Deseos...
¡Buenos días! Los hijos no vienen
con un manual bajo el brazo y muchas veces cuesta un mundo encontrar la mejor
vía para ayudarles a madurar y a elegir el camino correcto. Ayer hablaba con
una amiga acerca de la dificultad a la que nos enfrentamos los padres cuando
les vemos equivocarse una y otra vez, sin que tengan claro la importancia de
escuchar y redirigir sus pasos.
Uffff, hoy me levanto con resaca
de decepción, no me gusta vivir siempre en la cuerda floja con las notas ni
esta manera de encarar la vida que han cultivado mis hijos. Es lo que hay, no
puedo hacer nada para cambiarlos, debo intentar capitanear el barco de su vida
con la mínima zozobra posible, pero a veces mis disgustos se convierten en ira
mal contenida.
En fin… La tarde de ayer se llenó
de compras navideñas, de instantes serenos, de tranquilidad previa al asalto de
la noche. Hay gotas que colman el vaso de una manera tan intensa que rebosa con
facilidad. Las oportunidades al final se agotan, como nuestra paciencia, y hay
que tomar medidas drásticas.
Quiero y deseo la felicidad de
mis hijos, como cualquier madre, pero también soy consciente de que la lucha
constante por tus metas ha de dirigir nuestra vida y no la falta absoluta de
motivación. Madurar es asumir responsabilidades, saber hasta dónde se puede
llegar y entender que nada es regalado.
Soy una persona excesivamente
responsable, perfeccionista y luchadora. La perseverancia ha dominado mi vida
durante años, por eso me cuesta tanto entender la desidia, la falta absoluta de
ilusión por superarse, la necesidad de pasar las horas únicamente priorizando
el ocio sin darse cuenta de que para avanzar en la vida hay que trabajar,
esforzarse, buscar la manera de ver la parte positiva de tu día a día.
Sonrío, a pesar del coraje que me
da enfrentarme a las notas de mi hijo, sonrío. Hay que ver la parte positiva de
cualquier situación, descubrir que siempre hay una salida y que quizás el
tiempo consiga colocar cada cosa en su lugar. Ojalá colabore a la hora de
motivar a mi hijo…
Está visto que mi motivación para
escribir se ha quedado anclada al calor y al sol del verano. No me apetece escribir
ni corregir, solo pasear, cocinar, leer, pasar las horas jugando en el iPad… Sé
que necesito encontrar una idea y, sobretodo, el tipo de novela que quiero para
desencallar esta sequía.
No tengo prisa, la vida es larga,
tengo un trabajo, aunque no sea el mejor, una familia, un lugar donde llenarme
de risas y emociones, mi imaginación, una familia estupenda… ¡Qué más se puede
pedir!
¡Feliz día! J
Pat, dices que tu mente se encuentra varada, vete tu a saber en que Puerto. Sin embargo creo que el bosque no te deja ver los árboles. Escribir todos los días, como haces tu, es una empresa complicada para alguien que se encuentra en dique seco ¿No has pensado en utilizar tus entradas y escribir una novela con ellas? están llenas de ti, de emoción. Seria auténtica, real, con alma. Una buena historia.
ResponderEliminarTienes todos los ingredientes ante tus ojos. Solo tendrias que reutilizarlos, colocarlos, encontrarles su lugar.
Piénsalo.
De escritora a escritora, tienes las historia. ¡Cuéntala!
Inma
Es una gran idea que quizás algún día ponga en práctica. De momento este blog se ha convertido en una especie de diario personal... ¡Mil gracias por tu comentario! ¡Un beso!
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