Fin de semana...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

      ¡Buenos días! Es viernes… Para mí el mejor día de la semana… Siete horas intensivas de trabajo y fin de semana, dos largos y preciosos días para continuar con mis escritos, con la tranquilidad que otorga el no tener más obligaciones que las familiares y la ilusión por descansar.
       Este fin de semana me lo tomo de vacaciones del blog… ¡Hasta el lunes no hay entrada!
     No me iría mal encontrar el interruptor de ayer y pasarme el fin de semana vegetando sin más, pero creo que va a ser que no. Aunque debería obligar a mi cabeza a decidir cuál de las historias que elabora es la que debo escribir.
      Tengo ELE a medias, Júlia es una mujer interesante y su padre un hombre con un pasado intenso… Y la nueva idea, con tintes romanticones… Ufff, es que me gustan las dos. Casi podría intentar escribir a dos manos, aunque quizás acabaría loca o con dolor de cabeza.
      Ayer tuve una comida súper interesante. La vida no deja de sorprenderme, lo que antes me parecía doloroso ahora es agradable… Ya no pienso que mi futuro esté entre letras, sé que mi faceta profesional es intensa y que tengo facilidad en ella. Cada día tengo más responsabilidad, con mayores funciones y con un grado de implicación elevado. Y no, no es un camino de rosas, pero es un trabajo.
   Me gustan estas comidas agradables, con conversaciones dispares y una valoración de mis novelas. Pasó a la historia cuando solo esperaba un: «¡la he colocado!». Ahora mi único anhelo es saber si he conseguido enganchar con mi último manuscrito.
     Está claro que EDP es una novela para un público más joven. Quizás tiene una trama un poco previsible, pero la tensión entre Jessie y Noah acaba convirtiéndose en una odisea que nos lleva a descubrir secretos del pasado. Y quizás el que más atormenta el lector es el de la madre de Jessie…
  No consigo alejarme de los crímenes, los serial killers o las personas con instintos asesinos. No sé, a veces pienso que en otra vida debí ser una persona violenta, porque a veces se me ocurren unas cosas…
    Jejeje, cuando escribía La Baraja y cogía un cuchillo de la cocina mi marido me decía: «¡das miedo!». Claro, el Asesino de la Cuneta apuñalaba a sus víctimas con un cuchillo… Pero en el fondo soy buena e incapaz de matar ni a una mosca. Si cuando veo una araña en mi casa de la Cerdanya llamo a mi hijo o a mi marido para que se ocupen de ella…

     ¡Pasad un feliz fin de semana! J

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