Toca decidir...
¡Buenos días! Hay momentos de inflexión en los que debo
plantearme un montón de cosas para tomar una decisión correcta y ponderar
muchísimo cada una de las variables para no actuar de forma compulsiva, sin
saber hacia dónde voy o qué quiero en realidad.
Decidir es un paso complicado en algunas ocasiones, ya que
al tomar un camino puedes cerrar completamente la posibilidad de seguir el otro
y eso puede significar errar de forma estrepitosa. Aunque siempre he sostenido
la importancia de ser feliz con el final obtenido sea cual sea mi decisión.
No soy como Lúa, pero la idea de hacer listas de pros y
contras en un momento así me parece lo mejor. Cuando la elaboro veo algunas
cuestiones que antes me eran ajenas o no acababa de ver con la suficiente amplitud.
Ayer Mara me decía que en este caso, en la decisión que debo
tomar ahora, podía elegir entre salir de mi zona de confort y lanzarme a un
vacío sin ver para nada el final del túnel o seguir en ella mientras busco cómo
despegar en un futuro.
Esta noche de insomnio le he dado muchas vueltas a esa
premisa… Y sí, es bastante cierta, aunque hay una variable importante a tener
en cuenta y es la externa, aquella que no depende de mí.
Hace años vivía obsesionada y frustrada, con un vacío en el
corazón que no lo llenaba nada. Pasé una época difícil, me sentía atrapada en
un deseo inalcanzable y cada paso que daba intentaba llegar a un lugar
imposible quebrándome el corazón en mil pedazos. Entonces confiaba ciegamente
en alguien, incluso llegué a pensar que había surgido una pequeñita amistad
entre nosotras. Pero me equivocaba.
Algunos de sus consejos literarios me hirieron en lo más
profundo de mi alma, pero otros fueron perfectos y me ayudaron a encontrar luz
dentro de la oscuridad en la que yo misma me había recluido.
Me viene a la memoria una comida donde le expuse cómo me
sentía y su respuesta me hizo recapacitar, a pesar de que tardé un tiempo en
procesarla de verdad. Hasta aquí depende
de ti, pero ahora que ya lo has dado todo y el resto depende de otras personas.
Quizás es uno de sus mejores consejos porque con el tiempo me abrió los
ojos y me ayudó a recomponer pieza a pieza mi destrozado corazón.
Querer dar un paso de gigante cuando todavía soy demasiado pequeña
para intentarlo puede acabar desatando otra vez las tinieblas y ahora estoy en
un lugar donde vivo cada emoción con una intensidad increíble.
Cuando remiendas un corazón roto a veces quedan algunas
grietas que resurgen en momentos puntuales internándote en un torbellino capaz
de engullir la serenidad. Pero el tiempo me ha llevado a un lugar donde logro
ver siempre luz entre la oscuridad.
Me toca decidir… Pero tengo la certeza de que seré feliz con
cualquiera de los senderos elegido porque he aprendido a vivir con una sonrisa
perene y a positivizar cada instante.
¡Feliz día! J
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