Zaclia

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Estoy a punto de ponerme a bailar y a cantar de emoción en la soledad de la mañana. Despertaría a la casa dormida, pero mi ilusión es máxima. ¡Al fin Cada día te espero a ti está disponible! Ahora toca respirar hondo, apretar los puños y quemar la ansiedad de saber si gusta, si se vende, si os llega al alma…
Una de las preguntas que me hicieron en la entrevista del martes en la radio fue si prefería una venta o una lectura. No dudé al contestar porque a medida que pasan los años tengo más claro cuáles son mis prioridades en el mundo literario.


Lejos queda esa ilusión quimérica de vivir de mis letras. Mi otra faceta profesional me llena muchísimo. Me encanta mi trabajo, la responsabilidad que entraña evaluar cómo mantener las finanzas de varias empresas a flote, los números de los Excels de los presupuestos, hacer un seguimiento de las desviaciones, dirigir los hilos de varias partes importantes de la contabilidad, la administración, la fiscalidad, el área financiera, de recursos humanos… Jamás voy a arrepentirme de mi crecimiento personal en ese campo ni de los años invertidos en avanzar, mejorar y aprenderlo todo.


El otro día me preguntaban si conseguir una cantidad indecente de ventas de libros me llevaría a abandonar mi trabajo. Y dije no. Porque soy hiperactiva mentalmente, necesito una ocupación para ella durante horas y me apasiona lo que hago.
Letras y números…
Por eso prefiero una lectura, una opinión sincera, llegar al corazón de personas anónimas, hacerles sentir mientras se adentran en las letras. Y ahora me toca decir: ¡ojalá haya mucha gente dispuesta a darle una oportunidad a Cada día te espero a ti! Y lo más importante… ¡Deseo entusiasmaros con las aventuras de Zack y Julia!


Hay historias que me llegan al alma, me tocan y consiguen abducirme. Es como si mi conexión con la trama fuera absorbente, licuara mi capacidad para hacer otra cosa que sentirme arrastrada a la vorágine de situaciones por las que pasan los protagonistas. Y Zaclia fueron muy intensos, se introdujeron por las grietas de mi corazón hasta apropiarse de él.
A veces escucho una canción y acabo llorando al pensar en la escena que me trae a la memoria. Porque al terminar una historia desaparece un poco la conexión con los personajes, pero me cuesta muchísimo dejar de pensar en ellos. Siempre están ahí, son parte de mi interior, como si se hubieran tatuado en mi alma.


¿Os apetece conocer la primera parte de la historia de Zaclia? Me encantaría que me acompañáis en esta nueva e intrépida aventura literaria.

¡Feliz día! J

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