¡Buenos días! Hoy me levanto con una cantidad ingente de emociones pululando con total libertad por mi interior, con esa sensación de cuando estoy en contacto con una realidad paralela y que al ver algunas películas o series, o al leer algunos libros, me llega al corazón descargando en él un puñado de sentimentalismo.

Ayer me desperté bastante desilusionada con algunos de los últimos sucesos en mi vida, con deseos más que reales de no volver a sentir cómo todos mis sueños se desmoronan y me arrastran con ellos.

Por suerte el tiempo y las experiencias han logrado crear una base sólida que me sostiene firme sobre el suelo y me hace solo zarandearme un segundo, sin perder la estabilidad.

Pasé un mal día… A veces pasa cuando la realidad me obliga a bajar otra vez las expectativas y a encontrar la felicidad en las de verdad, en las que tengo y me mantienen a flote.

Por la noche mi marido llegó muy pronto, era el día del espectador y tenía unas ganas locas de ver Bohemian Rhapsody. Así que me lie la manta a la cabeza, pasé de mi clase de baile y me fui al cine, a ver a la leyenda, a descubrir cómo la película conseguía ponerme la piel de gallina mientras en algunos momentos derramaba lágrimas.

Siempre soy muy emotiva, sensible y llorona. Y esa capacidad de sentir me ayuda a escribir, a meterme en la epidermis de los personajes, a sentir esa conexión que me impulsa a teclear con más ímpetu, colmada de esa sensibilidad.

La película fue increíble. De verdad, todavía ahora estoy impactada por las emociones, y me ayudó a irme a la cama muy contenta, con la sensación de que puedo levantar un nuevo castillo sobre los cimientos edificados tras años de no cejar en el empeño de contar historias a los demás.

Hoy me levanto acompañada de dos reseñas tan alucinantes que mi autoestima sube en picado mostrándome una realidad emocionante porque si consigo llegar a los lectores y emocionarles así, sé que mi sueño se cumple, que mis esperanzas siguen brillando y que la estrella de mi imaginación continua latiendo en mi interior.

Ali, la administradora de Leo la lluvia al caer, me ha emocionado con esta reseña de Mi vida sin ti (enlace). Entre la resaca emocional de la película y sus palabras he llorado porque me han llegado al alma, acariciándola y haciéndola latir con una felicidad inmensa.

Y lo bonito, quizás una de las cosas más bonitas que suceden todavía ahora, es que una lectora inicie la lectura de toda la serie Sin ti y me deje este comentario en Instagram (enlace). Sí, Julia al principio se obsesiona con Zack, pero poco a poco va madurando y esa obsesión se convierte en un amor que arrasa con todo…

¡Feliz día! J