Positivizando...
¡Buenos días! Hoy tengo pocas ganas de escribir, ayer
fue un día estresante, con noticias que me disgustaron muchísimo y una vuelta al
mismo sitio de salida de siempre con mis hijos.
Cuando escucho las grandezas de otros padres,
contando cómo sus hijos consi
guen unas notas maravillosas… En fin, cada uno
debemos conformarnos con lo que tenemos y pensar la parte positiva, a pesar de
las repercusiones que estas realidades puedan tener en el futuro.
Ser madre de dos adolescentes es complicado, más
de lo que pensaba en un principio. Me cuesta no pensar más allá, no ver cómo se
equivocan y enfrentarme a situaciones nada fáciles de resolver.
Muchas veces me recuerdo a su edad, con las mil
complicaciones de mi carácter, mi manera tan diferente de ver el mundo que los demás,
esa fantasía demasiado intensa para ayudarme a centrar mis pensamientos
desbocados. Realmente tampoco era fácil, pero como mínimo brillaba por la
responsabilidad en los estudios, gracias a mi necesidad absoluta de superarme
constantemente.
Cada vez que escuchaba: «jamás conseguirás
escribir un libro si no eres capaz de hacer bien ni una redacción», me rebelaba,
esa realidad atentaba contra mis sueños y yo ponía empeño para solucionarlo.
Entonces no te diagnosticaban la dislexia como ahora ni te ayudaban en la
escuela ni tenía los mil recursos de los que disponen mis hijos, solo las ganas
de cambiar esas afirmaciones.
Estos últimos meses, con los reencuentros con
antiguas compañeras, me he dado cuenta de que yo nunca fui como ellas, no les
dejé entrever mi verdadero interior ni conseguí arañar un poquito de cariño
real. Sin embargo también he descubierto algo maravilloso, ahora sí tengo un
grupo de personas que me quieren como soy y me apoyan muchísimo. ¡Eso vale su
peso en oro!
Ojalá la vida me ayude a encontrar la manera de
llevar a mis hijos a un lugar donde puedan cumplir sus sueños. No hay nada
imposible si tu tesón es el que capitanea tus actos. A veces solo debes
redimensionar tus sueños, encajarlos en la realidad, pero no puedes rendirte ni
escuchar a los demás cuando te dicen una y otra vez que no lo conseguirás.
Lo único importante es luchar por superarte cada
día, no dejarte vencer por la desidia y la frustración, trabajar dándolo todo,
sin quedarte a medias y marcarte metas plausibles a las que llegar con tu esfuerzo
diario, sin desfallecer, con la emoción diaria de conseguir ganar un pedacito
de terreno y sonrisas constantes.
¡Feliz día! J
0 comentarios: