Appo Island II (Siquijor)
¡Buenos días! El fin de semana ha sido tranquilo y perfecto,
de aquellos donde la lectura, la escritura y ver series se convierte en mi
rutina y lo combino con paseos, tomar algo sentada en una terraza, hacer
algunos recados, preparar una comida familiar para celebrar el cumpleaños de mi
hija…
Voy a seguir con mi precioso recorrido por Filipinas,
escenario interesante para la novela que estoy escribiendo y que resulta un
reto por la mezcla de estilos, el uso de cuatro primeras personas, la historia
en sí. La mejor parte de la escritura es crear ese laberinto de situaciones
donde soy la única titiritera que lleva los hilos de los personajes.
Nos quedamos viendo tortugas en Apo Island.
Al regresar a la arena nos secamos con las toallas y nos
cubrimos con las camisetas para caminar hacia el otro lado de la isla, donde
había una preciosa playa de arena blanca y aguas calmadas frente a la terraza
de un hotel donde nos dieron de comer. Era un buffet bastante generoso.
No tenía demasiada hambre, el calor no ayuda a la hora de
conseguir apetito. Aunque mejor así, ya que estaba aterrorizada por recuperar
los kilos perdidos durante la dieta que llevaba haciendo desde abril. Terminé con
rapidez y me tumbé en una de las hamacas blancas de madera frente al mar, con
el Kindle llevándome a otro lugar.
El calor sofocante me llevó a bañarme pasados unos minutos.
El agua nunca está tan fría como en la Costa Brava, pero me refrescó lo
suficiente para sumergirme en la historia una vez más.
Cuando nos llamaron para regresar a la barca estaba un poco
amodorrada. Teníamos otra salida a bucear un poco alejados de la costa, pero
Irene y yo decidimos quedarnos porque ambas estábamos muy cansadas. Mi marido y
Àlex vieron un sinfín de nuevas tortugas haciendo snorkel.
El regreso lo pasé leyendo hasta terminar el libro.
Y una vez en el muelle vimos que nos había venido a buscar
un jeepney turístico de color amarillo muy chulo. Irene ya se había metido en
la van, así que la seguí, pero mi marido y mi hijo decidieron pasar calor en el
divertido transporte sin aire acondicionado.
Pasamos la tarde en la piscina del hotel hasta que se desató
la lluvia. Fue una tormenta bastante fuerte y se alargó tanto que decidimos
probar la cocina del establecimiento. Resultó que no estaba mal, pero costó más
del doble que en cualquier otro lugar.
El sábado salió publicada una reseña preciosa de Un último día conmigo en el blog Vive experiencias de ensueño (enlace). Es
cierto que se habla de una ruptura sentimental y de la forma en la que una
persona muy reprimida sentimentalmente puede cambiar al descubrir la verdadera
esencia del amor. En esta novela intenté darle una visión a ambas partes, darle
voz a Cesc para que explicara porque engañó a su mujer y no centrarme solo en
Lúa.
¡Feliz día! J
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