NDDB, ¡ya a la venta!

9:59 Pat Casalà 0 Comments


¡Buenos días! Llegó el instante en el que Maya y Prometeo puede irrumpir en vuestros lectores electrónicos y quién sabe, quizás podrían despertaros algún tipo de sentimiento mientras leéis.
Ya ha salido la primera reseña del libro, de manos de un blogera a la que le pedí opinión tras finalizar la escritura. Belén nos cuenta con mucho detalle lo que podéis encontrar en las páginas de esta novela (enlace). Su blog, Viajera entre páginas, es muy interesante y os lo recomiendo muchísimo.


No quiero repetirme en mis entradas, aunque escribiendo cada día es difícil no hacerlo.  Pero hay algo importante para mí resaltar hoy, en medio de la emoción de la publicación, de la reseña, de la sensación de que poco a poco voy consiguiendo avanzar en el mundo de la literatura y es la opinión generalizada de mis libros que suelen plasmar las reseñadoras. Una que me hace muy feliz porque plasma una sensación mía interior. Hablan acerca de cómo mi pluma les hace entrar en la historia y sentir como los personajes.


Y sí, como os digo normalmente una novela es un mapa de sentimientos para acompañar a cada una de las personas que ocupan sus páginas y entrar dentro de sus cuerpos para vivir sus aventuras.
Porque la lectura para mí es eso, sentirme transportada a otro lugar, irrumpir en una vida muy ajena a la mía y ser capaz de acariciar esos sentimientos que traspasan las páginas para ocupar mi cuerpo.
Nunca dejes de bailar es diferente a mis anteriores novelas porque destila sensualidad dese la primera página. Además, el misterioso Prometeo me parece el gancho perfecto para querer desentrañar su historia, para poder sentir cómo deseas averiguar qué esconde y cómo es ese mundo tan oscuro al que pertenece.


Y Maya es simplemente toda sentimiento. Con esas sonrisas felices, su ilusión por vivir cada momento con toda la magia que le ofrece y la espontaneidad de su comportamiento logra traspasar la coraza de Prometeo.
Pero el destino no puede cambiarse y el suyo cambia por ese encuentro y solo el tiempo tiene la potestad de poner a cada uno en su lugar, de ver si hay posibilidad de rehacer la felicidad a pedacitos.
¿Podrán hacerlo?
Os dejo a vuestra imaginación el saber cómo trastoca la vida de ambos ese encuentro casual en Nicaragua y si al final la vida les pone de nuevo en el camino…
¡Feliz día! J  

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