Despedirme de los personajes
¡Buenos días! El frío polar de estos últimos días se ha ido,
ya no queda más que algunas reminiscencias de la nieve, la lluvia, la gélida temperatura
exterior y la oscuridad de esos días que suelen apagarme.
Ayer no fue uno de mis mejores días. Hay baños de realidad
que duelen, pero la buena noticia es que a pesar de que mis instintos querían
dejarse llevar por los sentimientos y no cejar en el empeño de darle vueltas y
más vueltas a las situaciones, conseguí rebajar de forma considerable el
impacto emocional de enfrentarme a una noticia no demasiado prometedora.
Por la tarde, tras una larga y muy productiva jornada
laboral, decidí abrir el archivo de la última novela de la serie Sin ti. Me cuesta encararme a la última
revisión del manuscrito porque significa decirles adiós a los personajes y
aunque siguen viviendo dentro de mí y en momentos puntuales me asalten sus
recuerdos, la sensación de dar por concluida una etapa me despierta una
sensación agridulce.
Cuando ya he firmado el contrato y he de enviar la novela a
la editorial toca escribir la dedicatoria, los agradecimientos, la lista de
libros anteriores…
Me costó centrarme porque no me gusta decir adiós, sino
hasta luego. Fue triste y alegre a la vez. Fue emotivo, acabé llorando presa de
mis sentimientos desbocados. Lleno de sonrisas entre lágrimas. Feliz por haber
logrado llegar hasta aquí. Afectada por dejarles marchar. Y tan bonito saber
que Contra dirección, sin frenos y sin ti
llegará a vosotros en septiembre…
Os mentiría si no me preguntara una y otra vez si os gustará,
si disfrutaréis leyendo tanto como yo escribiendo, si os va a tocar algún
pedacito de la fibra sensible, si la despedida de los chicos os parecerá a la
altura.
Ahora me toca releer, cortar, ampliar, llenar huecos, darle
vueltas y ofrecer lo mejor de mí para enviar este último manuscrito y esperar a
las notas de la editora, ver la portada, recibir galeradas, descubrirla en
algún escaparate virtual…
Enfrentarme al folio en blanco durante unos momentos para iniciar
esa larga lista de agradecimientos me despertó un montón de sentimientos y me
ayudó a dejar atrás la mala noticia del día porque lo mejor es ver la parte
positiva de la vida, tomar el fruto de lo que siembras y no dejarse llevar por
la ilusoria sensación de que puedes llegar a una cima imposible.
Así que escribí con el corazón en la mano, con esa necesidad
imperiosa de dejar constancia de cómo me han acompañado los chicos de Fort
Lucas durante mucho tiempo y de las mil maravillosas experiencias que me han
ofrecido.
Por suerte la vida trae preciosas sorpresas cuando menos te
lo esperas y a veces una simple canción me devuelve a la novela, a la historia,
a una escena concreta…
¡Feliz día! J
0 comentarios: