Mosqueo matutino

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hay tardes que deberían dejar de existir, instantes que consiguen deshacer la serenidad conseguida a base de tesón y alegría, momentos en los que mandarías tu trabajo al cuerno y remontarías la senda de la vida hacia otro lugar lejano.
Sí, lo sé, no puedo quejarme, como mínimo tengo un trabajo al que acudir cada mañana. Pero a veces eso no es todo, hay muchas más cosas que deben considerarse a la hora de valorar positiva o negativamente una situación… Ahora mismo cogería mis bártulos de encima la mesa y me iría con la música a otra parte, el problema es que no sé dónde es la otra parte…
Quizás debería apostar por una empresa propia, por destripar los entresijos financieros de diversas entidades, equilibrar sus balances, hacer limpieza de gastos innecesarios, ajustar las cuentas y ver cómo acaban por dar beneficios. Sería súper interesante.
En fin, ahora no me queda otra que tragarme la rabia e irme a la oficina, aunque ahora mismo lo único que me apetece es volver a refugiarme bajo las sábanas para combatir el insomnio ansioso de esta noche.
Inspiro una fuerte bocanada de aire por la nariz, espiro lentamente por la boca, vaciando los pulmones hasta dejarlos secos. En la terraza veo un conato de luz que inicia su camino hacia el día. No sé si habrá nubes o sol, lo único que veo es la oscuridad rota por las primeras luces del alba.
Por mucho empeño que pongo no me deshago del todo de la rabia contenida. En fin, cuando las cosas son de una manera y llevas arrastrando una sensación demasiado tiempo cuesta relativizar las realidades que te envuelven constantemente.
Por suerte en la oficina me esperan personas maravillosas con las que compartir las horas, demasiado trabajo para que mi cabeza se distraiga durante horas y no tenga tiempo de evaluar la situación como debería.
Hoy el día se presenta movidito, con un sinfín de tareas de diversa índole, una despedida triste y muchísimo trabajo. También tendré una reunión con la profesora de mi hijo y posiblemente la noticia de las notas de mi hija. Ufffff, no sé si tengo ganas de enfrentarme a ellas.
Por otro lado considero necesario hablar con la editorial de El Secreto de las Cuartetas. Todavía no tengo fecha de publicación y el mes de diciembre está a punto de espirar, junto con el contrato que firmé. Ojalá pudiera daros buenas noticias en ese sentido, pero a la fecha que estamos me parece que no las habrá.
Parece que hoy me he despertado con el pie izquierdo… ¡A ver si consigo darle la vuelta en pocas horas!

¡Feliz día! J

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