Inspiración al poder
¡Buenos días! Esta semana es rara… Ya estamos a
miércoles y yo tengo la sensación de empezar el lunes. Hoy me va a costar
concentrarme en el trabajo, vuelvo a sentir ese cordón umbilical con la novela,
como si los personajes fueran reales y me llamaran desde su mundo para vivir
sus aventuras.
Al terminar una historia me quedo vacía, con una
mezcla de tristeza y euforia, como si me faltara la necesidad de avanzar en la
trama y me emocionara decidir el destino de los protagonistas.
Con CDTEAT me pasa algo extraño, requiero releer
la novela una y otra vez para seguir conectada a ella, como si me negara a
regresar a mi mundo para quedarme en el de ella, con sus instantes álgidos y
otros más serenos.
Este último mes y medio solo he pensado en Julia y
Zack, era como si un torbellino creativo asolara con cualquier otra faceta de
mi vida, como si necesitara avanzar en esta historia con una efervescencia intensa,
como si nada importara a parte de las escenas que se sucedían sin tregua en mi
mente y en la hoja del Word.
A veces me cuesta expresar en palabras esta fiebre
creativa llamada inspiración. Es como si soñara despierta en un lugar lejano
donde soy la dueña de varios destinos y mi mente se trasladara a él para llenar
mi cuerpo de sensaciones. Me atrapa, me invade, me llena de cosquillas y de
emociones. No necesito cerrar los ojos para caminar por la historia, la siento
como una vibración en mi interior que crece al avanzar en el laberinto de la
trama.
Para mí es la mejor parte de escribir, esta
capacidad para abstraerme de la realidad para colarme en otra paralela donde
soy la única capaz de darles vida a los personajes. Desde que entendí la
grandeza de este proceso lo disfruto intensamente y me dejo seducir por ese
puente entre el ahora y la fantasía.
La conexión con las historias me agita, palpita en
mi cuerpo como si fuera una criatura que crece y se expande, llevándome al Nirvana.
Al terminarlas me quedo sin la posibilidad de estirar la trama, de idear nuevas
situaciones, de darle vida a las escenas una y otra vez en mi mente para vibrar
con ellas, y siento un vacío, una ansiedad, una falta total de cosquillas en la
piel.
Supongo que mi cuerpo se ha amotinado, porque
desde que puse el punto final a CDTEAT no paro de sentirme abducida por Zack y
Julia, me resisto a dejarles marchar y le doy vueltas a las escenas escritas,
las releo, las reescribo, las siento…
Desde que terminé le he dado dos vueltas a la
novela y me he sentido enganchada a sus páginas, con la ansiedad de seguir leyendo,
marcándome metas para dejarla y superándolas para leer un avanzar más.
Es una sensación mágica.
¡Feliz día! J
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