En dique seco
¡Buenos días! A veces hay
reuniones que te parecen un marrón de entrada y al final se convierten en un
motivo de alegría. Ayer tuve dos de ellas y me siento completamente feliz.
Estaba nerviosa, no os lo voy a negar, hay decisiones necesarias que tomar y asuntos
postergados, pero resulta que con empeño cualquier situación incómoda se puede
revertir.
Eran dos reuniones completamente
distintas, una de trabajo y otra personal. Admito que fui con un conato de
miedo a ambas, eran importantes y no fáciles de sobrellevar. Sin embargo la
conclusión a la que llegué al finalizarlas fue que no se puede dejar de luchar
nunca por sacar adelante unos hijos, un trabajo, una carrera…
Parece que por fin mis hijos empiezan
a entender la necesidad de aplicarse para construir un futuro a su medida. Me
hace ilusión verlos madurar a marchas forzadas, cambiar sus percepciones de la
vida, caminar hacia un lugar donde las inseguridades típicas de la adolescencia
se fundan en una corriente de autoconfianza.
En el trabajo había que atender
una circunstancia ajena al desarrollo propio del negocio. Por suerte la
documentación preparada estaba acorde con las expectativas de mis superiores y
la vieron perfecta para presentarla, así que m4e fui a casa tarde, pero con una
sonrisa.
Quería pasar la hora libre que me
quedaba tecleando en el ordenador, cambiando algunos aspectos de la trama de
PELN, sin embargo no conseguí escribir al llegar a casa, estoy a punto de
colgar un letrero de «se busca» para recuperar esa caprichosa inspiración que
ha decidido dejar mis ideas en un dique seco. Quizás tenía frío y ha decidido
seguir mis propias palabras e irse de vacaciones al Caribe, cerca del mar,
mecida por la terapéutica resaca de las olas.
Ya sé que ahora empieza el frío y que tenemos muchos
meses duros por delante. La parte positiva de las bajas temperaturas es la
posibilidad de pasar varios fines de semana esquiando, deslizándonos por las
pistas con aquella sensación de libertad que te ofrecen esos parajes.
Debería encontrar la motivación
para regresar a las clases de baile, desde que mis dos profesores estrella ya
no están en el club siempre encuentro excusas para no ir. A ver si esta noche
me armo de insistencia y acudo a desfogarme un poquito.
Estoy convencida de que tarde o
temprano volveré a escribir. En otros periodos de mi vida también he sentido
esta sequía creativa, no hay de qué preocuparme, tarde o temprano me asalta esa
necesidad imperiosa de narrar las peripecias de alguien y corro a buscar las
horas libres para llenar hojas del Word con una rapidez imparable.
¡Feliz día! J
Tranquila, las musas volverán, siempre vuelven.
ResponderEliminar¡Seguro que volverán cuando regrese el calor! ¡Un beso! :-)
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