¿Cómo funciona vuestra inspiración?

9:59 Pat Casalà 0 Comments


¡Buenos días! Se despierta con sol, aunque hay alguna nube amenazante en el horizonte… Espero que finalmente se despeje y pueda ir a estirarme en una hamaca sin más preocupación que decidir si hace frío o calor.
Hoy quería hablaros de mi inspiración, ese ente extraño y caprichoso que convive conmigo. En catalán tenemos un dicho que intentaré traducir: «¡Quién la entienda, que la compre!». Algunas veces he intentado adivinar cómo funciona mi inspiración, incluso he llegado a hacer planes para obligarla a trabajar en un horario concreto, pero ella es esquiva y revolucionaria, porque se declara en huelga con frecuencia y coge vacaciones cuando le viene en gana.
Antes escribía por obligación y muchos días acababa frustrada tras varios intentos para hacerla salir. Me establecía un horario de escritura, me sentaba delante del ordenador y si no tenía ideas acababa de mal humor.
He cambiado de táctica y de actitud. Ahora escribo por deseo, así que lo hago como los recién nacidos, a demanda. Que mi inspiración se decide a darme alas, escribo; que se larga a los mundos paralelos a vivir una aventura, me relajo y juego a mil cosas en el iPad, el iPhone o el ordenador. Esta forma de vivir mi creatividad es maravillosa, tanto que los frutos son mayores y más provechosos.
Recuerdo cuando mi agente literaria me decía que mi escritura era estresada. Yo sentía así el hecho de obligarme a redactar unas líneas cada día, era mi manera de sentarme frente al ordenador y darle vida a los personajes. En ese entonces vivía por y para la escritura, mi cabeza siempre estaba inmersa en algún trocito de la trama y le daba vueltas y más vueltas a las situaciones. Quizás por eso no paraban de pasar cosas…
La verdad es que tener un trabajo que requiere muchísima concentración, llevo yo sola la gestión fiscal, administrativa y contable de cinco empresas y una fundación, me obliga a aparcar las historias inventadas durante tantas horas que cuando retomo la narración necesito un tiempo de adaptación.
El no estresarme para escribir ha logrado que tenga casi completo el reto de terminar tres manuscritos en un año. Sé que lo haré, no necesito más que un ordenador y que mi inspiración tenga ganas. Ya no intento domesticarla, la dejo a su libre albedrío. Si me paso días enteros jugando al Candy Crush o al Apalabrados o a un solitario, no me agobio, porque sé que el día que tenga deseos de escribir cundirá lo suficiente para llenar un capítulo.
 Y así es mi creatividad ahora, va a trompicones, dando tumbos, escalando posiciones a una velocidad vertiginosa unos días y bajando en picado otros. Pero yo no la obligo a trabajar, le doy lo que me dice siempre mi jefe: «libertad con responsabilidad». Ella y yo sabemos que es importante avanzar en el manuscrito, y como lo escribimos sin esquemas ni ideas previas, solo con un título un principio y un final, nos encanta inventarnos el laberinto de tramas por el camino.
Eso es lo que me ilumina cuando escribo, esa capacidad para conducir las historias hacia donde sopla el viento de mi inspiración ese día. En un mes y cuatro días ya he escrito la mitad de mi nueva novela, y eso que trabajo más de ocho horas, bailo cuatro veces por semana y no descuido las tareas domésticas… Así que estoy encantada con mi inspiración. ¿Cómo funciona la vuestra?
¡Feliz día! J

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