En busca de las palabras

7:07 Pat Casalà 4 Comments


¡Buenos días! Un martes más en el paraíso… Nubes, fresco, agobio… Grrrrr, en unos minutos me voy al dentista y solo con pensar en la aguja en mi encía se me revuelve el estómago… Soy una miedica cuando se trata de inyecciones…
Llevo unos días apática con la escritura. No tengo ganas de internarme en los mundos de los personajes ni interactuar con ellos ni caminar de la mano de las tramas, aunque ellas se empeñan en llenarme la cabeza constantemente. Creo que mi inspiración es un ente caprichoso y extraño que está ligado a muchos factores, y uno de ellos es la realidad que me envuelve.
Prometí que las esperas no me angustiarían, y de momento lo consigo día a día. Aunque no puedo evitar que esa falta de noticias me bloquee a la hora de continuar con LMR. Es algo ajeno a mí, una corriente de aire que me sacude cuando encuentro un ratito para aporrear el teclado y deja la hoja en blanco frente a mí, yerma de palabras.
No puedo forzar los párrafos ni las escenas ni las situaciones, sencillamente me dejo llevar por las ideas que bullen en mi mente hiperactiva. Y cuando la realidad me expresa claramente que de momento nada cambia, el manantial que brota con facilidad en otras ocasiones se seca.
La experiencia me dice que no hay de qué preocuparse, sé que la Musa regresará, y lo hará con fuerza. Antes solía angustiarme cuando la hoja del Word permanecía blanca durante más de diez minutos o cuando buscaba una distracción que me alejara del ordenador. Ahora sonrío, vivo y disfruto de cada instante de mi día.
En casa me dicen que vivo en Los Mundos de Yupie, que no soy capaz de darme cuenta de las desgracias que nos rodean a veces y que parezco ajena a muchas circunstancias que encuentro en el camino. Bueno, no es exactamente eso, más bien es que intento apartar las cosas negativas para quedarme únicamente con las positivas.
No me gustan las peleas ni los malos rollos. No soy muy docta a la hora de contestar puyas, así que intento no meterme en medio de discusiones. No suelo contestar a las subidas de tono en las redes sociales ni inmiscuirme en las disputas. Últimamente hay demasiadas… Así que prefiero seguir en un mundo aparte, acompañada de optimismo y felicidad.
Me encanta escribir una entrada cada mañana, de madrugada, cuando mi casa duerme. La guardo en el borrador del blog y la programo para que se publique más tarde, así cuando llego a la oficina tengo unos minutos para retocar el texto antes de colgarlo. Me encanta que mi blog sea una especie de diario personal donde dejo constancia de mis anhelos, de mis alegrías y de mis tristezas.
Hubo un tiempo en el que deseaba vivir de mis palabras. No renuncio a ese sueño, aunque lo relativizo. De momento vivo de los números y me ilusiono con las letras. No sé si soy buena o mala escritora, cada día es un aprendizaje, cada novela es un peldaño más hacia la mejora, cada corrección me aporta una nueva visión de los manuscritos.
A escribir se aprende escribiendo y leyendo, diseccionando textos, descubriendo el porqué de una coma o de una metáfora. Esta pequeña entrada diaria me aporta soltura a la hora de enfrentarme con el papel en blanco y me ayuda a continuar con el aprendizaje necesario para tirar hacia delante mis novelas. ¡Así que viva el blog!
¡Feliz día! J

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4 comentarios:

  1. No dejes de escribir cada día, lo mismo da que sea en el blog que en tus libros...
    Por cierto, yo no puedo ver una aguja ni en la tele: cierro los ojos sistemáticamente ;-)
    FELIZ día.

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    1. Eso hago, escribir un poquito cada día y no desesperar como antes, ¡me gusta aporrear el teclado! Bien pot to móvil nuevo, seguro que disfrutarás muchísimo con las aplicaciones. ¡Feliz día! :-)

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  2. Pat, ánimos, que hay mucha Pat ahí dentro.... Nos vemos muy pronto!

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    1. ¡Gracias Lola! Por suerte ánimos no me faltan, solo son las palabras que de momento se han ido de vacaciones... Pero ya volverán. ¡Feliz día!

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