Avanzar
¡Buenos días! Miro por la ventana
y descubro el sol asomando a lo lejos, con la magnificencia perfecta que tinta
de azul un cielo despejado y nítido. Me gusta esta visión, es perfecta y
tranquila.
Los días avanzan rápido en el
calendario, las tardes se alargan con una luz radiante, mi sonrisa es intensa,
con deseos de comerme el mundo. Tengo ideas interesantes para la nueva novela.
¡Qué bien sienta escribir! Cuando una historia se cuece en mi interior consigo
ver la vida con más color.
Estoy orgullosa de muchos logros
personales de estas últimas semanas, me he percatado que soy capaz de superar
los obstáculos y de llevar a cabo tareas difíciles en el pasado. Cada peldaño
en la ascensión en la escalera de la vida me reporta una experiencia para sumar
a mi haber.
Trabajar siempre a contrarreloj,
con la necesidad imperiosa de adquirir conocimientos para abracar un nuevo reto
me ayuda a ampliar los horizontes del saber, con la satisfacción de avanzar
hacia un nuevo destino.
Recuerdo con ilusión los años de
aprendizaje de la escritura, con aquel tesón intenso para mejorar en cada
revisión de una novela, en cada nuevo manuscrito. Todavía ahora me gusta
empaparme de las reseñas que aparecen en la red de mis libros para ver cómo
escribir con mayor soltura.
Ayer pasé una velada perfecta en
compañía de mi familia. Mi niño se ha convertido en un hombrecito, cuando Irene
nos pasó un montaje fotográfico que le había preparado y le vi de pequeñito
casi me saltan las lágrimas, ¡cómo ha cambiado! Parece mentira…
La tarde se escurrió en la
cocina, haciendo la compra, preparando el salón… A las seis conté con una
horita de descanso que utilicé para darle un empujoncito a la historia de
Aurora y Bruno, con la convicción de que caminan de la mano por un sendero
emotivo.
Imprimir fuerza a los personajes
es maravilloso, porque siento con ellos, me emociono, consigo vivir un romance
sin salir de casa. Estoy en la parte más tierna de la trama, la que me arranca
una sonrisa en cada palabra, la que me inspira ilusión. A ver cómo vivo el
siguiente giro…
A veces hay que dejarse llevar
por la corriente de felicidad que transcurre cerca de ti y evitar sentirte
frustrada por no conseguir el cielo. Aprender a no esperar cerca del teléfono o del email, con
la sensación de que de un momento a otro llegaría una noticia largamente
esperada, me ha demostrado que hay un mundo ahí fuera esperando a ser
descubierto.
Seguro que tarde o temprano
consigo alcanzar mis sueños…
¡Feliz día! J
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