Encuentros...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

     ¡Buenos días! ¡Qué bonito se ve el día desde mi ventana! No tengo claro si hará sol o las nubes ocuparán el cielo, pero hoy me levanto contenta, con muchas alegrías para digerir. Hay veces que un presentimiento se materializa en una realidad y es maravilloso saber que puede convertirse en un hecho.
     ¿Os ha pasado alguna vez? Ves a dos personas por separado y piensas… ¡Pegan! No sabes por qué ni cómo, pero las miras y lo sabes. No hablo solo del plano amoroso, también me refiero a la amistad, a la cercanía, al compañerismo.
     Cuando era jovencita me pasaba con mayor asiduidad que ahora, entonces era una forofa de los temas esotéricos y buscaba las razones más allá del entendimiento racional. Sin embargo a medida que crecía me daba cuenta de que en realidad no es más que observación.
      Saber que hay dos mentes predestinadas a comprenderse no es un don ni nada parecido, es simplemente una intuición que subyace de la reflexión no consciente.
     Es extraño, pero no insólito. Ya me pasaba de pequeña y normalmente acertaba, aunque hay veces que lo difícil es juntar a esas dos personas. Las distancias geográficas o la lejanía de sitios donde se mueven pueden jugar en contra.
      Creo en el amor a primera vista, en el flechazo, en las palpitaciones aceleradas cuando se acerca una cita con alguien que despierta tu interés. Soy una romántica con el corazón preparado para ver señales fabulosas que me hacen feliz. Con mi marido lo supe al cabo de una hora de conocerlo… Fue algo mágico, llamé a mi madre y le enuncié que acababa de conocer al hombre con el que me casaría. ¡Solo tenía dieciocho años!
     Cinco años después cumplí esa premonición. Y este año vamos a hacer la mayoría de edad de casados…
     Así que mi visión del amor sigue siendo idílica, con suspiros ahogados, emociones palpables, adrenalina a tope y sonrisa bobalicona. Las descripciones de este sentimiento en mis novelas son parecidas a mi manera de visualizarlo, mis personajes aman con locura, aunque a veces les cuesta un mundo darse cuenta de lo que sienten.
     A veces me encanta vivir una historia de amor con la mente, viajando a la piel de otra persona para vibrar con los primeros encuentros. Creo que estoy en una fase de escritura con toques de romanticismo, unos que me hacen sonreír con frecuencia. Quizás por eso me cuesta encontrarle el tono al principio de ELE…
     ¡Feliz día! J

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