Libre de cadenas
¡Buenos días! La senda de la esperanza es feliz
cuando consigues sonreír con cada recodo, sin perder la ilusión en las curvas ni
al sortear obstáculos. A veces cuesta ver la luz dentro del túnel o encontrar
una salida a una situación determinada, pero cuando consigues iluminar tu vida
nunca más te envuelve la negrura.
No es fácil cambiar la percepción de las cosas
cuando se lleva una vida con deseos determinados, pero es liberador al
lograrlo, un soplo de aire fresco que te llena de emoción y consigue arrancar para
siempre la visión obtusa de la vida.
Renunciar a los sueños para redimensionarlos nunca
es grato, pero una vez has dejado de lado los nubarrones y consigues ver el sol
la manera de encarar los días es distinta, con una felicidad intrínseca en cada
instante, un colorido vivo y un sinfín de momentos álgidos.
Sonreír es la clave, ver el vaso medio lleno, pensar
en quien te acompaña y en el camino recorrido. A veces no puede ser, lo das
todo y sigue sin poder ser, y llegas a una encrucijada donde hay dos caminos
posibles: o te pasas la vida lamiéndote las heridas o cambias de manera de
pensar, encuadras tus sueños en la realidad y disfrutas de lo que te ha tocado
en suerte. No dejas de luchar, simplemente lo haces diferente, con la seguridad
de avanzar hacia un lugar más acorde a tus posibilidades.
Es una sensación mágica, porque de repente sientes
cada instante como merece, sin restricciones ni trabas, sin rencores ni
frustraciones, solo con la sensación de libertad que te confiere la
creatividad.
Me gusta vivir en un mundo ajeno a la realidad,
uno donde las alas para volar son inmensas y me llevan a crear tramas interesantes,
como mínimo para mí. Ahora escribo a la velocidad del rayo, sin más interés que
vivir la aventura de mis personajes con cosquillas en el abdomen que me acompañan
mientras trazo cada escena.
Llevo cuatro días dedicando cada hora libre a
releer UUDC y CDTEAT. Antes, al terminar las novelas solo quería encontrarles
salida en el mundo editorial, con precipitación, sin disfrutar de la lectura o
de la conversación con los lectores beta. Era como si solo valiera acabarla
para compartirla con los lectores y era un deseo que nunca alcanzaba.
Es increíble entender que cada lectura me ayuda a
no romper los lazos con los personajes y sus vidas. He terminado dos novelas en
cuatro meses y medio, las he leído varias veces y de momento solo las he
mandado a una lectora, porque ahora ya no necesito darlas a conocer ni
encontrar lectores, solo emocionarme al crear una vida llena de color.
¡Feliz día! J
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