Vuelta a la vida real...
¡Buenos días! Llegó la hora de regresar a la vida real y abandonar
los mundos de ensueño y tranquilidad que te ofrecen las vacaciones… Es genial
cuando tus únicas obligaciones son descansar, pasear, leer, escribir, estar con
la familia…
Cuando tengo días de tranquilidad avanzo significativamente en la
escritura de las novelas. DUO ya tiene treinta y siete mil palabras, una idea
sólida y un montón de sentimientos intensos en mi interior. Es un proyecto
ambicioso, de un género muy distinto al que suelo tocar, sin muertos, asesinos,
crímenes ni nada parecido.
Me gusta cómo queda, aunque su escritura se dilatará mucho más en
el tiempo por culpa de la documentación y la ambientación de época. Hablar de
sentimientos, de instantes, de vidas truncadas por el destino y encontrar el
tono adecuado para narrar las peripecias de los protagonistas es difícil. A
veces me quedo varada en un punto concreto y no sé cómo avanzar, por suerte al
cabo de unas horas o al día siguiente me desencallo y prosigo…
Últimamente experimento con géneros que solía leer de joven,
apartándome de lo conocido para explorar nuevos horizontes. Es gratificante
saber que puedo alcanzar metas diferentes y alejadas, internarme en otros
mundos, narrar desde diferentes perspectivas.
Me ha costado decidirme con la estructura de la novela, no acababa
de ver claro cómo conseguir una que fuera
fácil de leer y no desmontara el conjunto de la narración. Espero que cuando
esté terminada funcione la que finalmente he elegido…
Estas vacaciones familiares han sido espléndidas, mi marido tenía
diez días, igual que yo, y nos instalamos en La Cerdaña a pasar una larga y
placentera semana de esquí, paseos por el monte, barbacoas, charlas, descanso y
un montón de actividades geniales.
La serenidad que me ofrece la montaña, sumada a la inactividad
laboral, consiguen que mi mente se active para darle forma a las historias.
Puedo tocar el lugar donde moran los personajes ficticios, darles la mano y
caminar con ellos hacia su destino.
Siento con fiereza los embistes de la trama, lloro, río, me
emociono… Espero que estas sensaciones no me abandonen en días, que a pesar de
regresar a la vida cotidiana no pierda la conexión con Iris, con André, con
Margaret… Uffff, son tan cercanos ahora…
¡Feliz día! J
La tranquilidad, en todos los aspectos, es muy beneficiosa y fructífera. Bienvenida de vuelta a la "normalidad" y feliz día.
ResponderEliminar¡Gracias Menchu! ¡Feliz día de Sant Jordi! :-)
EliminarIgualmente. Tenemos que celebrarlo por todo lo alto. Un beso
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