Seguir adelante siempre con una sonrisa
¡Buenos días! Este fin de semana ha pasado en un suspiro y
apenas he tenido tiempo de retener los minutos en la memoria. Ha sido
productivo, he conseguido avanzar muchísimo en la novela que ideé durante mi
viaje a Filipinas y he conseguido decidir algunos de mis próximos pasos.
Escribir, crear y ponerme deadlines para terminar una historia suele funcionar para ponerme
las pilas tras un momento de bajón al querer dar un paso de gigante y darme
cuenta de que todavía ha de ser de enana. Pero me parece genial, como mínimo
camino y no me quedo quieta.
La parte positiva está en seguir siempre hacia delante sin perder
la sonrisa, en buscar nuevos retos, en adaptarse a la situación y disfrutarla
al máximo para no desaprovechar la oportunidad de ser feliz.
Hace años comprendí algo muy importante y que me ha acompañado
desde entonces para alegrarme la visión de mi vida. De la escritura viven
cuatro, ser parte de una gran editorial no es fácil y rendirse no va conmigo.
Desde entonces he aprendido a valorar cada pequeño triunfo
como si fuera llegar a la cima de esas aspiraciones infantiles que tracé en mis
noches de sueños imposibles y maravillosos a la vez. Atesoro los mensajes de
mis lectoras como si fueran diamantes en mi memoria, disfruto con cada
comentario, con cada publicación de mis libros en las redes, con cada
interacción con alguna persona que quiere expresar cómo le ha enganchado una
novela. E incluso agradezco la lectura de aquellos que no han llegado a
conectar con mis personajes o han dejado una mala puntuación en su reseña.
No voy a tirar la toalla porque disfruto escribiendo,
manteniendo pequeñas disputas
literarias con mis lectoras beta, descubriendo cómo cada una de ellas le da importancia
a un hecho diferente, creando e imaginando nuevas formas de legar al público.
Y, como digo siempre, la felicidad la construimos nosotros
día a día, encontrándola en pequeños retazos de una existencia llena intensas
emociones escondidas en cada recodo del camino. El mío se nutre de ideas, personajes,
mundos paralelos y un sinfín de maravillosos instantes a los que nunca
renunciaré.
Mi lema seguirá vigente. Mirar hacia delante sin rendirse,
no parar nunca de escribir, de idear, de crear y no caerse por una negativa
porque nunca se sabe cuándo puede venir una propuesta de las que me harían
saltar de alegría por el paso que supondría.
Y en eso estoy, buscando nuevas maneras de expandirme, de
reinventar historias, de no dejar de suspirar por ellas y por dejar mi pequeña
huella en algunos libros que quizás algún día puedan ser un poquito vuestros.
¡Feliz día! J
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