Un poquito de terapia zen
¡Buenos
días! Hace una mañana oscura, llueve y no parece que el sol quiera aparecer
durante la jornada. Esperemos que el fin de semana haya una tregua, ¡tengo tres
largos y preciosos días de fiesta!
La
adolescencia es una época dificilísima. Recuerdo cuando era yo la que tenía
esas subidas de hormonas, cómo me comportaba y qué sentía. Ahora, al otro lado
de la película, hay momentos en los que dimitiría de mi papel de madre...
Los chicos forman su personalidad entre los
doce y los veinte años, es una época convulsa en la que llevan al extremo las
situaciones para reafirmarse, y muchas veces cuesta un mundo hacerles entender
que las normas están para seguirse.
Llevo
más de tres semanas sola con ellos. Mi marido se fue a China diez días, volvió
y se fue a Galicia. Por suerte esta noche vuelve… Acompañada parece que vives
mejor algunas situaciones…
Ahora
quiero un poquito de terapia zen para encarar el día. Es que es una jornada
cargada de reuniones hasta la saciedad y no sé muy bien cuántas horas estaré en
la oficina. Suerte que tengo una ventana para mirar al exterior…
Ayer
desencallé el capítulo de LMR que tenía atragantado. Me metí en la cama pronto,
con el ordenador en el regazo, la lista de canciones de siempre a toda potencia
y la idea de avanzar a pesar de que las palabras no querían acompañarme. Supongo
que será uno de esos capítulos a los que les daré mil y una vueltas al final,
pero conseguí sacar a Román del atolladero para llevarlo donde yo quería.
A
veces pienso que mis personajes no quieren colaborar, que se quedan en un
rinconcito de mi mente con pocas ganas de asumir un rol determinado y me
bloquean. Aunque yo tenía claro qué pasaría, no acababa de delinear la
secuencia de acontecimientos.
Es
curioso, hay capítulos que no brotan con la naturalidad de otros. El de ayer lo
empecé tres veces durante la semana, incluso intercalé uno antes, como si me
faltara un poquito de historia para enlazarlo, pero ayer seguía igual de
apática con él… Lo forcé, necesitaba sacármelo de encima, así que llevé a Román
al lugar que tocaba, puse punto y final, salto de página y empecé el capítulo veintiuno.
¡Ya lo retocaré en la corrección!
Este
fin de semana quiero iniciar de nuevo la corrección de LME a la par de avanzar
en LMR. No sé yo si encontraré tiempo…
¡Feliz
día! J
Un FELIZ día rápido... que estoy "colgada" del nuevo móvil ;-)
ResponderEliminar¿A qué es chulo? La verdad es que son como pequeños ordenadores portátiles... ¡Feliz fin de semana! :-)
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