La aventura de escribir
¡Buenos días! La idea de cortar la conexión con
mis personajes me parece imposible. Tengo a Matt y a Lúa en la cabeza, junto
con Zack y Julia. Es como si sus dos mundos me atraparan para llevarme al limbo
constantemente y necesitara irrumpir en sus cuerpos para revivir una y otra vez
sus historias.
Empecé UUDC el veintiocho de julio, cuatro días
antes de embarcarme en un avión rumbo a Malasia. Pasé veinte días de viaje y
escribí poco, pero la historia fluía con agilidad, atrapándome, presentándome
una visión especial de cada escena.
Cuando aterricé en Barcelona retomé la novela con emoción,
escribía a un ritmo mayor del normal, con ideas de instantes álgidos. A
principios de octubre me quedé sin inspiración y me dio por ver escenas románticas
en YouTube para darle consistencia a la relación entre Matt y Lúa.
Acabé con deseos de escribir y una nueva trama
gestándose en mi mente. Y, como experimento, abrí una hoja de Word en blanco y
tecleé el principio de CDTAT. Durante veinte días compaginé ambos manuscritos.
Me marqué un ritmo para no perder el hilo de ninguna, escribía un capítulo,
junto con tres o cuatro párrafos de una y luego hacía lo mismo con la otra, sin
vulnerar esa rutina, a pesar de mis ansias de continuar una de las tramas en
concreto.
Fue brutal. Mi cabeza parecía un hervidero de
escenas, pero la experiencia no fue negativa, conseguí disociar cada una de las
novelas sin problemas. Los protagonistas de cada una de ellas no podían ser más
diferentes y no me costaba ponerme en su piel.
Lúa es una
mujer poco espontánea, con tendencia a controlar sus emociones y a no dejarse
llevar, en cambio Julia es un torbellino que nunca se conforma con una negativa
y lucha hasta el final por sus sueños. Matt es pagado de sí mismo, famoso, con
éxito y un fondo tierno. A Zack le cuesta saltarse las normas y enfrentarse a
los cambios.
El veintinueve de octubre puse el punto y final a
UUDC, tres meses después de iniciarla y seguí con CDTEAT, sin desfallecer en la
frenética escritura, dándole vueltas a los capítulos anteriores antes de avanzar,
con una necesidad imperiosa de llenar folios, como si cabeza no quisiera
descansar.
Y el seis de diciembre puse el The End a esta
historia, con tristeza y nostalgia de aparcar ese mundo maravilloso de Zack y
Julia. Cuatro meses y medio, dos manuscritos de más de doscientos folios,
muchos suspiros, un sinfín de emociones y la consecución de algo mágico.
Ojalá nunca me abandone la creatividad, es un don
de la naturaleza.
¡Feliz día! J
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