabo de encontrar una reseña de Cada día te espero a ti en el blog Las hojas del desván (enlace). No está mal, en conjunto es
interesante la opinión de Jud y me ha hecho sonreír, recuperar el humor y
descubrir hasta qué punto la vida está llena de momentos geniales.
Mañana os cuento más cosas porque ahora tengo que ir a desayunar,
avanzar en la lectura actual y prepararme para hacer frente al día con esa
sonrisa que por suerte no se me borra.
¡Feliz día! J
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