Emociones
¡Buenos
días! Se acabó el fin de semana… No tengo demasiadas ganas de volver a
trabajar, pero no hay más remedio. Así que vamos a poner una gran sonrisa y a
estar feliz de tener un lugar al que ir.
El
sol empieza a brillar en un cielo que ayer se derrumbaba sobre la acera con
chorros de lluvia. Por la tarde volvimos del cine empapados, temblando y con
los recuerdos de una película lacrimógena. ¡A mí me encantó! Se llamaba Cuento de Invierno y era una historia
muy, muy triste.
Este
fin de semana no he escrito ni una palabra, creo que esta vez sí que estoy un
poco saturada de tramas, personajes e ideas. 2013 ha sido prolífero en
escritura: tres novelas de una misma serie y una cuarta que quizás está
dirigida a un público más joven, pero con la que me siento muy contenta.
Experimentar
con nuevas formas de narrar, buscar géneros diferentes para explorar el
potencial que te ofrecen y ser capaz de abarcar retos es mirar hacia delante y
no hacia atrás. La Serie Estrada es
algo que siempre quise hacer, una policía que resuelve crímenes, diferentes
maneras de encarar las investigaciones policiales…
Cuando
inicié la cuarta novela de la serie dejé de teclear en el folio veinte. Es curioso,
si en esa hoja dejo de escribir sé que esa novela no va a ver la luz, como
mínimo de momento. Quizás es lo que me está pasando con ELE. Aunque tanto esta última
como LUE tienen un argumento claro en mi mente.
Necesito
probar cosas distintas, buscar alternativas a mis clásicos argumentos para absorber
experiencias variopintas. Escribir siempre un mismo género y con un mismo tono
es aburrido, y como ahora narro para mí y unos pocos que me leen, lo hago de
manera entretenida, buscando siempre algo que me atraiga.
Ayer
hablaba con mi familia del amor. Yo soy una romántica, eso se extrae de mis
novelas y de la manera en la que los personajes descubren sus sentimientos.
Pero en la vida real las cosas no suelen ser tan fáciles… Aunque estoy convencida
de que el amor a primera vista existe y que es un flechazo del que no puedes
escapar…
A
medida que crecemos racionalizamos las emociones, de manera que evaluamos a la
persona según otros cánones, pero el amor, la atracción y la emoción de volver
a ver a la persona deseada prevalecen igual de fuertes. ¡Qué difícil es el
mundo de las relaciones! Suerte que en abril alcanzo la mayoría de edad de
casada y no tengo que experimentar en estos lances más que con el papel y el
teclado…
Seguiré
con mi visión romántica del asunto…
¡Feliz
día! J
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