Sensaciones epidérmicas

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hay momentos en la vida en los que necesito rebajar la intensidad de mis sentimientos antes de enfrentarme a darles salida en el papel. Me cuesta, soy una persona visceral, con algún pronto y con mucha empatía con los demás. Me emociono con facilidad, me enciendo con rapidez y hay situaciones que me duelen en el alma y consiguen mantenerme un tiempo en un estado triste.
Sin embargo tengo tantísimos motivos para superar los obstáculos que mi capacidad de disparar sonrisas se ha vuelto perfecta para afrontar los malos momentos.


Llevo un tiempo escribiendo romántica. He terminado nueve novelas de este género y estoy con la décima. Me gusta, es una temática con la que me siento muy cómoda porque tengo una conexión epidérmica con los personajes, me llenan de emociones y consiguen hacerme regresar a la coraza de esa jovencita llena de esperanzas y anhelos, con las reacciones de mi cuerpo ante la atracción, el amor, los desengaños, los buenos y los malos momentos, el primer beso, la primera vez, las primeras citas…
En toda relación amorosa hay momentos picantes, sensaciones eléctricas, instantes de respiraciones agitadas, taquicardia, temblores, deseo y ardor. 


Traspasarlas a las páginas de un libro no es sencillo, hay que encontrar el lenguaje justo para no parecer burda, encontrar la manera de ponderar también los pensamientos que experimentan los protagonistas, sus reacciones físicas, sus sentimientos, su ardor, su necesidad.
Para mí son escenas con alto contenido emocional. Requieren una concentración elevada, un estado empático, un volar hacia el mundo paralelo para sentir, vibrar y expandir mi cuerpo con las palabras. No basta con pensarlo, hay que dejar hablar a las entrañas, al alma, a ese hormigueo en la piel que me llena el estómago de aleteos, a las sensaciones intensas que erizan el vello de mi cuerpo para hacerme partícipe de las emociones de los personajes.


Son escenas llenas de sensibilidad, de ansiedad, de expectación. Hay besos suaves, delicados, tiernos. Otros son pasionales, fieros, viscerales, llenos de tensión. Cada uno requiere una intensidad diferente, un tono más o menos subido, una preparación acorde con la situación, unos pensamientos y acciones que allanen el terreno para transmitir la tensión necesaria.
Cuando escribo primeros besos, escenas de cama o incluso peleas mi cuerpo se llena de sensaciones, sube la temperatura, se enlaza con esas eléctricas reacciones de los personajes, las toca, las siente, las vive, las experimenta como parte de la creación.


Espero lograr el efecto deseado, traspasar al lector esas emociones disparadas, ofrecerle la ansiedad necesaria para conectar él también con los personajes y vivir con ellos esas maravillosas experiencias del primer beso, la primera vez…

 ¡Feliz día! J

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