Un viernes más

7:07 Pat Casalà 2 Comments


     ¡Buenos días! Viernes… Me encantan los viernes, es el mejor día de la semana porque sé que es el preludio de dos largos y perfectos días para descansar, dormir y soñar…
     Mi hijo dice que está harto de la rutina, que siempre es lo mismo, que cada semana empieza en un lunes y termina en un domingo. Bueno, es cierto, pero no sé qué haríamos sin ella. ¿Os imagináis la vida sin esquemas? Quizás acabaríamos organizándonos para no acabar en una situación caótica.
     Llueve, cae una fina llovizna que moja el suelo de mi terraza. Siento la humedad del ambiente a través de la ventana, como si traspasara el cristal y me impidiera doblar la rodilla con facilidad.
      El fin de semana se presenta tranquilo, con una comunión y algunas compras de última hora. El tiempo camina hacia el verano con rapidez, tachando los días en el calendario y llenando las horas con mil actividades interesantes. Aunque el email sigue vacío…
     No quiero una gran noticia, sé que no va a llegar y no me importa, es una percepción distinta, algo que lleva años incordiándome. La falta de comunicación, el silencio, la poca reciprocidad en las palabras es lo que me hace darle vueltas a la situación cíclicamente.
      Estoy feliz porque tengo las cosas muy claras, veo dónde me encuentro y no anhelo lo que no debo. Por primera vez en años no siento el peso de la incertidumbre. Sé que la novela está en la bandeja de entrada, que no se ha leído y que cuando le llegue el turno se me devolverá con una propuesta de correcciones. ¡Así es cómo funciona! Pero me encantaría que esta vez los meses no sumaran sin la primera lectura, para que el tiempo no volara y nos plantáramos en un nuevo año infructuoso.
     Esa realidad que tengo presente en todo momento es la que me hace caminar con la certeza de que una comunicación no quiere decir nada, pero para mí significa mucho. Soy así, de las que necesitan un poquito de humanidad y cercanía.
     Bueno, ¡qué se le va a hacer! La paciencia no es mi fuerte… Aunque el camino ahora es más claro y despejado, me muestra las curvas para evitar que me pierda. Solo he de despejar el follaje…
     Tengo proyectos, ilusiones e ideas. También mucho trabajo que me ayuda a no pensar durante horas… ¡Y una vida por delante! A ver dónde me conduce… Solo el tiempo tiene la calve para saberlo.
      ¡Feliz día! J  

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