¡Buenos días! Este fin de semana me he ido a mi casa de la montaña a solas con mi marido, mi Mac, mi Kindle y mis ideas revolucionadas. Hay demasiados datos inconexos saltando en mi cabeza, demasiada dispersión y necesitaba intentar centrarme un poquito, aunque he de admitir que solo he conseguido incrementar los proyectos iniciados y difíciles de seguir.

A veces pasa, me disperso por demasiadas ideas que me atrapan para crear mil mapas de ruta diferentes.

Leí un libro el viernes que me dejó resaca literaria y un sinfín de emociones pululando libres por mi cuerpo. Fue de aquellas lecturas que me enganchan sin remedio. Empecé a leer a las 17:00 de la tarde y terminé a las 3:00 de la noche porque no lo podía dejar. Y luego no había quien durmiera. Más de quinientas páginas en unas horas, de una sentada, solo parando para cenar.

Escribir va muy conectado con leer. Mi hija se queja muchísimo de que mis conversaciones solo giran en torno a los libros, pero no entiende lo importante que son para mí porque cuando leo o escribo soy capaz de despertar los más íntimos sentimientos.

He intentado sin éxito centrar mi mente, no desarrollar en ella ninguna de las ideas que la asaltan últimamente y dedicarme solo a reescribir, corregir, pulir y rehacer las historias ya escritas. Pero no colabora. Parece deseosa de seguir disparando sensaciones que necesitan canalizarse en una escritura intensa.

Quizás si tuviera mil horas al día conseguiría dar salida a esa imaginación desbordante que me acompaña desde niña. Leería más libros, escribiría más, corregiría el doble…

A veces cierro los ojos y me imagino viviendo en algún lugar apartado frente al mar, con un clima tropical, con la única obligación diaria de sumergirme en mundos paralelos, los propios y los ajenos. Es como si por unos instantes saboreara el paraíso.

Sin embargo cuando abro los ojos y miro a mi alrededor me doy cuenta de que soy feliz, tengo todo cuanto deseo, una vida llena de excitantes momentos, doce novelas publicadas que de aquí poquito serán trece, varios contratos para los próximos meses y un trabajo perfecto.

De eso trata la vida, de tomar aquello que nos hace feliz, de sentirlo y quedarnos solo con la parte positiva, de disfrutar de ella, exprimir los instantes, descubrir la cara amable de las cosas, de buscar la quimera de la ilusión.

¡Feliz día! J