How am I supposed to live without you (UDMST)
¡Buenos días! Ayer cuando hablaba de esta canción os
explicaba cómo se convirtió en mi fetiche mientras escribía Un día más sin ti.
De jovencita esta canción me gustaba un montón, recuerdo
ponérmela en mi discman sentada en la cama cuando estaba triste, con la mirada
puesta en la ventana, en un libro o en alguno de mis cuadernos, esos que
emborronaba de palabras llenas de sentimientos dispares.
Cuando planteaba la necesidad de introducir la trama Caruso
en el libro supe a dónde quería llegar. Tenía una foto como salvapantallas, la
que está bajo este párrafo. Y me decidí a escuchar esta canción una y otra vez
hasta llegar a ese punto, describiendo la escena a partir de la imagen. Quedó
así:
El dolor es como si un
rayo me atravesara el pecho. Me cuesta respirar. Zack camina hacia la entrada
del edificio de oficinas y aulas sin mirar atrás.
Me dejo caer al suelo,
rota. Levanto las rodillas para esconder la cara en ellas y las rodeo con las
manos, presa de un llanto ansioso y desesperado.
La lluvia cae impune
sobre mí, me empapa, pero no puedo moverme ni razonar ni pensar. Sus palabras
se vuelven cuchillos contra mi pecho y ya nada importa si no le tengo a él.
Había logrado darle un sentido a esa foto, aunque me costó
más páginas de las que planteaba en un principio. Y mi cabeza trabajó a mil
para darle una vuelta de tuerca a la situación. Necesitaba otra escena con la
canción porque me recordaba mis días de juventud, esos en los que las hormonas disparadas
te hacen sentir el dolor de una ruptura o de cualquier obstáculo como si te
rompieras por dentro y te llenara el cuerpo de esquirlas de tu corazón
desmenuzado. Y decidí que quedaría así:
Busco la canción que
llevo tres días poniéndome en bucle y que dispara mis sentimientos. How am I supposed to live without you, de Michael Bolton. Su
melodía, las palabras del estribillo, su voz y cada una de las connotaciones de
la balada se acercan demasiado a mi estado anímico, y eso me ayuda a sacar a la
superficie el dolor, a mirarlo a la cara.
Paso cerca de dos
horas en la ventana sin cambiar de canción ni abandonar la perturbadora
necesidad de volver a mirar una y otra vez los recuerdos del álbum. Cada uno de
ellos dispara nuevas imágenes en mi mente ávida de sentir a Zack cerca.
Y más adelante…
Hay una débil luz en
la ventana de Julia. Se acerca al cristal de su habitación, como si esa lámpara
fuera un potente imán para sus ojos sedientos de contemplarla. Se esconde en un
ángulo muerto y la descubre sentada en el alféizar tras el calendario, con sus
cascos blancos en los oídos y uno de sus pijamas minimalistas. La tristeza
ocupa cada una de sus facciones, apagándolas.
—Solo solapa aire
cuando tú estás cerca —murmura para sus adentros—. Aguanta un poquito más amor
mío, confía en mí.
Ella levanta la mirada
y el corazón de Zack recibe una descarga. No puede verle, la penumbra de la
habitación lo protege de esos ojos que escrutan la negrura con un dolor
implacable. Julia coloca la mano en el cristal, niega con la cabeza y empieza a
cantar. A Zack le recuerda a la noche en la que compartió con él How am I
supposed to live without you. Fue un acto demoledor que le llenó de
desesperación.
¡Feliz día! J
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