Encrucijadas

8:48 Pat Casalà 6 Comments


¡Buenos días!!! Parece que no sé caminar por mi día sin dejar una pequeña huella de mis pensamientos en el blog… Aunque cuando empiece a trabajar el día 16 las cosas cambiarán por falta de tiempo. ¡A ver cómo reubico la escritura y si puedo encontrarle un hueco diario!
Cuando te das cuenta de que el sendero marcado hace años serpentea entre curvas intrincadas y que las decisiones que te han llevado ahí podían ser erróneas necesitas una fuerte dosis de energía para plantarte y mirar atrás.
No soy de las que cree imprescindible mortificarse pensando en qué sucedería ahora en mi vida si en una encrucijada del pasado hubiera tomado otro desvío. Más bien prefiero mirar adelante y decidir correctamente en el próximo cruce. Siempre se aprende algo, andes por donde andes…
Creo en la constancia, en la cercanía, en el roce, en la lucha codo a codo... Es importante mantener una comunicación fluida con las personas que te acompañan, alcanzar un grado de confianza recíproco y saber que se está batallando con todas las armas que se poseen para alcanzar la meta.  
La verdad es que la vida me ha enseñado que la amistad es algo efímero, que la capacidad de las personas para decir medias verdades es increíblemente intensa y que muchas veces la sinceridad es algo invisible en las conversaciones trascendentes. Resulta más fácil no admitir la realidad y pintarla de colores.
Desde pequeña tengo el defecto de decir lo que pienso, sin pelos en la lengua ni remordimientos. Esa forma de encarar la vida me ha granjeado muchos disgustos, pero yo prefiero enfrentarme a un no real que a un medio sí inmerso en las sombras.
Quiero pisar sobre un terreno firme, aunque ese terreno esté lleno de vallas que lo tapian, porque entonces veo la situación y no fantaseo con algo que nunca llega, que nunca se alcanza, que nunca se despeja… Las vallas se pueden saltar o rodear, las tapias se pueden escalar o volar, los escollos se pueden sortear, pero una bruma que emborrona la realidad se condensa entre los sueños de manera que no te deja ver por dónde pisas.
Y yo llevaba demasiados años envuelta en la niebla, demasiados años creyendo en algo abstracto, en algo que no acabo de sentir ni de creer. Y me siento absolutamente feliz por plantarme y mirar atrás, por reconocer dónde está el límite de mi realidad, dónde converge el camino tomado con una nueva encrucijada y cómo despejar la boira que me oculta el sendero.
¡Ahí voy! ¡Y que el destino decida dónde me lleva!
¡Feliz día!
       

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6 comentarios:

  1. dir el q penses no necessesàriament és un defecte sempre Pat!!!

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    1. ja, però moltes vegades la gent no ho aprecia... Bon dia!!!!

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  2. Yo también peco muchas veces de decir las cosas tal y como son, aunque he aprendido a callarme en ciertos momentos y no opinar.
    Pero bueno, que adelante con lo que sea y sin mirar atrás, porque lo hecho, hecho está y lo pasado, pasado.
    A ver que nos depara el destino!!!!
    Besotes

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    1. ¡Ojalá tuviera la capacidad de Marta Noguera para averiguar qué nos depara el futuro! ¡Un beso guapa!

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  3. No hay que temer a los cambios, es peor quedarse paralizado.
    La vida es eso: cambio y evolución constantes.
    Espero que cuando trabajes sigas encontrando un huequito para dar rienda suelta a tus pensamientos.
    Besos

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    1. Amí me cuestan mucho los cambios, Lola... Pero se debe aprender a mirar hacia delante sin miedo, ¿no? A ver cómo me lo monto cuando vuelva a la oficina... ¡Un beso!

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